Viene Mashíaj - La única web en español sobre la llegada del Mashiaj. El objetivo de la vida, hacer de este mundo una morada para Di-s. La llegada del Mashiaj es uno de los 13 principios de fe del pueblo judío. El Rebe de Lubavitch ha anunciado lo inminente de este fenómeno y está en nuestras manos lograrlo. ¿Como? Estudiando sobre el Mashiaj y la Gueulá. Creada y editada por Centro Leoded - Jabad Argentina
יחי אדוננו מורנו ורבינו מלך המשיח לעולם ועד
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20 de MarJeshvan. Nacimiento del Rebe Rashab, quinto Rebe de Lubavitch

20 de MarJeshvan, en el año hebreo 5621 (1860) nace el quinto Rebe de Lubavitch, Rabí Shalom DovBer, el Rebe "Rashab".
¿Que tiene de importante una fecha de nacimiento? Pues en un líder judío que conforma parte de la dinastía del Jasidismo, cada fecha es un hito histórico en el proceso de revelación de la sabiduría Divina y la concreción del objetivo de la existencia. En el quinto Rebe de Jabad, Rabí Shalom DovBer de Lubavitch, el Rebe "Rashab", vemos un eslabón especial al fundar el "batallón del Rey David" de nuestra época, la casa de estudios de Jabad, el centro de estudios, Ieshivá Tomjei Tmimim.
Una de sus conferencias más famosas fue en Simjat Torá del año 1900 en el gran salón de dicha Ieshivá en Lubavitch. Y trató sobre la enseñanza Talmúdica: "Cada uno de los soldados de la casa de David.....". El Rebe Rashab explicó que el objetivo de la Casa de David es traer al Mashiaj. Esto se logra a través de expandir
el estudio de la Torá y el cumplimiento de las Mitzvot. Los alumnos de Lubavitch son los "soldados" cuya tarea es batallar para la revelación del Mashiaj, descendiente del Rey David, estudiando, difundiendo el Jasidismo y actuando de acuerdo con sus enseñanzas, o sea una batalla de luz, de paz y de unión. Aquí abajo el texto completo:
"Todo el que sale a la guerra de la Casa de David escribe un acta de Divorcio a su mujer" (Shabat 56a). “Casa de David” se refiere a la revelación del Mashíaj, descendiente de David. Como es conocido el episodio del ascenso del alma que realizó el Baal Shem Tov y estuvo en la Cámara del Mashíaj. Le preguntó: “¿Cuando vendrás, señor?”, a lo que el Mashíaj respondió: “Cuando tus manantiales se expandan al exterior”. Dicho claramente, cuando los manantiales de las enseñanzas del Baal Shem Tov y su modalidad de servicio a Di-s se difundan por el mundo, entonces vendrá el Mashíaj. La venida del Mashíaj depende, en cierta medida, de la difusión de sus manantiales hacia afuera y ello producirá su llegada. Eso es “Casa de David”- la revelación de la luz del Mashíaj, descendiente de David.Pero la Casa de David libra batallas. Si bien está escrito “y el espíritu de Di-s se mecía sobre las aguas” —lo que es enseñado por nuestros Sabios como “ése es el espíritu del Mashíaj”, significando que el propósito de la Creación era que la conducta de la materia del mundo fuera en el espíritu del Mashíaj— a causa del pecado del Árbol del Conocimiento y el de las generaciones siguientes que provocaban la ira de Di-s, la enmienda del mundo debe lograrse por vías del servicio —avodá— y su refinamiento. Así, la difusión de los manantiales del Baal Shem Tov será un prólogo para la venida del Mashíaj.
