Viene Mashíaj - La única web en español sobre la llegada del Mashiaj. El objetivo de la vida, hacer de este mundo una morada para Di-s. La llegada del Mashiaj es uno de los 13 principios de fe del pueblo judío. El Rebe de Lubavitch ha anunciado lo inminente de este fenómeno y está en nuestras manos lograrlo. ¿Como? Estudiando sobre el Mashiaj y la Gueulá. Creada y editada por Centro Leoded - Jabad Argentina
יחי אדוננו מורנו ורבינו מלך המשיח לעולם ועד
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Revelando a la Gueulá en la parshá Haazinu - Dos clases de fuego Divino

El primer Iom Kipur de la historia judía, fue el día que El Santo, Bendito Sea Él, perdonó al pueblo de Israel por el pecado del becerro de oro. Luego de cuarenta días de súplicas y pedidos, que comenzaron en Rosh Jodesh Elul, Di-s acepta a Moshe Rabenu, el defensor de Israel, promete y dice: "Te perdoné de acuerdo a tu voluntad".
Luego de este perdón histórico, El Santo, Bendito Sea Él, se revela a Moshe Rabenu y le fija un lugar especial, en el cual, sucederá el "evento del perdón". Di-s le informa a Moshe que no podrá ver el rostro Divino y por ello, él debe ubicarse en la "grieta de una roca", una cueva excavada en una profundidad montañosa, hasta que El Santo, Bendito Sea Él, pase ante él y le revele el secreto del perdón Divino, que son los trece atributos de compasión, los cuales, repetimos innumerables veces durante las plegarias de los "días temibles", desde Rosh HaShaná hasta Iom Kipur.
¿Por qué la "grieta de una roca"? ¿Qué relación existe entre aquella cueva montañosa y el perdón deseado de los hijos de Israel por los pecados? ¿Cuál es la relación entre Iom Kipur y varias piedras simples? Y lo fundamental, ¿de qué manera, esto nos conduce a la Redención verdadera y completa?
La palabra hebrea "Tzur" (roca) tiene otros significados, además de su pertenencia montañosa. En la antigüedad, se sacaba fuego de un pedernal, una piedra muy dura formada principalmente por sílice y que al romperse forma unos bordes muy cortantes y produce chispas al ser golpeada una con la otra y siendo así utilizada como fuente de calor y fuego. Sin embargo, antes de frotar una piedra contra otra, no se reconoce que haya fuego dentro de la piedra, se la observa como una piedra común y corriente. Pero, a través de un esfuerzo físico continuo, salen chispas de dentro de la piedra y por medio de esto podemos encender una fogata.
En la naturaleza física de la Creación existen dos clases de "fuego", el fuego revelado y el fuego oculto. El fuego revelado requiere dos condiciones para su mantenimiento: 1-Material combustible del que puede aferrarse. 2-Que no haya factores que apaguen el fuego. En contraste, el fuego oculto que se encuentra en el pedernal no requiere ninguna condición para su mantenimiento.
También en la naturaleza espiritual del judío existen dos clases de "fuego", el fuego revelado y el fuego oculto. El fuego revelado del alma del judío requiere dos condiciones para mantenerlo encendido: 1-"Material combustible" del que puede aferrarse, el estudio de la Torá y el cumplimiento de las mitzvot. 2-Que no hay factores, como los pecados, que apaguen este fuego interior.
Y en cambio, el fuego oculto del judío no requiere ninguna condición y equivale al fuego del pedernal. Éste existe siempre, no se arde por las mitzvot y no se apaga por las transgresiones.
En el día de Iom Kipur se revela la relación del judío con Di-s, de una forma mucho más profunda que la relación entre el empleador y el empleado o el contratista y el asalariado. Esta relación no comienza y termina en el inventario de pecados y transgresiones frente a las mitzvot y buenas acciones, hay algo, profundo e interior, que provoca que el judío "vuelva a casa", a la sinagoga, a la plegaria, al Creador.
Este "algo", es el "fuego del alma", el fuego que está siempre en el pedernal, en todo momento y por siempre.
Este es el motivo, por el cual, Di-s le pidió a Moshe que se ubique en "la grieta de la roca", en el instante del perdón por el pecado del becerro de oro, pues el hecho de que los hijos de Israel retornaron a Di-s (Teshuvá), provocó que la categoría de "Tzur" (pedernal), el fuego que estaba oculto en ellos, se revele y por lo tanto, Di-s está listo para perdonar. Como expresión de esto, Moshe debía ubicarse en la grieta de la roca.
