Viene Mashíaj - La única web en español sobre la llegada del Mashiaj. El objetivo de la vida, hacer de este mundo una morada para Di-s. La llegada del Mashiaj es uno de los 13 principios de fe del pueblo judío. El Rebe de Lubavitch ha anunciado lo inminente de este fenómeno y está en nuestras manos lograrlo. ¿Como? Estudiando sobre el Mashiaj y la Gueulá. Creada y editada por Centro Leoded - Jabad Argentina
יחי אדוננו מורנו ורבינו מלך המשיח לעולם ועד
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Dvar Maljut - El Rebe de Lubavitch en las parshiot Behar/Bejukotai 5751 - El mecanismo para recibir la Torá y al Mashíaj es la anulación del ego y la unidad

1. Rosh Jodesh Sivan marca el día en que los hijos de Israel llegaron al Midbar Sinai, el desierto de Sinai. Esta ubicación fue elegida por Di-s como el lugar apropiado para la entrega de la Torá y, por lo tanto, inmediatamente después de llegar, Moshe comenzó a prepararlos para recibir la Torá. Esta misma conexión entre el lugar (Midbar Sinai) y el evento también se expresa en el hecho de que la parshá Bamidbar se lee siempre antes de Shavuot.
Hay dos razones para explicar la causa por la cual, la parshá Bamidbar siempre se lee antes de Shavuot y que el desierto sea el lugar apropiado para la entrega de la Torá. En primer lugar, un Midbar (desierto) no tiene dueño. Incluso un dominio público tiene propietarios, solo que todos lo poseen por igual. En contraste, un desierto no tiene dueño alguno. Por lo tanto, la Torá se entregó en un desierto, para enseñarnos que quien quiera recibir la Torá es libre de hacerlo.
Una segunda razón está relacionada con las maldiciones de la parshá Bejukotai que es la anterior a Bamidbar. La Guemará (Meguilá 31B) dice que, dado que se considera que Shavuot es como el comienzo del año, Ezra estableció que estas maldiciones se leyeran antes de Shavuot, "para terminar el año y sus maldiciones y que comience el año con sus bendiciones". Según esta razón, se lee la parshá Bamidbar antes de Shavuot para proporcionar una separación entre las maldiciones y Shavuot.
Ambas razones requieren explicación. De acuerdo con la primera razón, la Torá fue entregada en un desierto para enfatizar que ella no tiene propietario y que todos tienen igual acceso a ella. Sin embargo, ¡la Torá fue dada exclusivamente al pueblo judío! Parecería más apropiado que se diera en un lugar privado, o al menos en un lugar público que estuviera en posesión comunitaria de todos los judíos.
En la segunda razón, la conexión principal es entre Shavuot y las parshiot Behar Bejukotai (que este año se leen juntas), y en cambio la ubicación de la parshá Bamidbar es solo incidental. Sin embargo, la parshiot Behar Bejukotai comienza a hablar sobre el Har Sinai (Monte de Sinai) en lugar del Midbar Sinai (Desierto de Sinai) Dado que es importante saber que la Torá se entregó en un desierto, ¿por qué las parshiot Behar Bejukotai no comienzan con la mención del desierto de Sinai en lugar del monte de Sinai?
Esto puede explicarse analizando primero las palabras del principio del quinto capítulo de Pirkei Avot (que leemos en este Shabat): "El mundo fue creado por medio de diez expresiones Divinas. ¿Qué viene a enseñarnos esto, porque, de hecho, podría haber sido creado por una sola expresión? Pero fue así, para cobrarse a los malvados que destruyen el mundo que fue creado mediante diez expresiones y para otorgar amplia recompensa a los justos que sostienen el mundo que fue creado mediante diez expresiones".
Una pregunta muy conocida sobre esta Mishná es que, si el mundo podría haber sido creado con una sola expresión, por lo tanto, solo “vale”, por así decirlo, una sola expresión. ¿Por qué los malvados merecen más castigo (y los justos más recompensa) si el mundo en realidad solo “vale” una expresión?