La existencia del mundo se divide en seis milenios. Dos milenios de "Tóhu" (caos), dos milenios de Torá y dos milenios de Era Mesiánica. Los dos milenios de Torá eran para enmendar los dos milenios de tóhu, es decir, refinar las chispas que se esparcieron al quebrarse los recipientes de tóhu. Luego vienen los dos milenios de Era Mesiánica. La revelación del Mashíaj y el sexto milenio en general, son llamados “talones mesiánicos”y la época en que viene el descendiente de David es la de “Se burlaron Tus enemigos, Di-s; se burlaron de los talones de Tu Mashíaj”(Tehilim Cap. 89).En verdad, siento enorme aflicción por la Sociedad Difusora del Iluminismo que durante años ha arremetido contra los "jadarim" (aulas de niños) y "melamdím" (maestros), con acusaciones ante el gobierno y ahora quieren —¡no sea así!— extirpar de raíz la Escuela Tradicional Judía y sus maestros, e impurificar, Di-s libre, las mentes de los niños judíos con la negación de Di-s y Su Torá a través de sus maestros apóstatas y la amarga nueva plaga, delegación de ángeles del mal, los maestros de las peligrosas escuelas....siento enorme dolor por ellos. Pero estoy seguro de que veo los amargos cambios para peor y los padecimientos que causarán a la comunidad judía y luego el dulce final de la época de la venida del Mashiaj. Mientras tanto, durante la época de los talones mesiánicos, debemos librar la guerra de la Casa de David. Estudio lo dicho por los Sabios “Si has visto una generación tras otra blasfemar, aguarda a los pies del Mashíaj. ¿Por qué? Porque [está escrito:] ‘Se burlaron Tus enemigos, Di-s; se burlaron de los talones de Tu Mashíaj’ y ¿qué está escrito a continuación? "Bendito sea Di-s por siempre, Amén y Amén”, [de la siguiente manera:] “Si has visto una generación tras otra blasfemar” — la primera generación que blasfema es la de las escuelas de la Sociedad Difusora del Iluminismo y sus peligrosos jadarím y melamdím, quienes criarán a la segunda generación de blasfemos y mofadores, los que traerán los dolores de parto [de la venida] del Mashíaj sobre el mundo y sobre el pueblo judío. Es al respecto que se precisa librar la “batalla de la Casa de David”, o sea, fortalecer la fe en la Redención Perfecta a través del Mashíaj para aliviar estos dolores.En el mal de la época de los Talones Mesiánicos hay dos categorías: Una es la de “Tus enemigos, Di-s” — los viejos agnósticos, iluministas, la Sociedad Difusora del Iluminismo, los heréticos maestros de los peligrosos jadarím, y sus alumnos, la ya mencionada segunda generación de mofadores, quienes son, todos, enemigos de Di-s, y cuyo objetivo por entero es burlarse de Di-s y de Su Torá. La segunda categoría la conforman aquellos que sí piensan en los Talones Mesiánicos. Los enemigos de Di-s no creen en nada; no creen en Di-s, no creen en la Torá de Di-s, se ríen de los preceptos de Di-s en general y de la fe en la venida del Mashíaj en particular. Pero la segunda categoría es la de personas que en términos generales creen en Di-s y en Su Torá, pero sin la santidad de la Torá. Hay quienes creen en la redención por fuerzas propias, como aquella nueva sociedad que tergiversa el versículo “Construye Di-s a Jerusalén, reúne a los dispersos de Israel”, y dice que los dispersos de Israel se habrán de reunir y serán los constructores de Jerusalén. Ojalá no provoquen, Di-s libre, un nuevo aniquilamiento espiritual y material, Di-s nos preserve de ellos y de sus grupos.En la segunda categoría de personas, las que “se burlaron de los talones de Tu Mashíaj”, hay diferentes jerarquías, incluyendo individuos que son refinados benei Torá pero débiles en su fe en la Redención. Incluso explican esta postura suya con justificativos de temor a Di-s, pero en verdad se trata de una debilidad suya en la creencia en la venida del Mashíaj.La “guerra de la Casa de David” exige estrategias — “no con poder ni con fuerza, sino con Mi espíritu”. Jail (poder) y kóaj (fuerza) son ética (musar) y reprimenda (tojajá), y “Mi espíritu” es la Sección Interior de la Torá, jasidut, un entendimiento Divino y el servicio del corazón [plegaria].Es necesario estudiar de la Sección Revelada de la Torá con suma concentración analítica, saber cada tema con todos los detalles de sus opiniones, en forma sistemática y ordenada, desde el fundamento de la ley tal como éste se encuentra insinuado en la Torá Escrita, cómo ésta se encuentra concisamente sintetizada en la Mishná, cómo se explica en extensa polémica en la Guemará y es enseñada por las