Años después de que Marx y Engels escribieran el Manifiesto comunista, la realidad hace añicos todos sus sueños. El proletariado (clase obrera) está lejos de enterrar al capitalismo como se predijo. La revolución socialista más grande de la historia, la de China, "liberó" a cientos de millones de trabajadores en una situación vergonzosa en la que trabajan los siete días de la semana por salarios exiguos, para garantizar que los capitalistas de Occidente sigan disfrutando de todos los lujos del mundo. Pareciera que a los pensadores del marxismo no se les hubiera ocurrido un escenario más irónico: La hegemonía mundial del capitalismo depende hoy del control del Partido Comunista en China, que provee a la sociedad capitalista de mano de obra barata, cuyos derechos derechos son negados por su propio país, de manera que se quita a los demócratas ilustrados la responsabilidad moral por su destino, que permite que la situación vergonzosa se vuelva permanente y estable. En resumen, el marxismo llevó a sus seguidores a la esclavitud en su versión moderna.
A la luz de todo esto (y mucho más que eso), el fenómeno aparentemente desconcertante del renovado interés global en el socialismo y el pensamiento marxista es incomprensible. Las tasas de venta de El Manifiesto comunista han batido récords desde 2008, y la popularidad de escritos más modernos de este tipo está creciendo. Hoy se pueden encontrar en todos los rincones, algunos de los cuales fueron escritos por psicólogos y filósofos, y cuentan con un amplio respaldo de diversos movimientos populares.
¿Cómo? ¿Podría ser que el mundo simplemente se quedó sin ideologías antes de que comenzara a reciclar materiales viejos? Y al grano, ¿Qué es lo que realmente está mal con el gobierno de la clase obrera, en la prevención de las privaciones de los trabajadores, en una asociación justa en los recursos y en el apoyo del estado a los ciudadanos? ¿Por qué los capitalistas llegaron a cumplir los deseos declarados del comunismo?
Bueno, sin ir más lejos, la razón es que el comunismo sacó a Di-s de la foto. Ningún intento de crear un "nuevo mundo" tendrá éxito, por más justo y hermoso que sea, ya que no está basado en la fe en Di-s.
El Rebe de Lubavitch ER"M analiza esto cuando describe el fracaso de la Revolución francesa. En sí era justa, pero como no se basó en la fe, y el quite del yugo del rey se aprovechó para quitarse el yugo del reino de los cielos, todo terminó en una locura de corrupción.
Esto también se puede decir sobre otros movimientos políticos, pero este no es el lugar. Lo que es seguro es que pronto vamos a vislumbrar la aparición del gobierno perfecto: El gobierno del Rey Mashíaj. Su reinado expresará el Reino de los Cielos sobre la Tierra y logrará traer una abrumadora prosperidad mundial, física y espiritual, para cada uno en particular y para todos juntos. La utopía de todos los "ismos" y todo lo que la humanidad ha deseado para sí misma, se materializará y mucho más que eso. Y esta vez, para siempre.
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