Al finalizar la Avodat HaBirurim, (trabajo de refinación y seleccionamiento), cuando la persona y el mundo llegan a la perfección y la klipá (cáscara) de la materia con sus componentes negativos ha sido borrada, pierde el mundo repentinamente su identidad, su sensación de independencia y por ende su definición de mundo (olam en hebreo) como ocultamiento (elem en hebreo) de la realidad Divina. El mundo se reconectacon su chispa Divina, se abre a la energía Divina y se transforma en una morada para la revelación primordial de la Shejiná. La existencia ya no da lugar al "mal" y a la oposición a la santidad. Un mundo comandado por fuerzas de "bien" y bondad, donde todos los integrantes de la Creación claman: "No fui creado sino para servir a mi Creador", donde no habrá hambre, ni guerra, ni odio y toda la vida será conocer a Di-s. Estos son los días del Mashiaj, Iemot HaMashiaj donde no se trabaja más optando entre bien y mal sino el trabajo humano será producir "ijudim", uniones y fusiones de energía Divina hacia la existencia, o sea un trabajo dentro de la Kedushá (santidad).