posiciones de Rashi y Tosafot, reflexionar a conciencia en el estilo dialéctico del Rambam, las novedades propuestas por el Rashbá, saber cómo la ley es citada en el Tur y el Bet Iosef y profundizar en el estilo dialéctico del Shulján Aruj del [Alter] Rebe. Pero después de todo esto hay que saber que ésta es [tan sólo] la sección revelada de la Torá y que lo revelado tiene un interior y que lo interior es la vitalidad de lo revelado, y el asentamiento adecuado del entendimiento Divino se logra, de hecho, en el servicio del corazón [la plegaria].Los tmimím (alumnos de Jabad) son quienes deben prestar servicio en la “guerra de la Casa de David”. Son ellos quienes deben salvar la situación de la comunidad judía en la época de los Talones Mesiánicos de los enemigos de Di-s, la Sociedad Difusora del Iluminismo, los alumnos de sus peligrosas escuelas, los alumnos de sus alumnos y los que se burlan de los Talones Mesiánicos.Quien sale a la guerra de la Casa de David escribe un Acta de Divorcio a su mujer”. En el plano material, la norma es que el soldado debe ser un hombre sano. No sólo no tendrá mutilaciones, sino que debe estar sano en sus 248 órganos y 365 venas y arterias, porque el soldado, para actuar con valentía, debe estar sano. Así es en el plano material, y con más razón en el espiritual.El soldado necesario para la “guerra de la Casa de David” debe ser un hombre sano. No basta con que no tenga defecto en sus 248 órganos, esto es, los 248 preceptos positivos y en sus 365 venas y arterias, o sea, los 365 preceptos negativos. Debe ser un hombre vigoroso, resuelto en el servicio a Di-s y en el temor a Di-s.La enseñanza jasídica denomina esta firmeza con el nombre de eitán. La palabra significa “fuerte” y “duro”. En “fuerte” hay niveles: más y más fuerte. En “duro” no hay niveles. Se trata de un “duro” frente al cual no hay más duro. Esto es cuando la firmeza en el temor a Di-s es tal que ningún viento del mundo puede moverla de su lugar en Torá y servicio a Di-s, y éste es el auténtico poseedor de espíritu de autosacrificio, al que ningún obstáculo e impedimento, ninguna prueba podrá perturbarlo en su conexión con el Creador. Un soldado tal es el “ben jáil” en la “guerra de la Casa de David”, el que puede salvar, y ha de salvar, la situación judía [resultante] de los enemigos de Di-s y quienes se burlan de los Talones Mesiánicos, engrandeciendo la Torá con temor a Di-s e inspiración a teshuvá. Ahora bien, para ser un “soldado” en la “guerra de la Casa de David”, es preciso escribir antes un Acta de Divorcio a todas las cuestiones corpóreas que son hábito de las personas mundanas y entregarse a la Dirección de la Ieshivá Tomjéi Tmimím, la que educa y orienta a los “soldados” para la “guerra de la Casa de David”.Nuestros Sabios dicen que antes del arribo del Mashíaj tendrán lugar los dolores de parto de su venida. Estos serán tanto en lo material como en lo espiritual. Lo que los Sabios expresan sobre esa época asusta. ¡Tmimím!(Alumnos) Las concepciones mundanas y la atmósfera mundana, incluso entre los observantes de la Torá y las mitzvot, son frívolas y huelen a herejía. Porque entre frivolidad y herejía hay una delgada separación. Y quienes no han tenido mérito —los que por desdicha están envenenados con la arrogancia de sus propias novedades logradas en la Torá— encuentran varias expresiones de los Sabios que los enfrían a ellos y enfrían a los judíos con la simplicidad de la Torá, que la Torá debe estudiarse con la simplicidad del intelecto humano.Está escrito: “Pues Di-s, tu Señor, es un fuego que consume”. La Divinidad es un fuego llameante. El estudio y la plegaria deben llevarse a cabo con el entusiasmo del corazón, que “todos mis huesos expresen” las palabras de Di-s en la Torá y en la plegaria. Cuando un jasid estudia Torá, en su pensamiento interior deben reverberar las  palabras: la Torá es la sabiduría y la voluntad de Di-s, bendito sea, y cada día ha de ser a tus ojos como nueva. Tal como entonces, [en Sinaí, fueron recibidas] con temor y miedo, con temblor y sudor, también así debe ser ahora.  