Llega el Mashíaj y todo el pueblo judío va a saludarlo. Algunos sabios en la primera fila le preguntan: “Mashíaj, ¿Te gustaría escuchar una disertación talmúdica en tu honor?
El Mashíaj está de acuerdo y uno de los sabios comienza a hablar.
Luego pregunta: "Nu, Mashíaj ¿Cómo estuvo?" No está mal", responde Mashíaj" ¡¿Solo que no está mal?!" protesta el sabio. "Bueno, francamente", explica el Mashíaj, "podría haber estado mejor".
El sabio admite avergonzado: "Me temo que no estábamos del todo esperándote ... Si hubieras venido uno o dos días después, habría estado mejor".
Se sirven vasos y se hace un brindis. Uno de los jasidim pregunta: