Uno de los grandes descubrimientos de los últimos años es que este proceso es bidireccional. Un grupo de científicos japoneses dirigido por Shinya Yamanaka ganó el Premio Nobel por un método que desarrollaron para que células que ya se han diferenciado y madurado, vuelvan atrás en el tiempo, a su estado embrionario, y abrirles nuevamente todas las posibilidades.
A través de la expresión (activación) de cuatro genes, la célula se resetea, borrando toda la información que tiene, todo lo que sabe de sí misma, toda su "experiencia de vida" y se la "reinicia" de nuevo. Se la devuelve al estado inicial "puro" de una célula madre limpia y objetiva. El horizonte de posibilidades se reabre y la célula puede ser cualquier célula posible.
Desde los albores de la humanidad nos acompaña una obstinada creencia en la supervivencia del alma. En algún lugar profundo, las personas saben que la vida en la Tierra es cíclica. Completan un ciclo y se borran ("ascienden") y luego "descienden" "limpios" del ciclo de vida anterior ("Guilgul", lit. "encarnación"). Es decir, no recordamos absolutamente nada. Todas las posibilidades se despliegan ante nosotros otra vez y empezamos de nuevo.
En los escritos de la Cábala está narrado el proceso de "limpieza" y "borrado" ("refinamiento del alma") de experiencias pasadas, como requisito previo para pasar de un nivel de conciencia a otro (pasar de un "mundo" a otro "mundo"), tanto en la fase de ascenso como en la fase de descenso. La importancia no está, en esencia, en la información adquirida en cada etapa, sino en el objetivo de todo este "movimiento".
Y precisamente aquí todo es simple y accesible. No tienes que ser un santo cabalista ni un gran científico. El Rebe de Lubavitch, ER"M, resolvió el enigma y nos informó a todos cuál es el propósito de la encarnación actual, que es también la última de la serie de encarnaciones de toda la humanidad. El propósito del último descenso a este mundo, mientras olvidamos todo lo que nos sucedió en el pasado aquí en la tierra y "arriba" en los mundos espirituales, en muchas y variadas encarnaciones, cada una de las cuales es un ciclo de vida completo de la misma alma que sube y baja y sube y baja: ¡El objetivo es quedarse aquí, para siempre! Alcanzar un estado de Redención del cuerpo y el alma, ambos estando conectados entre sí para una vida que no tiene fin.
Y precisamente aquí todo es simple y accesible. No tienes que ser un santo cabalista ni un gran científico. El Rebe de Lubavitch, ER"M, resolvió el enigma y nos informó a todos cuál es el propósito de la encarnación actual, que es también la última de la serie de encarnaciones de toda la humanidad. El propósito del último descenso a este mundo, mientras olvidamos todo lo que nos sucedió en el pasado aquí en la tierra y "arriba" en los mundos espirituales, en muchas y variadas encarnaciones, cada una de las cuales es un ciclo de vida completo de la misma alma que sube y baja y sube y baja: ¡El objetivo es quedarse aquí, para siempre! Alcanzar un estado de Redención del cuerpo y el alma, ambos estando conectados entre sí para una vida que no tiene fin.
Y cuando esto llegue, no solo recordaremos de repente todo, sino que también entenderemos por qué. Comprenderemos por qué todo lo que pasó fue lo mejor que pudo ser. Toda la historia aspiró a esta encarnación en la que tuvimos el privilegio de estar: La encarnación que recordará y sabrá todo, estará de acuerdo con todo y merecerá lo que todos aspiraban: La Redención verdadera y completa.