El jasid, tuvo genuino temor reverencial por el Dador de la Torá, a Quien percibía y sentía en la Torá. Cuando el jasid oraba, en su pensamiento interior estaban presentes las palabras “Sabe ante Quién estás parado”. En otras sinagogas esta frase está inscripta sobre el púlpito, que el púlpito sepa ante Quién está parado. En las sinagogas jasídicas esta frase no está inscripta sobre el púlpito, sino grabada en la mente y el corazón.Para el jasid, responder Amén, Amén iehé shmé raba y decir Baruj Hu uBaruj Shemó, es todo un mundo. El jasid debe tomar conciencia, y la toma, del Kel Mélej neemán que hay en el alma del Amén. El jasid debe tomar conciencia, y la toma, del significado de las palabras Baruj Hu uBaruj Shemó, que esto es el “Tú, solo, eres Di-s” de antes de las contracciones del Tzimtzúm —Baruj Hu es el “Tú eres”, y Baruj Shemó es el Nombre Inefable de antes del tzímtzúm—. Y en la meditación presente en la noción de Baruj Hu uBaruj Shemó capta el jasid la supremacía que hay en la idea de Baruj Hu ubaruj Shemó frente al concepto de “Tú, solo, eres Di-s”. Todos los que han estudiado, y estudian, jasidut, con profundización y a conciencia (no como los jasidím hogareños que beben café o achicoria Shabat a la mañana y miran dentro del Torá Or o el Likutéi Torá y olvidan la máxima de Rabí Shimón bar Iojái, que “todo erudito del que se repite una enseñanza en este mundo, sus labios murmuran” y de la conocida máxima: “Todo el que dice algo en nombre de quien lo dijo, debe ver como si el autor de lo dicho está de pie frente a él”. Cuando se estudia Torá Or o Likutéi Torá, los santos labios del Alter Rebe, el Míteler Rebe, y de mi abuelo el Tzemaj Tzedek, susurran en sus tumbas. Cuando se estudia Torá Or o Likutéi Torá, los autores de esa enseñanza, el Alter Rebe, el bisabuelo Míteler Rebe, y el abuelo, el Rebe Tzemaj Tzedek, están de pie junto a él. El más inferior de la comunidad jasídica no tendrá la tosquedad de sentarse y beber café cuando las sagradas almas de los santos Rebes están junto a él. Los jasidím hogareños no tienen la culpa. La fría atmósfera reinante en el mundo del cumplimiento de mitzvot por hábito ejerce sobre ellos una mala influencia, y en ellos todo se enfría; se estudia con frialdad, se canta con frialdad, se baila con frialdad, es un mar de hielo, todo está congelado en ellos; incluso el pulso jasídico late en ellos débilmente y medio desvanecido. Jasidut debe estudiarse con pasión, sin bulla exterior, sin vociferar, pero sí con un entusiasmo interior, que no solamente él viva en la captación de Divinidad que estudia, sino que el tema viva en él. Lo principal en el estudio de jasidut es que éste se realice con seriedad del alma. El jasid estudia jasidut por y para sí, no para el jasidut. Hay necios que estudian jasidut por el jasidut se creen entendedores, han estudiado un par de decenas de maamarín y trotan por campos y bosques vacíos. Con salvajes “opiniones del estómago” interpretan temas jasídicos. En síntesis, estudian jasidut —es decir, que el jasidut sea jasidut— pero no para que ellos sean jasidím. La verdad del estudio del jasidut—que el estudio haga del estudioso un jasid— está más allá de ellos. Los falsos entendedores, cuyo objetivo al estudiar jasidut no es más que en aras del entendimiento de temas de carácter Divino, pero no para la avodá, además de continuar ignorantes en el estudio y conocimiento del jasidut, son de los que heredan dos infiernos, en este Mundo y en el Venidero... Me dan lástima. Imploro a Di-s que evoque un espíritu desde lo Alto para que hagan teshuvá, una teshuvat hamishkal [una en la que el placer obtenido ahora de lo sagrado es equivalente al devengado de lo opuesto] y quienes actúan con desenfreno y persisten en su necedad, Di-s no accederá a perdonarlos porque profanan la santidad del jasidut. Jasidut debe estudiarse por uno mismo, que le enseñe cómo ser un hombre auténticamente temeroso de Di-s, y cómo ser un servidor de Di-s con amor y temor y comportarse en todos los aspectos con buenos rasgos de carácter acorde a la Torá. Quienes estudian jasidut a conciencia y con concentración conocen la diferencia entre el primer tzimtzúm —con el que se contrajo la luz infinita— y las contracciones del Orden Progresivo Descendente—Seder Hishtalshelut—. El carácter de estas últimas es el de disminución. Antes de la contracción brilla una abundancia de luz, y a través de la contracción ésta se reduce. Pero el primer tzimtzúm no pretende reducir sino retirar y la luz de luego de la [primera] contracción es de una calidad totalmente diferente que la de la luz que precede al tzimtzúm. Esta es la diferencia entre reducción y retiración. Reducción es [que la luz posterior es de] idéntica calidad [a la anterior], pero reducida, tanto cuantitativa como cualitativamente. Retiración significa que hay una diferencia en la esencia de la luz tal como ésta es luego del tzimtzúm frente a como lo era antes de