La explicación es que hay dos dimensiones en la forma en que Di-s creó el mundo: Una que se llama "una sola expresión" y la otra llamada "diez expresiones". Antes de que existiera una diferenciación entre los distintos tipos de creaciones, Di-s creó una existencia sin formas (metziut haiesh). Solo más tarde, este iesh se formó en el universo tal como lo conocemos ahora. El primer acto de crear el iesh se realizó a través de "una sola expresión". El proceso creativo que produjo todos los tipos individuales de creaciones se conoce como las "diez expresiones".
Una diferencia entre estas dos dimensiones es que a través de las "diez expresiones", se les atribuye importancia a todas las creaciones particulares. El énfasis está en la Creación misma. Sin embargo, en el nivel de "una sola expresión", la Creación tiene una importancia relativamente pequeña. La principal revelación es la Divinidad.
Estos mismos dos niveles de revelación se reflejan en la Torá, como se expresa en el versículo: "Di-s habló una cosa, dos escuché yo" (Tehilim 62:12). "Una" se refiere a la dimensión de la Torá que está unida a Di-s y más elevada que el mundo, similar al nivel de "una sola expresión". "Dos" se refiere al nivel de la Torá que se inserta en los asuntos mundanos, similar a las "diez expresiones". En términos prácticos, el primer nivel corresponde a la bendición que hacemos sobre la Torá, que resalta cómo la Torá está conectada a Di-s. El segundo nivel que está conectado con el mundo encuentra expresión en las leyes de la Torá, que trata sobre los asuntos mundanos.
Podemos expresarlo en términos más generales. El primer nivel (de la Creación y de la Torá) representa una revelación de Divinidad y la consiguiente anulación del universo. Este es el concepto de halaá (elevación) "desde abajo hacia arriba". El segundo nivel representa el concepto de hamshajá (atracción y descarga) "desde arriba hacia abajo" para penetrar en el universo con Divinidad.
Cada uno de estos dos tipos de revelaciones tiene una ventaja sobre el otro. A través de las "diez expresiones", que es la atracción y descarga de Divinidad, el universo se impregna de ella. Sin embargo, es solo un nivel bajo de Divinidad, uno que el universo puede soportar. La revelación de la "una sola expresión" es mucho más elevada, pero, por esta razón, no afecta al universo.
Estos dos tipos de revelación se mencionan en las secciones de la Torá, Behar y Bejukotai, y en particular se reflejan en sus nombres. Entre los diversos tipos de materia inorgánica, una montaña (Behar) es una creación que tiene algo de similar a la materia orgánica (ya que más tierra cae sobre ella y "crece", por así decirlo). Esto representa el crecimiento y la adaptación característicos del universo, "diez expresiones". Bejukotai, por otro lado, proviene de la palabra Jakiká "grabado". A diferencia de las letras que están escritas con tinta sobre papel, las letras grabadas no tienen existencia independiente de la roca en la que están grabadas. Esta anulación de las letras corresponde a la anulación del universo que corresponde a la revelación de "una sola expresión".
La revelación final es cuando ambas ventajas están presentes. Esta es la idea de la expresión Dirá BaTajtonim ("morada en los planos inferiores") que representa al objetivo de la Creación. La palabra Dirá (vivienda) indica una revelación de la esencia de Di-s, mientras que la palabra BaTajtonim enfatiza a los mundos inferiores. Tener a ambos juntos indica que esta elevada revelación tiene la capacidad de penetrar en los mundos inferiores.
La forma de combinar ambas revelaciones Divinas es a través de una revelación que es superadora de ambas. Esta tercera revelación corresponde al nivel de Midbar (desierto). La razón de esto es porque un desierto no es apto para el alojamiento humano. Esto se puede tomar de manera negativa, es decir, porque es tan bajo que no es adecuado para los humanos. O también se puede ver con una mirada positiva, es decir, el desierto es algo que trasciende cualquier cosa que un ser humano pueda alcanzar.
De acuerdo a lo estudiado, podemos responder a las dos preguntas que originalmente formulamos. La parshá Behar no comienza con la mención del desierto porque nos enseña sobre las "diez expresiones" que están en el nivel del mundo. Por el contrario, subraya el significado de la existencia mundana y por lo tanto, menciona una montaña (Sinai) que es lo opuesto a la anulación de la existencia frente a la Divinidad. En cambio, la parshá Bejukotai pone el énfasis en el otro extremo, la anulación de la existencia, como se mencionó anteriormente. Después de tratar con ambos extremos, la Torá nos trae a la parshá Bamidbar, que es más elevada que estos dos extremos y, por lo tanto, tiene la capacidad de combinar a ambos.
