Mashiaj, la verdadera Tefilat Haderej. La plegaria del viajero

Un alumno fue a despedirse de Rabí Meir de Stralisk luego de pasar las festividades junto a él. Le preguntó Rabí Meir: ¿Por qué te apuras en viajar? Contestó el alumno: "Me veo obligado a regresar rápido a mi casa en Gritza". "¿Que dices?, gritó Rabí Meir, "¿Desde cuando tu casa es en Gritza? Nuestra casa es la tierra de Israel... "
Luego de la plegaria de la mañana, acostumbraban los jasidim de antaño a recitar "Tefilat HaDerej", la plegaria para los viajeros, pues

Al Mashíaj lo traen los obreros simples

Su tumba en República Checa

Le preguntaron los jasidim a su Rebe: ¿Cómo es posible que el Mashiaj venga ahora en una generación de hombres tan pequeños como nosotros, y no en las generaciones anteriores donde hubo un nivel espiritual enorme? Contestó Rabí Shmuel Horovitz, conocido como el Rebe Shmelke de Nikoleshburg: “Cuando un rey envía a sus tropas a sitiar una ciudad, pasan varios días hasta que los soldados con mucha fuerza logran conquistarla. Esto provoca finalmente la destrucción de la ciudad. Cuando terminan los combates y reina la calma, es necesario

Desear al Mashiaj

El deseo. Este es el punto en que debe ser activada una nueva fase en el judaísmo, el deseo de traer al Mashíaj. Cuando una persona estudia acerca de la redención e internaliza su estudio, siente y vislumbra la redención desde lejos, despertando en él un fuerte deseo y anhelo de vivirla realmente. Uno de los planteos expresados más vigorosamente por el Rebe de Lubavitch en su discurso del 28 de Nisan de 5751 (abril del 1991), cuando urgió a cada uno de sus jasidim a

Mashiaj y Gueulá. Un esfuerzo mas y llegamos

Nuestra generación se compara a quien escala una montaña y se encuentra cerca de la cima. Para escalar se necesitan algunas condiciones. Tener fuerza, conocer bien los caminos y tener ropas apropiadas. Pero nosotros no tenemos estas condiciones. Debemos subir con sacrificio, estamos cerca de la cima, ya agotados de tanto esfuerzo, hay que fortalecerse y transitar el pequeño espacio que resta aún. En esta situación