En una hermosa ceremonia, en el punto culminante de los servicios de una festividad judía, el Arón HaKodesh (El arca sagrada) es abierto antes que los rollos de la Torá sean sacados para la lectura del día. Las oraciones que acompañan la apertura del Arón Ha Kodesh son recitadas, con la adición de varias líneas que son reservadas para la liturgia festiva. Específicamente, rogamos a Di-s que nos confiera Sus bendiciones y, específicamente, que “las palabras de este versículo se cumplan en nosotros: Y el espíritu de Di-s reposará en él, un espíritu de sabiduría y entendimiento, un espíritu de consejo y de poder, un espíritu de conocimiento y temor de Di-s.”. Estas son características verdaderamente nobles a las que cada persona debería aspirar. El único problema es que este versículoelogia las virtudes de Mashiaj. De modo que nos debe parecer a nosotros al menos un poco raro que tengamos el atrevimiento de pedir a Di-s que una profecía que aplica exclusivamente a Mashiaj sea cumplida en nosotros!. Pero, quizás no es tan exclusiva. La redención tiene 2 dimensiones, la redención macro-cósmica global de toda la humanidad y la micro-cósmica redención personal de cada individuo. Mientras que la redención global está limitada a una era específica, al redención personal es algo en lo que podemos trabajar de manera constante, en todo momento y lugar. Lo mismo es cierto en lo que respecta a Mashiaj mismo.El Mashiaj global se refiere a cierto individuo que posee las características descritas por el profeta, quien liderará a la humanidad hacia una era de paz y prosperidad sin precedentes. Al mismo tiempo, cada uno de nosotros tenemos una parte de Mashiaj en nuestro interior. Al activar esa parte en nuestro interior, que ve al mundo sin matices de egoísmo ni cinismo, nos sacamos a nosotros mismos de ese estado de exilio y enviamos una chispa final al estado global de exilio para culminarlo.
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