Esto también explica la razón por la cual, la Torá se entregó en un desierto y no en un lugar que es propiedad de un pueblo. Un lugar de propiedad comunitaria corresponde al nivel de Torá que está al alcance del pueblo judío ("diez expresiones"). La Torá se entregó en un desierto para aludir a la dimensión superior de la Torá que está completamente fuera del alcance humano. De esta manera, recibimos la dimensión de la Torá que está completamente unida con Di-s. Esto se logrará completamente en los días de Mashíaj, cuando (Di-s dijo): "Torá Jadashá Meití Tetzé", "Una nueva Torá saldrá de Mí" (Ieshaiahu 51:4). La palabra Meití ("de Mí") se refiere a la Torá, ya que está completamente unida con Di-s. Sin embargo, este nivel "saldrá" al nivel de cada individuo.
2. La preparación para la entrega de la Torá fue la unificación del pueblo judío en el desierto del Sinai. A esto se alude en el versículo: "Vaijan Sham Israel" ("e Israel acampó allí"), donde la palabra Vaijan está en lenguaje singular ("e Israel acampó"). Esto indica que todos los judíos se fusionaron en una sola persona. El camino para alcanzar este nivel de unidad y de Ahavat Israel (amor al prójimo) es a través del bitul (auto-anulación). Solo a través de bitul es posible evitar la lucha y lograr el verdadero Ahavat Israel.
Por otro lado, vemos que la recepción de la Torá también está conectada en cierta medida con que la persona sienta su propia existencia. Él debe aprender la Torá en una medida de entendimiento completo, llevando la Torá al nivel de su propio intelecto. Por lo tanto, volvemos a ver los dos niveles estudiados, el de las "diez expresiones" (conectados con un sentimiento de importancia de la existencia individual), y el nivel de "una sola expresión" (conectado con el bitul de toda la existencia).
Los dos mismos niveles también se encuentran de manifiesto en la parshá Bamidbar. Por un lado, un desierto que simboliza la anulación de la existencia, como se explicó anteriormente. Por otro lado, la parshá Bamidbar contiene el censo del pueblo judío, que subraya la importancia de la existencia de cada individuo.
Estos dos extremos también se alinean a las dos razones por las que leemos la parshá Bamidbar antes de Shavuot. La primera razón, (que relaciona la entrega de la Torá a una ubicación sin propietario), corresponde a la idea de bitul, como se explicó anteriormente. La segunda razón, (para interrumpir entre las maldiciones y la entrega de la Torá), corresponde a la importancia de la existencia individual. Esto se debe a que Di-s quiere que tengamos el caudal completo de todas las bendiciones, principalmente las bendiciones que nos permiten llenar el mundo con Divinidad y traer la Redención. Esto subraya la importancia del servicio Divino de cada individuo.
Esto también está relacionado con las dos directivas prácticas que surgen de este farbrenguen. En primer lugar, este es un momento propicio para reunir a más y más personas en Shabat. Si esta es una actividad vital en cada Shabat, ¡cuánto más en el Shabat que se bendice el mes que contiene a Shavuot! En segundo lugar, debe publicitarse en todas los lugares posibles la necesidad de llevar a todos los niños judíos, incluso a los bebés más pequeños, a la lectura de los Diez Mandamientos en Shavuot.
Aquí nuevamente encontramos la expresión de la unidad de estos dos extremos o niveles opuestos. La reunión de judíos en Shabat y la inclusión de incluso los niños más pequeños en la lectura de los Diez Mandamientos enfatizan la unidad y el bitul (auto-anulación) de todos los judíos. Al mismo tiempo, enfatiza el otro extremo, ya que cada judío es tan importante que cada individuo debe ser incluido y debe recibir la Torá en su propio nivel.

Que sea la voluntad de Di-s que nuestras buenas decisiones para aumentar la unidad judía produzcan la Redención de inmediato, para que podamos celebrar Shavuot de la manera más completa, en el Beit HaMikdash en Jerusalén, de inmediato.

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