En el transcurso de Iom Kipur, se revela el alma judía de su ocultamiento. Durante las plegarias de la festividad, aparece y emerge la chispa Divina que se oculta en cada uno de nosotros. En los libros de Cabala está explicado que el alma tiene cinco nombres: Nefesh, Ruaj, Neshamá, Jaiá, Iejidá. Los tres primeros nombres (nefesh, ruaj, neshamá) son las partes reveladas del alma (el fuego revelado), que el judío utiliza para obedecer la voluntad de Di-s, en la práctica, con el estudio de la Torá y el cumplimiento de las mitzvot. En cambio, los últimos dos nombres (jaiá, iejidá) representan al fuego del pedernal, o sea, las partes ocultas del alma llegan a expresarse en momentos especiales.
Cada día, nosotros rezamos tres plegarias, que se corresponden a las tres categorías reveladas. En Shabat y Iom Tov se agrega una plegaria adicional, Musaf, que se relaciona con la cuarta categoría del alma llamada "Jaiá". En Shabat y festividades revelamos un área adicional en nuestra alma y por ello agregamos una plegaria especial. El quinto nivel, "Iejidá", se revela solo una vez en el año: En el día de Iom Kipur, cuando agregamos una quinta plegaria extraña, la plegaria de "Neilá".
"Iejidá" es la categoría más interna y profunda en el alma, el lugar donde el alma siente el contacto esencial con El Santo, Bendito Sea Él, que ninguna cosa puede inhibir y con total seguridad, tampoco desconectar. ¡El "fuego Divino" que nunca se apaga!
Muchos de nosotros esperamos la culminación de la plegaria de Neilá, es el momento en el que escuchamos el deseado sonido del Shofar y anunciamos en voz alta y con seguridad: "LeShaná Habá BeIerushalaim", el año que viene en Jerusalem. Pero, cuando analizamos esto, nos preguntamos: ¿Cuándo fue la última vez que vimos que alguien hizo sonar el Shofar al finalizar el día de Shabat? ¿Por qué es necesario hacer sonar el Shofar al final del ayuno? ¿Qué tiene de malo golpear sobre la mesa y anunciar: Gente en cinco minutos comemos...?
En los versículos aparece que esto es en recuerdo al sonido del Shofar que tocaban en el Beit HaMikdash en Iom Kipur del año de Iovel (jubileo). Como consecuencia de este sonido, los siervos quedaban libres, las tierras volvían a sus propietarios originales y más y más. Rabí Shlomo Efraim de Luntschitz, conocido por su explicación a la Torá, el "Keli Yakar", escribe en una de sus enseñanzas, una idea maravillosa con respecto a este sonido del Shofar (Vaikrá 25:8):
"Iom Kipur es el tiempo de liberación de las almas, para que sean redimidas del enemigo interior y que retorne el alma pura y se apegue al fuego de la Torá con pureza...y todo esto es una señal de Redención y liberación para el alma. Por esto, se acostumbra al finalizar Iom Kipur, hacer sonar el Shofar una sola vez, similar al sonido del Iovel en Iom Kipur...y similar a la Redención del futuro que será con el sonido del Shofar, como está dicho: "Y será en aquel día que sonará el gran Shofar".
El sonido del Shofar simboliza a la libertad y Redención del alma, la libertad y Redención del fuego Divino, el fuego del pedernal oculto dentro nuestro. Este mismo fuego que, en verdad, existe todos los días del año, pero está oculto y sin forma, escondido y encubierto. El sonido del Shofar en la plegaria de Neilá de Iom Kipur simboliza el momento tan deseado del alma, luego de tantos sufrimientos y problemas, que llega, finalmente, hacia la Redención, hacia la perfección y hacia la revelación interior del potencial Divino.
Este es un momento fantástico, en el cual, se puede percibir y escuchar la voz del Shofar del Futuro próximo, la voz del Shofar que nos liberará a nosotros y a todo el mundo, del exilio físico y espiritual en que nos encontramos. La voz dulce del Shofar simboliza a la revelación Divina futura que traerá de una vez y para siempre un cambio definitivo en la naturaleza de la Creación, un estado, en el que la Santidad del alma dominará.
El Rebe anterior de Lubavitch, Rabí Iosef Itzjak cita en su libro Likutei Diburim (en nombre de su padre el Rebe Rashab) una descripción de como será el día de víspera de Iom Kipur cuando venga el Mashíaj. De acuerdo a sus palabras, con la llegada del Mashíaj todos sentiremos lo que hoy sienten las almas en los mundos superiores.
Cuando venga el Mashíaj el mundo ingresará en un atmósfera Divina diferente. Cada uno de los habitantes y seres del mundo podrá percibir con sus sentidos naturales, lo mismo que se siente hoy en el "mundo de Atzilut", que es el mundo espiritual más elevado, un mundo Divino, refinado y puro, donde la Divinidad se revela sin molestias. Con la Redención, el mundo de "Atzilut", penetrará dentro de la existencia material y física de este mundo en el que vivimos, tal cual como lo conocemos. La barrera material se ocultará y cada uno podrá percibir Divinidad sin un esfuerzo adicional. Esta revelación es paralela a la revelación Divina que sucede hoy, en el momento de la plegaria de Neilá. Pero, mientras que la sensación de Neilá es temporal y transitoria, en la Redención, está perdurará eternamente, sin requerir esfuerzo por parte del judío. La sabiduría es, en la actualidad, en el tiempo del exilio, en estos últimos instantes previos a la Redención, esforzarnos en "llevar a nuestro interior" la revelación de estos instantes especiales, del final del gran y sagrado día, e insertarlos dentro de los esquemas de la vida común, de una forma, en que la familia y los amigos más cercanos puedan decirnos: "Este Iom Kipur cambiaste". Vemos sobre él, que es "un judío de Iom Kipur".
Y culminamos con una historia de heroísmo judío:
Ya faltaban pocas horas para que comenzara Iom Kipur y todavía no había señales de un poblado. Rabi Mordejai, que era un jasid, había sido enviado por su Rebe, el Tzemaj Tzedek (Tercer Rebe de Jabad), a recorrer los pueblos de Rusia y difundir las enseñanzas del Baal Shem Tov, llamadas Jasidut. Llegó a un pueblo y le indicaron que todos los judíos habían viajado a Vitebsk para Iom Kipur, el día del Perdón. Estaba desesperado, ¿cómo estaría el día más sagrado del año sin minian (quórum de 10 hombres)? "Rabino" -le dijo un campesino- a dos horas de aquí hay un pequeño poblado de Cantonistas (judíos que siendo niños, habían sido arrancados por orden del Zar de sus hogares. Eran torturados y educados a la fuerza para que olvidaran su judaísmo. Permanecían en el ejército hasta por 25 años)."Son en realidad un poco extraños, pero son los judíos que habitan más cerca de este lugar". Velozmente Rabí Mordejai se dirigió allí. Fue recibido calurosamente por los Cantonistas que se alegraron inmensamente al enterarse que rezaría junto a ellos un verdadero rabino. Sólo pusieron una condición. "Usted dirigirá todas las plegarias, con excepción de Neilá, que será dirigida por uno de nosotros". Después de una hora estaban todos reunidos, envueltos en la sagrada atmósfera de Iom Kipur y transportados por las melodías de Rabi Mordejai. Éste a su vez sentía que algo especial estaba sucediendo. Se encontraba con hombres que habían pasado por el infierno, sólo por el hecho de ser judíos. Su alma se elevó con las plegarias y así pasó la noche y luego el día. Finalmente llegó el momento de Neilá. Era el turno de ellos. Rabi Mordejai tomó asiento y esperó para ver qué sucedería. ¿Qué tipo de rezo especial tenían preparado?. Uno de los Cantonistas se puso de pie, se paró en la tarima y comenzó a desabrocharse y luego quitarse la camisa. El rabino quiso protestar, ¡no es correcto quitarse la ropa en un templo! Pero la camisa se deslizó de los hombros y dejó a la vista cientos de cicatrices; años y más años de profundas cicatrices...cada una de ellas porque este hombre se había negado a abandonar al Di-s de Israel. Rabi Mordejai ahogó un grito y un torrente de lágrimas se deslizó de sus ojos. El Cantonista elevó sus manos al Cielo y dijo en voz alta: "¡Di-s, envíanos al Mashiaj! ¡Redime a los judíos ahora! No te lo pido en mérito a nuestras familias, pues no las tenemos. No lo solicito por nuestro futuro, pues no tenemos futuro. No lo hago por el bien de nuestros hijos, o de nuestra comodidad, o reputación, pues carecemos de todo ello. Sólo te pedimos que...lo hagas en mérito de Tu Gran Nombre" Entonces vistió nuevamente su camisa y comenzó a rezar. Eso es lo que pedimos en el Día del Perdón: "Di-s, el mundo ha sufrido lo suficiente. Sólo envíanos al Mashiaj pues Tu eres bueno".


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