Viene Mashíaj - La única web en español sobre la llegada del Mashiaj. El objetivo de la vida, hacer de este mundo una morada para Di-s. La llegada del Mashiaj es uno de los 13 principios de fe del pueblo judío. El Rebe de Lubavitch ha anunciado lo inminente de este fenómeno y está en nuestras manos lograrlo. ¿Como? Estudiando sobre el Mashiaj y la Gueulá. Creada y editada por Centro Leoded - Jabad Argentina
יחי אדוננו מורנו ורבינו מלך המשיח לעולם ועד
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La caída de la Unión Soviética, un anuncio de la llegada del Mashíaj

En el transcurso de la Primera Guerra Mundial, el imperio ruso sucumbió al régimen comunista. Una generación más tarde, la mitad de Europa fue consumida y esclavizada detrás de la cortina de hierro.
En el siguiente medio siglo, vivimos en un mundo dominado por dos superpotencias y tomados como rehenes de su conflicto. Una guerra mundial fue evitada solamente dada la capacidad que cada lado tenía para causar una destrucción masiva con armas nucleares que estaban apuntadas las 24 horas a sus respectivos centros de población.
Cuando Mikhail Gorbachov subió al poder en la Unión Soviética en 1985, el conocimiento común, impartido por líderes estadistas y analistas políticos, decía que la Guerra Fría –como fue llamado este estado de “paz” bajo terror mutuo– continuaría en el futuro cercano y más allá. El nuevo secretario general era un funcionario del partido por mucho tiempo, promovido por la estructura de poder que iba a desmantelar. Solo un profeta podría visualizar los cambios que ocurrirían bajo su mando.
En noviembre de 1987, cuando Gorbachov declaró a “Stalin y su séquito” responsables de “sistemáticas medidas represivas y actos de anarquía”, el mundo empezó a contemplar la posibilidad de una nueva Unión Soviética. Reformas al por mayor barrieron no solo todo Rusia, sino también Polonia, Alemania Oriental, Rumania, Checoslovaquia, Bulgaria y Hungría.
Estos eventos tuvieron un impacto dramático en el pueblo judío. Judíos que durante setenta años habían sido negados de siquiera ver un rollo de Torá, ahora podían ser introducidos a su patrimonio sin miedo a perder sus trabajos o a ser visitados a la medianoche por la KGB. Los jasidim de Jabad en la sinagoga de Marina Rocha, Moscú, rompieron las pesadas persianas azules que desde la época de Stalin habían ocultado la mikve clandestina y el jeider. Y las primeras oleadas de emigración judía, reprimida por décadas, surgieron con entusiasmo hacia el sur, para besar el suelo de la Tierra Santa. El antiguo régimen seguía en su lugar, y los ciudadanos de Rusia y Europa oriental, que habían experimentado intermitentes “nuevas eras” en el pasado que eventualmente fueron cortadas de raíz cruel y abruptamente, se mostraron cautelosos. Pero la vida, y particularmente la vida religiosa, se había tornado más soportable.
En septiembre de 1989, el Rebe declaró el entrante año judío de 5750 como el “Año de los milagros”, prediciendo acontecimientos milagrosos por venir. Pocas semanas más tarde, el perfil de Europa cambió de manera drástica y repentina. Uno tras otros, los regímenes comunistas de Europa oriental colapsaron, derribados no por armas y bombas, sino por manifestaciones pacíficas en las plazas de la ciudad donde el pueblo simplemente declaró su demanda de libertad.
Una persona lo previó todo. En 1985, el Rebe transmitió a sus jasidim en Rusia –aquellos que manejaban la red clandestina de instituciones judías– que lo peor ya había pasado. A comienzos de 1987, él instruyó a sus jasidim en la Tierra Santa que construyeran asentamientos y prepararan oportunidades de trabajo para las masas de judíos rusos que llegarían pronto.
El profesor Herman Branover, un destacado científico emigrante de Rusia, cuenta sobre una conversación que había tenido con el presidente Gorbachov durante una de las visitas de este a Israel años más tarde. Cuando le dijo a Gorbachov sobre las instrucciones del Rebe de preparar los asentamientos para la llegada de los judíos soviéticos, el presidente se mostró sorprendido. “Ni siquiera yo mismo, dijo, había llegado todavía a la decisión de iniciar estos cambios”.
El milagro subyacente, que el Rebe mencionó una y otra vez, era la naturaleza pacífica de estos cambios tan radicales. No hace falta ir más atrás que la Segunda Guerra Mundial para ver la devastación que puede acompañar un cambio político. En contraste, hoy en día los cambios están llegando de una manera más completa, pero al mismo tiempo pacífica.
El Rebe declaró a estos eventos como anunciantes de la Era del Mashíaj, cuando “las espadas se transformarán en arados”, y “no habrá más guerras, envidia o competencia..., ya que la ocupación del mundo será exclusivamente conocer a Di-s”.

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