éste. En el jasidismo hay explicaciones intelectuales acerca del tema del primer tzimtzúm en general y acerca de la diferencia entre éste y las contracciones del Orden Progresivo Descendente. La intención del Creador, bendito sea, con el primer tzimtzúm, es que las almas judías, a través de la avodá —servicio— de Torá y mitzvot, atraigan la luz infinita de antes del tzimtzúm a los planos posteriores al tzimtzúm. Esta es la supremacía de la noción intelectual de—que el estudio haga del estudioso un jasid— está más allá de ellos. Los falsos entendedores, cuyo objetivo al estudiar jasidut no es más que en aras del entendimiento de temas de carácter Divino, pero no para la avodá, además de continuar ignorantes en el estudio y conocimiento del jasidut, son de los que heredan dos infiernos, en este Mundo y en el Venidero... Me dan lástima. Imploro a Di-s que evoque un espíritu desde lo Alto para que hagan teshuvá, una “teshuvat hamishkal” [una en la que el placer obtenido ahora de lo sagrado es equivalente al devengado de lo opuesto] y quienes actúan con desenfreno y persisten en su necedad, Di-s no accederá a perdonarlos porque profanan la santidad del jasidut. Jasidut debe estudiarse por uno mismo, que le enseñe cómo ser un hombre auténticamente temeroso de Di-s y cómo ser un servidor de Di-s con amor y temor y comportarse en todos los aspectos con buenos rasgos de carácter acorde a la Torá). Quienes estudian jasidut a conciencia y con concentración conocen la diferencia entre el primer tzimtzúm -con el que se contrajo la luz infinita— y las contracciones del Orden Progresivo Descendente—Seder Hishtalshelut—. El carácter de estas últimas es el de disminución. Antes de la contracción brilla una abundancia de luz y a través de la contracción ésta se reduce. Pero el primer tzimtzúm no pretende reducir sino retirar y la luz de luego de la [primera] contracción es de una calidad totalmente diferente que la de la luz que precede al tzirntzúm. Esta es la diferencia entre reducción y retiro. Reducción es [que la luz posterior es de] idéntica calidad [a la anterior], pero reducida, tanto cuantitativa como cualitativamente. Retiro significa que hay una diferencia en la esencia de la luz tal como ésta es luego del tzimtzúm frente a como lo era antes de éste. En el jasidismo hay explicaciones intelectuales acerca del tema del primer tzimtzúm en general y acerca de la diferencia entre éste y-las contracciones del Orden Progresivo Descendente. La intención del Creador, bendito sea, con el primer tzimtzúm, es que las almas judías, a través de la avodá—servicio- de Torá y mitzvot, atraigan la luz infinita de antes del tzimtzúm a los planos posteriores al tzimtzúm. Esta es la supremacía de la noción intelectual de Baruj Hu uBaruj Shemó por sobre la de “Tú, solo, eres Di-s”. “Tú, solo, eres Di-s” es la luz infinita de antes del tzimtzúm, y se encuentra en su lugar, allí, tal cual es, en tanto que Baruj Hu ubaruj Shemó es la luz infinita—o sea, el “eres” y el “Di-s”— como ésta es antes del tzimtzúm, pero con la novedad de que se ha extendido a los planos de después del tzimtzúm a través del servicio sincero de decir Baruj Hu uBaruj Shemó con concentración. El día en que cumplí cinco años —el 20 de Mar-Jeshván de 5626 [1865]— mi padre [el Rebe Maharash] me llevó a lo de mi abuelo [el Tzemaj Tzedek] para que me bendijera. Luego de bendecirme, me quedé a un lado y escuché lo que mi abuelo habló con mi padre. Una de las cosas que dijo fue: “El abuelo, el Alter Rebe, dijo: El abuelo, el Baal Shem Tov, es el patriarca Abraham del jasidismo. Sobre el Patriarca Abraham está escrito que era generoso con su dinero, su cuerpo y su alma. Nuestro Patriarca Abraham hizo todo sacrificio necesario para acercar a la Divinidad a la persona más simple y así hizo el abuelo, el Baal Shem Tov. Fue generoso con su dinero, su cuerpo y su alma, e hizo todo sacrificio necesario para acercar al judío más simple. “Sobre nuestro Patriarca Abraham —dijo el abuelo a mi padre, en nombre de su abuelo, el Alter Rebe— está escrito: ‘Hasta Abraham el mundo se conducía en tinieblas; vino Abraham y comenzó a dar luz’. También hasta la época de Abraham hubo grandes tzadikím, pero todos eran “tzadíkím de tiniebla”. Nuestro Patriarca Abraham fue el primer tzadík que comenzó a dar luz. Hasta la época del abuelo, el Baal Shem Tov, el mundo era una casa a oscuras. Los benei Torcí tenían luz en sus moradas, pero entre los judíos intermedios en general, y entre los judíos simples en particular, el