“¿Acaso no te dije que era el camino largo?”. Esta parábola contaba una profunda verdad que puede ser aplicable sin importar que logro – riquezas, felicidad, sabiduría – deseamos sustituir por la “ciudad”. Hay caminos en la vida que parecen atajos al inicio, pero debido a que no están bien planeados hasta su final, terminan siendo el camino largo, si es que se logra llegar al destino. Por otra parte, hay caminos que parecen largos, caminos que requieren de disciplina, dedicación y paciencia, pero son cortos en cuanto a que llegan a la meta deseada. Por ejemplo, si la meta de una persona es la de reforzar su fe, puede tomar el camino corto pero largo dependiendo de la fe natural, instintiva interior. Sin embargo, ya que este tipo de fe es más allá de la razón, tiende a mantenerse por fuera de la conciencia personal del individuo sin internalizarse. De modo que no hay garantía que ninguna clase de fe personal será alcanzada. Sin embargo, si la persona trabaja en su fe, adquiriendo conocimientos y efectuando acciones que están conectadas con la fe, entonces esto penetra la conciencia de la persona y eventualmente se convertirá en realidad. Desde una mirada global, ésta ha sido la historia del pueblo judío, recorrer el camino hasta la próxima e inmediata llegada del Mashiaj.
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Los caminos de la vida. El corto y el largo en la historia del pueblo judio
El Talmud relata la siguiente parábola: "Una vez caminaba y me encontré con un niño sentado en un cruce de caminos. Le pregunté, “¿Por donde me debo dirigir para llegar a la ciudad?” Él respondió, “Hay un camino que es corto pero largo, mientras que el otro camino es largo pero corto”. Entonces decidí tomar el camino corto pero largo. Llegué a la ciudad bien rápido, pero me vi rodeado de malezas imposibles de atravesar. Regresé al cruce de caminos y le pregunté al niño, “¿Hijo mío, acaso no me dijiste que este era el camino corto?”. Él respondió,
“¿Acaso no te dije que era el camino largo?”. Esta parábola contaba una profunda verdad que puede ser aplicable sin importar que logro – riquezas, felicidad, sabiduría – deseamos sustituir por la “ciudad”. Hay caminos en la vida que parecen atajos al inicio, pero debido a que no están bien planeados hasta su final, terminan siendo el camino largo, si es que se logra llegar al destino. Por otra parte, hay caminos que parecen largos, caminos que requieren de disciplina, dedicación y paciencia, pero son cortos en cuanto a que llegan a la meta deseada. Por ejemplo, si la meta de una persona es la de reforzar su fe, puede tomar el camino corto pero largo dependiendo de la fe natural, instintiva interior. Sin embargo, ya que este tipo de fe es más allá de la razón, tiende a mantenerse por fuera de la conciencia personal del individuo sin internalizarse. De modo que no hay garantía que ninguna clase de fe personal será alcanzada. Sin embargo, si la persona trabaja en su fe, adquiriendo conocimientos y efectuando acciones que están conectadas con la fe, entonces esto penetra la conciencia de la persona y eventualmente se convertirá en realidad. Desde una mirada global, ésta ha sido la historia del pueblo judío, recorrer el camino hasta la próxima e inmediata llegada del Mashiaj.
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“¿Acaso no te dije que era el camino largo?”. Esta parábola contaba una profunda verdad que puede ser aplicable sin importar que logro – riquezas, felicidad, sabiduría – deseamos sustituir por la “ciudad”. Hay caminos en la vida que parecen atajos al inicio, pero debido a que no están bien planeados hasta su final, terminan siendo el camino largo, si es que se logra llegar al destino. Por otra parte, hay caminos que parecen largos, caminos que requieren de disciplina, dedicación y paciencia, pero son cortos en cuanto a que llegan a la meta deseada. Por ejemplo, si la meta de una persona es la de reforzar su fe, puede tomar el camino corto pero largo dependiendo de la fe natural, instintiva interior. Sin embargo, ya que este tipo de fe es más allá de la razón, tiende a mantenerse por fuera de la conciencia personal del individuo sin internalizarse. De modo que no hay garantía que ninguna clase de fe personal será alcanzada. Sin embargo, si la persona trabaja en su fe, adquiriendo conocimientos y efectuando acciones que están conectadas con la fe, entonces esto penetra la conciencia de la persona y eventualmente se convertirá en realidad. Desde una mirada global, ésta ha sido la historia del pueblo judío, recorrer el camino hasta la próxima e inmediata llegada del Mashiaj.