defender sus posturas que ya colapsaron como un disco rayado atrapado en una posición, que creen en una paz mágica que se conseguirá a través de concesiones y repliegues y piden no ser perturbados con la realidad de los hechos.
Ellos vieron el terrible derramamiento de sangre que trajeron los tratados de Oslo y los repliegues de Iehuda y Shomron (Judea y Samaria). Como todos nosotros, vivieron las consecuencias de la retirada de la franja de Aza (Gaza) y siguen con la suya: Nuevos repliegues y y concesiones por el "horizonte político".
Ahora ellos recitan una mantra que expresa que el motivo de los ataques terroristas es "la desesperanza". ¿Acaso ya no probamos darles "esperanza" en la forma de los acuerdos de Oslo y que recibimos? Un terrible baño de sangre, atentados suicidas en nuestras calles y autobuses que explotaban.
También si aceptaríamos que ciertamente la "desesperanza" empuja a personas específicas a cometer atentados, la realidad demuestra que la "esperanza" provoca una ola mayor y multiplicada de asesinos. Esta es la verdad que ellos se niegan a ver, el combustible que enciende a los terroristas no es la desesperanza sino la esperanza exactamente. Lo que es caracterizado como "horizonte político" es lo que insufla aliento en el corazón de los asesinos y de quienes los apoyan, pues visualizan una meta en el horizonte. No hay ninguna chance que se dobleguen y desesperancen, mientras que nosotros mismos les damos esperanza.
El único camino para vencer al terror es la negación del "horizonte político". Por esta razón, muchos años los árabes no cultivaron esperanzas sobre establecer un estado independiente y vivían sus vidas con tranquilidad, trabajaban dentro de nuestro país, se preocupaban por el sustento, nadie soñaba en suicidarse para matar judíos.
Todo este deterioro decadente comenzó en el instante que se trazó un "horizonte político" y entonces empezó la lucha para lograrlo. El "horizonte político" es el que cumple el sueño de los asesinos, es el que cultiva la esperanza de la concreción del "privilegio del retorno". Es el que proporciona a los terroristas la sensación de estímulo y éxito. Ellos son ofrendados como "guerreros sagrados" sobre el altar del "estado palestino", del que afirman que se establecerá en poco tiempo. Todo miembro del gobierno que habla de "concesiones futuras", está invitando la siguiente acción de terror e imposibilita su erradicación.
En la práctica, también el sueño de un "estado palestino" no es una meta ni un objetivo para los árabes sino un medio para el exterminio del estado judío. Este es el gran error de los cultivadores del espejismo de la "paz". El problema de los árabes no es la "conquista" de los "territorios" de Iehuda y Shomron (Judea y Samaria), sino la "conquista" de Tel Aviv, Jaifa, Akko, Ashkelon.
Ellos aspiran a "liberar" la tierra en su totalidad desde el mar y hasta el río. Por ello la interrupción de la "conquista" en la franja de Gaza, cuando Israel se "desconectó" no disminuyó el nivel de odio sino exactamente lo contrario, lo intensificó, ahora sienten nuestros enemigos que avanzaron otro paso hacia el mayor deseo de sus corazones y de inmediato invirtieron todos sus recursos en transformar la franja de Gaza en una base de lanzamiento de misiles gigante que amenaza toda la tierra de Israel, a esto también aspiran aquellos que empuñan cuchillos y atacan.
A esta esperanza debemos arrancarla de cuajo a través de transmitir un mensaje único y claro, nosotros vivimos acá y acá nos vamos a quedar. Ahora mas que nunca debemos ampliar la construcción, fortalecer la propiedad judía de la tierra de Israel. Cuando nuestros enemigos pierdan la esperanza, entonces podremos vivir en paz.
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