mundo era una casa a oscuras. Vino el abuelo, el Baal Shem Tov, y comenzó a dar luz. “El abuelo, el Baal Shem Tov, hizo ventanas en la casa a oscuras del mundo. Amén es una ventana, Amén iehé shemé rabáí es una ventana, Baruj Hu uBaruj Shemó es una ventana. Y con la ideología genuina de que la plegaria y el recitado de Tefilin de los judíos simples son muy preciados a Di-s, iluminó la casa a oscuras del mundo con la luz de las letras de la Torá, la plegaria y los Salmos. Esto escuché cuando tenía cinco años. Diez años después oí de mi padre una amplia explicación del tema de las letras, cuyo concepto es el de la luz, así como la ventaja activa de las letras del habla —que el habla estimula la esencia del alma, como está escrito: “Mi alma salió con su palabra”, o sea, que su palabra estimuló mi alma—. Esto es lo que decimos [en nuestra plegaria] “Todos mis huesos Te hablarán”; en el habla se expresa toda la esencia, pero ello es sólo cuando el habla es con entusiasmo, con la vitalidad interior del “Di-s, tu Señor, es un fuego que consume”. El entusiasmo en la Torá y en la plegaria que resultan del “Di-s, tu Señor, es un fuego que consume” se da sólo en aquél que “Si tuvo mérito, [la Torá] se convierte para él en elixir de vida”. En los “meritorios” existe este entusiasmo, mas los “no-meritorios” son fríos y enfrían a todos con la simplicidad de la sección revelada de la Torá y su frivolidad ahuyenta y oscurece la luminaria de la Torá. La luminaria de la Torá, esto es, el aspecto interior de su parte revelada, es la vestimenta de Di-s, el Dador de la Torá. Percibir la luminaria de la Torá y ver al Dador de la Torá es algo que se logra exclusivamente a través de la plegaria extendida y la meditación en un entendimiento Divino y cuando este entendimiento Divino brilla en su corazón y produce un despertar de amor y temor y genera una acción buena concreta. Entonces se palpa la luminaria de la Torá y se siente al Dador de la Torá. Ni el estudioso persistente, ni siquiera el genio talmúdico, se hacen acreedores a la luminaria de la Torá. Es posible ser un estudioso y un genio, uno que expone novedades en la Torá, que se derramen en torrente concepciones y criterios intelectuales que intimidan al entendimiento, pero no tener relación con la luminaria de la Torá, ni tener alguna idea sobre el Dador de la Torá, porque toda la idea de Divinidad está más allá de él: La luminaria de la Torá ha percibe el hombre de servicio, el que ora con meditación en un concepto de Divinidad. Este tiene una percepción en la luminaria de la Torá y tiene las herramientas de la captación y medida de la Divinidad. Los tmimím deben refinar las ideas mundanas y traer calidez a la fría calle mundana judía. Su refinación no es a través de repelerlas y suprimirlas, como sería en un farbrenguen jasídico, lo que es bueno sólo temporariamente y como preámbulo global para el servicio de refinamiento. Cada servicio debe tener un prólogo. Particularmente, el servicio del Alma Animal y su séquito exigen un sólido prefacio y éste es el golpe global que produce una anulación global en la calidad global del Alma Animal. A veces sucede que el rico del pueblo —el que incluso en la intimidad es llamado “Reb Iaacov Naguid (el mecenas)”— entra a un farbrenguen jasídico, y el jasid Motl Kavtzen (el paupérrimo), quien deambula con las alcancías de [las Sociedades] “Pan para Mendigos”, “Ropa para los Desnudos” y “Sociedad de Visita a los Enfermos”, le lanza un “Iánkel, ven acá!” y lo sienta junto a sí, o cuando el yerno del Rabino, el joven prodigio Reb Eliezer Shklover "Mejadesh" ("El innovador"), entra a un Beit  HaMidrash jasídico y se encuentra con una grupo de jasidím, y el que lleva la voz cantante es Shloime, el jasídishe melamed—[a quien llaman] Shloime “el pelirrojo”—, o Leibe Tzaites, y le dicen, con gran alborozo: “¡Hagan un lugar para Léizerke mejadesh!”, esto es un puñetazo global sobre la altanería de la riqueza y la vanidad del conocimiento de la Torá. Pero tras la anulación global debe haber un refinamiento de los detalles. Distinguir el bien de mal que hay en la riqueza. Desde lo Alto le brindan la posibilidad de hacer cosas buenas con su riqueza, sostener a estudiosos de la Torá, amparar necesitados, asignar préstamos y hacer caridad con mano generosa; hay que darle a entender eh inmenso privilegio que se le ha conferido desde lo Alto, lo que logrará con tzedaká, cosas inmensas, en el fortalecimiento de la Torá y las buenas obras. Este es el lado positivo