Viene Mashíaj - La única web en español sobre la llegada del Mashiaj. El objetivo de la vida, hacer de este mundo una morada para Di-s. La llegada del Mashiaj es uno de los 13 principios de fe del pueblo judío. El Rebe de Lubavitch ha anunciado lo inminente de este fenómeno y está en nuestras manos lograrlo. ¿Como? Estudiando sobre el Mashiaj y la Gueulá. Creada y editada por Centro Leoded - Jabad Argentina
יחי אדוננו מורנו ורבינו מלך המשיח לעולם ועד
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Revelando a la Gueulá en la parshá Shemini - Ocho no solo es un número

Basado en el libro Likutei Sijot, Tomo 17, parshá Shemini, Sijá 1
¿Cuál es la relación entre el nombre de la parshá "Shemini" y el final de su contenido "Esta es la bestia que..."?
La Santidad verdadera se expresa en el reconocimiento de que hay impureza y pureza en el mundo, y la elección de la persona en la Santidad es la que la inserta en el interior de la existencia.
La parshá de la semana, Shemini, se ocupa en su mayoría a los acontecimientos que sucedieron el octavo día de ensayos para el armado del Mishkán (el templo que se construyó en el desierto), que fue el día de su inauguración, ese día maravilloso que descendió la Presencia Divina al mundo con la condición de posar y habitar en las almas de Israel. Es sabido, que todo detalle en la Torá, es fantásticamente exacto, nada sobra, nada falta. Más aún, incluso los nombres de las parshiot no son solo nombres elegidos por convención basados en el principio de cada parshá y nada más. Un nombre, de acuerdo a la Torá es un concepto profundo lleno de significado, un nombre que representa a la esencia interior de la cosa que con éste es nombrada. Esta idea se destaca con más fuerza con respecto a los nombres de las parshiot semanales. El nombre de una parshá está destinado a incluir en su interior la esencia de dicha parshá, hasta tal punto, que cada detalle de la parshá está relacionado y unido al nombre con el que se denomina a la parshá.
A la luz de lo mencionado surge una pregunta contundente sobre la parshá Shemini. Si bien, el principio de la parshá se ocupa de los sucesos del octavo día de los ensayos para armar el Mishkán, un tema relacionado de forma directa con el nombre de la parshá, sin embargo, cuando llegamos al final de su lectura, la Torá cambia el sentido de forma brusca y se dedica a leyes de animales, bestias, aves y reptiles, impuros y puros. Una cosa que, aparentemente, no está relacionada con el nombre de la parshá que es "Shemini", octavo. Después de todo, ¿cuál es la relación entre la inserción de la Presencia Divina en el Kodesh HaKodashim con un erizo, un camello y un burro?
La Torá del Jasidismo nos enseña que cada cosa tiene una esencia y significado interior, incluso los números. Uno, dos y tres, no solo son números, sino son conceptos espirituales profundos que nos transmiten mensajes importantes en el servicio a Di-s. La idea también es correcta con respecto a los números siete y ocho. En el interior de la Torá hay una caudal impresionante de conocimiento que explica el significado especial y la diferencia sobresaliente entre estos dos números.
El número siete representa a la naturaleza de la Creación y a la vitalidad Divina que se inviste en ella. Los siete días de la Creación, los siete días de la semana, los siete planetas, el ciclo de Shemitá de siete años, algunos ejemplos del hecho claro que la naturaleza de la Creación y el ciclo de la vida humana y del conocimiento Divino está relacionado con el número siete.
Frente a esto, el número ocho simboliza el nivel de Divinidad que está por encima de la naturaleza de la Creación, esta misma categoría infinita y celestial que es incomparable absolutamente a los siete números que la precedieron. Mientras que el resto de los números representan a los límites de la naturaleza, el número ocho representa al infinito, lo ilimitado, al Santo Bendito Sea Él mismo.
A pesar de la diferencia incomparable entre la cifras siete y ocho, una distancia infinita como corresponde a la diferencia entre lo finito y lo infinito, sin embargo, el número ocho no está desconectado y separado del resto de los números que lo anticiparon, pues al fin y al cabo, sin siete es imposible llegar al ocho...
El número ocho está construido sobre las bases de los siete números que lo precedieron. Este es un hecho simple, pero cuando traducimos esto a términos espirituales, podemos revelar una interesante enseñanza en todo lo relacionado a traer la Redención verdadera y completa.
En el Talmud está escrito (Erejín 13B) que el arpa de la era del Mashíaj será de ocho cuerdas, esto pareciera ser un hecho secundario al tema solo interesante para un director de una orquesta filarmónica, pero, ¿por qué el Talmud elige como positivo, enseñarnos este detalle trivial?
