Añadir más legumbres a la dieta puede proteger contra enfermedades cardíacas, diabetes e incluso el deterioro cognitivo. Las legumbres son ricas en fibra, lo que favorece la digestión, regula el azúcar en sangre y promueve la sensación de saciedad. Ricas en proteínas vegetales, las legumbres favorecen la reparación muscular y la salud inmunológica, mientras que su abundancia de antioxidantes ayuda a combatir el estrés celular.
El surgimiento de la humilde legumbre como un héroe de la salud tiene especial relevancia para la Parshá de esta semana, Ekev. La Parshá comienza con la promesa de Hashem de cumplir Su pacto con el pueblo judío, Ekev (literalmente, por cuanto) siguen Sus leyes. Rashi señala que la palabra Ekev significa talón, refiriéndose a Mitzvot menores que "la gente suele pisotear", considerándolas insignificantes.
La Torá nos recuerda que no solo importan los actos grandiosos o dramáticos. No hay necesidad de desarraigar montañas ni destrozar rocas. En palabras del HaIom Iom del 2 de Adar: "La verdad absoluta es que cualquier acto de servicio a Hashem, sea cual sea, es perfectamente satisfactorio cuando se realiza con verdadera intención: Una bendición pronunciada con atención plena; una oración como debe ser, con un corazón preparado y consciente "ante Quién te encuentras"; un pasaje de la Torá escrita dicho con la conciencia de que es la palabra de Hashem; un versículo de los Tehilim; y un hermoso rasgo de carácter expresado al brindar afecto y amor a otro".
Al igual que los beneficios ocultos para la salud de un simple poroto, los actos sencillos son los más poderosos espiritualmente. Nuestra generación es conocida como Ikvetá de Meshija: Los talones del Mashíaj. Somos el último y humilde paso, en un largo camino. Puede que no tengamos la grandeza espiritual de generaciones pasadas, pero poseemos algo igual de poderoso: La capacidad de santificar lo pequeño y sencillo.
En un mundo que celebra lo llamativo y ostentoso, recordemos que la transformación a menudo comienza en los lugares más olvidados: El talón, el poroto y la simple Mitzvá hecha con amor.
