Los maestros jasídicos explican la idea de que el Mashiaj vendrá cuando tengamos la mente ocupada en otra cosa de la siguiente manera: Cuando un judío examina su entorno y considera la gueulá algo imposible, pero se aparta de estos pensamientos (hesej hadáat) y mantiene con ello la perfecta creencia en el inminente arribo del Mashíaj, por cierto que vendrá (Likutei Sijot, vol. 10, pág. 172). Porque la revelación del Mashíaj es algo suprarracional y trasciende la facultad de dáat. Es un regalo de arriba,inaccesible intelectualmente (Tania, Igueret HaKodesh, cap. 4).
El Rebe de Lubavitch explica: "Cuando la mente está ocupada en otra cosa" es la forma más elevada de esperar al Mashiaj. Debemos esperar al Mashíaj sin tener en cuenta nuestra comprensión del beneficio personal que obtendremos con su llegada. Debemos apartar todo pensamiento de ganancia con su llegada. Debemos apartar todo pensamiento de ganancia material o espiritual, y centrarnos en una sola cosa: con la llegada del Mashíaj, la Intención Divina de la Creación (que Di-s tenga una morada digna en los planos inferiores) se cumplirá. Líbrenos el cielo que desterremos toda expectativa de gueulá. Por el contrario, esa ansiedad expresa nuestra creencia en la llegada del Mashíaj. Como dice el profeta: "...felices son todos los que lo esperan" (Isaías 30:18). No debemos temer que la expectativa constante impida a nuestra mente estar ocupada en otra cosa, pues por mucho que esperemos y nos preparemos para el Mashiaj, de todos modos nos sorprenderemos y maravillaremos con su revelación.
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