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Pará Adumá, el Shabat de la vaca roja


Maimónides escribe en su obra que compila toda las leyes de la Torá, el Mishné Torá, en las leyes de Pará Adumá, al final del capítulo 3: "Nueve vacas rojas se hicieron desde que se les diera esta ordenanza hasta la destrucción del Segundo Templo... y la décima la hará el Rey Mashíaj, que se revele pronto, Amén, así sea Su voluntad".
¿Qué lugar tiene una plegaria y súplica en un libro legal? Y aún de haber una razón para ello, ¡el sitio apropiado es junto a las leyes de Mashíaj, al final de "Leyes de Reyes"!
Es que Maimónides dictaminó (Leyes de Reyes, cap. 11) que no basta con creer en el Mashíaj,
sino que es menester "aguardar su redención". Y aquí nos enseña a qué medida llega el "aguardar": la mera mención fortuita del Mashíaj debe estimular inmediatamente a una plegaria por su pronta llegada.
La razón de ello es que el judío debe sentir que su plenitud depende de la venida del Mashíaj y mientras tanto no vino, él es un "defectuoso". Lógicamente, cuando alguien -que aguarda al Mashíaj- lo menciona, siquiera de paso, ello mismo despierta en él un sentimiento de ansiedad por su llegada, convirtiéndose así en una necesidad suya por la que es deber orar a Di-s.

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