de la riqueza. Pero también tiene un lado negativo. Es el “engordaste, te has hecho obeso, cubierto de grasa”, el “el rico responderá con insolencia”. La riqueza lo enceguece y no percibe su propia calidad, cuán bajamente burdo es él. Su riqueza lo hace verse a sus propios ojos como un hombre listo y erudito, inventa diversas alcurnias y da su opinión sobre el Rabino, el shojet, el melamed, cómo se debe estudiar en los jadarím, en la Ieshivá. Olvida que es un ignorante. Su opinión en cosas de este estilo es nula. El mismo llamaría “loco” al indigente ignorante que se inmiscuye en el rabinato y en planteos de Torá, pero olvida su propia ignorancia. Es tan ignorante como el pobre; a aquél llama loco, y él es el “versado”. También es necesario dar a entender a los ricos que no aprovechan la riqueza para objetivos apropiados, que es Di-s quien les ha concedido la riqueza y que deben saber la enorme responsabilidad que tienen, y hacen que esta riqueza sea en su perjuicio. Los ricos que emplean su riqueza en lo que corresponde, o sea, en extender la Torá, sostener a quienes la estudian y hacer caridad y beneficencia, disponen de sus frutos en este mundo y el capital perdura intacto para el Mundo Venidero. Y aquellos que no la emplean conforme la intención Divina, ¿qué les da la riqueza? Además de carecer de los frutos del capital, que es para el Mundo Venidero, tienen los frutos de “causar su perdición para el Mundo Venidero”. Los ricos que emplean su riqueza en conformidad con la intención Divina, para Torá y tzedaká, son meritorios ellos y hacen meritorios a los demás; los que no lo hacen, son pecadores ellos y hacen pecar a los demás. Entregan su dinero a los peligrosos jadarím donde se profana la santidad de la Torá, donde los maestros son herejes, no visten tzitzit, se burlan de las interpretaciones de nuestros Sabios, hacen del sagrado jumash una historia sin sentido, Di-s libre, de los santos Profetas un libro de literatura, Di-s Se apiade. Los maestros de los jadarím peligrosos y los maestros de la Sociedad Difusora del Iluminismo extirpan la fe de los niños judíos e implantan en ellos el odio a la Torá y al judaísmo raigal. Los alumnos de sus escuelas serán los detractores de la fe y los opresores del pueblo judío, más que los aterradores pogromistas. La riqueza es una de las cosas más felices y desdichadas que Di-s creó en el mundo. Es la máxima prueba para el hombre. Cuando se sabe qué hacer con ella y se aprovecha para el sostén de la Torá y para tzedaká conforme la Torá, su poseedor es bienaventurado en este mundo y en el Venidero. Pero cuando no se sabe qué hacer con ella y se derrocha en lo que no se debe según la Torá, pobre de él. Lo mismo es válido para el erudito y gaón que elabora novedades [en su estudio]. Luego de la anulación global hay que seleccionar el bien del mal que hay en la erudición y genialidad, y dejar bien en claro que en el conocimiento de la Torá lo principal es saber que la Torá es la sabiduría y la voluntad de Di-s, bendito sea, y que permanentemente es necesario recordar al Dador de la Torá. Los jasidím ancianos tienen por tradición una historia real acaecida en su época, cuando el Alter Rebe era aún un joven. En Vitebsk había cierto erudito al que llamaban Reb Elisha gueón hagueoním —genio de genios— un compañero predilecto de Reb Zalman Beshenkovitzer. Este tenía una sólida pregunta sobre un comentario de Rashi en el Tratado de Eruvín. Todos los eruditos bregaban por responder esa pregunta, cada cual proponía su explicación. El A/ter Rebe ofreció la suya, con la que coincidieron la mayoría de los eruditos. Reb Elisha era un tío-abuelo de Reb Leib Segals, uno de los que había examinado al Gaón de Liozna, el Alter Rebe, cuando éste tenía catorce años. Y Reb Leib Segals, el hombre más adinerado de Vitebsk, buscaba concertar una propuesta matrimonial con Reb Baruj Viskvaliker, quien vivía en la finca de su dote, a unas tres viarst de Liozna. Cuando el [Alter] Rebe tenía seis años, estudiaba en el parque frutal con su hermano, Reb Mordejái —un año menor que él— el versículo “Estos son los hijos de Seír, el Jorita, habitantes de la tierra” con el comentario de Rashi. Reb Mordejái no lograba comprender cómo podía saberse qué tierras eran mejores para el sembrado de determinadas frutas. Entonces el Rebe le explicó y demostró que se podían escuchar las napas de agua que corren bajo la tierra. Y dijo que bajo el montículo de piedras blancas corría un manantial de aguas vigorosas. Con el correr del