Sobre el tiempo de la Redención está escrito: "Y se revelará el honor de Di-s y verá toda carne que la boca de Di-s habló" (Ieshaiahu 40:5). Esta descripción profética viene a enfatizar que en el tiempo de la Redención, la observación de la Divinidad será una cosa común y corriente, simple y perceptible. Tal como hoy en día vemos plantas, animales y piedras, en el futuro inmediato lo veremos a Él, Bendito Sea, con la misma simpleza y naturalidad, como si fuera algo normal. Esto significa, que el honor de Di-s que se revelará en el futuro se insertará dentro de la naturaleza del mundo, la naturaleza de la carne cambiará y podrá ver Divinidad de forma abierta.
Sobre esto está escrito: "Luego derramaré Mí espíritu sobre toda casa y profetizarán vuestros hijos e hijas" (Ioel 3:1). Esta descripción del profeta viene a explicarnos que el espíritu de la profecía futuro será algo común y simple, sin condiciones previas como "la abstracción de lo material y mundano" o una elevación espiritual que es requerida en este tiempo. Será de lo más sencillo, lo más común de la vida cotidiana, como hacer las compras o regar las plantas...
Pero, ¿cómo va a suceder esto? ¿Cómo cambiará de una sola vez, toda la existencia que conocemos y empezaremos a observar Divinidad y profetizar?
Esta idea esta enclavada en el número "ocho", el honor de Di-s que se revelará en el futuro inmediato es al estilo del concepto del "ocho". Por un lado, elevado e incomparable a los siete anteriores, y a la naturaleza de la Creación tal como la entendemos hoy. Por otro lado, relacionado y construido sobre las bases de los siete números que lo precedieron, que significa que este mismo nivel espiritual maravilloso está relacionado con el mundo y penetra al mundo, cambiando al mundo en su interior, de una vez y para siempre. El arpa de ocho cuerdas representa a la revelación Divina futura, que a pesar de ser tan elevada, de todas formas, se inviste en la Creación profundamente, de acuerdo a las variables terrenales inferiores.
Ahora entenderemos la relación entre el nombre de la parshá "Shemini" (octavo) y el tema que trata la culminación de su lectura. El nombre de la parshá representa a la revelación Divina que descendió al mundo en Rosh Jodesh Nisan, esta misma revelación superior e infinita que posó en un formato de nube, en la Presencia Divina sobre el Mishkán. Esta misma revelación Divina está relacionada con el número "ocho", pues por un lado es superiormente desproporcional a la existencia del mundo y por el otro, penetra profundamente en el mundo.
El camino para llegar a la refinación profunda de la existencia del mundo hasta lograr que éste perciba Divinidad, es por medio del reconocimiento de cada uno de nosotros, que hay impureza y pureza en el mundo. hay bien y hay mal, hay animales impuros y hay animales puros. Nuestra tarea en la vida es diferenciar entre lo impuro y lo puro, entre lo apto y lo inapto, ente lo permitido y lo prohibido y esto es lo que provoca y trae el "octavo día", la revelación de la Presencia Divina con la Redención completa.
El final de la parshá nos enseña el camino correcto y directo para llegar al objetivo y al principio de la parshá. El camino para la revelación de la Divinidad ("el octavo día") pasa por la ruta del reconocimiento personal de la obligación de discernir entre lo bueno y malo. Justamente en un mundo donde existe la posibilidad del mal y la impureza, la persona por el lado de su elección se fortalece, asciende y se refina por encima de su tendencia natural, por la tanto, la Presencia Divina puede posar en su interior exactamente como el "octavo día".
Culminamos con una historia que destaca como justamente los obstáculos que se ubica delante nuestro, revelan al Santo Bendito Sea Él, en nuestra conciencia profunda. Una familia observante de Bnei Brak crió a todos sus hijos estudiosos de la Torá y temerosos del cielo, pero con el hijo más pequeño experimentaron duras dificultades y él abandonó el camino. Como respuesta, ellos desconectaron con él todo vínculo y lo alejaron de la casa. Ellos tenían un contacto con un Rebe importante de Bnei Brak y él los convocó: El Santo Bendito Sea Él les envió un niño preciado para hacerle saber que Di-s existe y ustedes en cambio lo alejan a este niño? Hasta hoy, todo les fue fácil y tuvieron satisfacción de todos vuestros descendientes. ¿Qué hizo Di-s? Les envió un niño para que les enseñe a rezar. ¿Y ustedes toman a este emisario y lo distancian?

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