por la demora de la llegada de su yerno. Su familia ya había subido al altillo de la casa para ver desde una ventana, las afueras de la ciudad. Competían para ver quien lo vería primero y le anunciaría la noticia a Rabí Moshe. De pronto se vio en el horizonte un punto negro que iba creciendo a medida que se acercaba. El asistente de Rabí Moshe exclamó: “¡Él llegó, Él llegó, Él llegó!”. Salió Rabí Moshe de su estudio y con todo su aliento, se vistió con las ropas de Shabat y saliendo corriendo agitado para recibir a quien llegaba. Cuan grande fue su decepción al ver que de la carreta no bajaba sino su yerno......, no pudiendo contener su desazón, cayó desmayado al piso perdiendo el conocimiento. Se apuró su familia a reanimarlo de su desmayo. Mientras le daban medicamentos, lo escucharon murmurar: “Noooooo, él no llegó todavía, él no es”, refiriéndose a quien verdaderamente aguardaba, nuestro justo Mashiaj".
