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La llegada del Mashíaj, ahora es el tiempo de la cosecha

"Yo la sembraré para Mí en la tierra" (Hoshea 2:25). Cada alma judía es una semilla. La cosecha comprende nada menos que la purificación del universo. Esto es, el pueblo judío ha sido dispersado por todo el mundo a fin de expandir la luz de la santidad. Dondequiera un judío estudia Torá y cumple Mitzvot, santifica su entorno y redime las chispas Divinas ocultas. Así el proceso sigue un curso descendente: comienza con las alturas de la espiritualidad y culmina
con las profundidades de la degradación. Durante largos años de galut, el pueblo judío ha irradiado la luz de la Torá y las Mitzvot en las peores condiciones y situaciones. Nuestro desafío final es confrontar la actual confusión moral y desaprensión espiritual sin precedentes. Cuando los judíos marchan por el sendero de la fe, no se amedrentan por la oscuridad de Ikvetá diMeshija (Talones del Mashiaj). Por el contrario se apegan a la Torá y las mitzvot y disipan esta oscuridad con la luz de la santidad. De este modo, completan su misión Divina y preparan al mundo para la revelación de Di-s (Likutei Sijot, vol. 2 pag. 359, vol. 3 pag. 824)
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