Mashiaj, en mérito de las mujeres judías.

El Ohel de la matriarca Sara, Maarat Hamajpela,Jebron, Israel

Las mujeres son los barómetros de nuestra existencia. En el éxodo de Egipto, en el florecimiento de la erudición judía en la época del Segundo Templo, en el nexo entre el renacimiento espiritual judío de Europa oriental, en las condiciones más inverosímiles, las mujeres desempeñaron un papel indispensable en la instigación de las revoluciones que dieron forma a nuestro pueblo.Las mujeres tienen una reserva natural de la sabiduría innata y la sensibilidad espiritual dentro de ellas
que incluso el hombre con más talento pasa la vida aprendiendo a adquirir.Y que tenemos nosotros de la cultura predominante de la llamada sociedad moderna, hecha con esta energía femenina? La Redención. Esto significa la libertad de ser tu verdadero yo, para que brille tu luz interior. Si bien en el mundo de hoy la palabra feminismo está asociada a la idea de la opresión que enfrentan las mujeres de los hombres, "la liberación", la definición judía de feminismo es transformar el mundo y por ende "liberarlo". La verdadera independencia es liberar la energía interior de la opresión de lo mundano y poder contribuir a la transformación del mundo en un lugar espiritual, un lugar utópico que podremos llamar hogar.Y el ser más adecuado para despertar esta sensibilidad espiritual interior es la mujer, cuya voz inspira a la trascendencia. Y puesto que las palabras pronunciadas desde el corazón penetran en el corazón y transforman al oyente, ¿quién mejor para impulsar la revolución espiritual que necesitamos desesperadamente?. Las mujeres, que sobresalen en términos de la calidez de la profundidad del corazón. En mérito de ellas fuimos redimidos de Egipto y por ellas seremos redimidos hoy.