tiempo el manantial se filtró por el montículo de piedras blancas y formó un amplio estanque del que, años más tarde -cuando estalló una epidemia entre los animales—, los poblados circundantes obtuvieron muchos beneficios y le dieron el nombre de “Fuente Blanca”. Cuando el Rebe se convirtió en el yerno de Reb Leib Segals, los gueoním de Vitebsk, con Reb Baruj a la cabeza, lo tuvieron en muy alta estima. Todo esto fue hasta el episodio con el Rashi en Eruvín. Cuando los genios de Vitebsk aceptaron la explicación de este Rashi dada por el Rebe, Reb Elisha se sintió muy disgustado. El estudiaba el tema con otra interpretación que la de Rashi, y argumentaba que “míMidbar Mataná” —que la Corona de la Torá le corresponde a quien se hace acreedor a ella—. Rashi era un comentarista en su generación, y Reb Elisha parush ugaón (el asceta y genio talmúdico) —así solía llamarse a sí mismo- es un comentarista en la suya. En Vitebsk había un discípulo del Baal Shem Tov, Reb Efráim, un hermano de Reb Moshé —tío del autor del “Prí HaAretz”—, un gran erudito. Su sustento provenía de la jardinería, en la que también trabajaban sus hijos. Era un conocedor versado y entendedor agudo tanto en la Torá Revelada como en la Cabalá, y era uno de los principales exponentes entre los eruditos de Vitebsk. Era conocido como un adepto del Baal Shem Tov, y los antagonistas a las doctrinas del Baal Shem Tov lo apreciaban mucho por su sinceridad. Era el primer año tras la desaparición del Baal Shem Tov —5521 [1761]—. Reb Elisha se quejó ante Reb Efráim: “¿Es posible? ¡Mi interpretación fue rechazada porque Rashi interpreta de un modo diferente. También los autores de Tosafot se expresan de manera diferente a Rashi, el Raavad se expresa de manera diferente al Rambam, y cuando él, Reb Elisha, dice distinto que Rashi, no se lo quiere aceptar! ¡La Torá tiene setenta rostros!” Reb Efráim, el sincero, respondió con toda simplicidad: “Está escrito: ‘He aquí que un rollo revolotea, escrito del derecho y del revés’. Dado que hay ‘derecho’ también hay ‘revés’. Rashi y Tosafot, Rambam y Raavad — sus comentarios, opiniones y definiciones, son parte de los setenta rostros de la Torá. Los comentarios, opiniones y definiciones tuyas, son de los setenta “reveses” de la Torá”. Cuando se estudia Torá como corresponde, con humilde anulación, las novedades deducidas pertenecen a los setenta rostros de la Torá. Pero cuando se la estudia sintiendo al propio yo y con tosquedad de espíritu, las novedades deducidas pertenecen a los setenta dorsos de la Torá. El orden en el servicio a Di-s, tanto consigo mismo como con el semejante, debe contar primero con la anulación global que consiste en asestar un golpe global a la esencia y ser del mal. A continuación debe seguirle la refinación de los aspectos individuales, seleccionar del mal el bien que se encuentra en él, y el servicio particular consiste en extraer la chispa de bien presente en el mal, y repeler el mal, expulsarlo. Tal como se precisa de la avodá en detalle en refinar el bien y el mal que hay en el mal, así se precisa de la anulación global. Es más, la anulación global es el elemento sostenedor por excelencia del servicio particular, en la tarea de refinamiento —birurím. Entre los jasidím del Míteler Rebe circulaba una expresión: que una palabra de anulación dicha “de paso” por Mijl, el melamed rengo, convierte a la persona en recipiente para acoger las palabras del Rebe en iejidut —audiencia privada—. Reb Shlomo Maneszohn —el padre de Reb Menajem Manes— era uno de los jóvenes jasidím del Míteler Rebe. Era un adinerado hijo de ricos, educado y orientado por jasidím que ya habían estado con el Alter Rebe. Después de iejidut, solía hacer farbrenguen con los jasidím y bailar la danza de iejidut, mas todo era frío en comparación con la calidez jasídica. Era, para decirlo de alguna manera, demasiado “hogareño” (balebatish). Reb Shlomo, como el resto de los jasidím jóvenes de Shiklov, solía orar con fervor y juntarse con los jasidím y hacer farbrenguen como es la usanza jasídica. Cierta vez, antes de un farbrenguen, Mijl, el melamed rengo, se largó a llorar desconsoladamente, golpeándose la cabeza y el corazón, diciendo: “¡Señor del universo! Ten compasión de mí y ayúdame a que sienta un gustoso entusiasmo en el ‘Ilumina nuestros ojos con Tu Torá, adhiere nuestro corazón a Tus mitzvot y une nuestro corazón para amar y temer a Tu Nombre’ como el gustoso entusiasmo que tiene Shlomo Maneszohn en ‘la riqueza y el honor están delante de Ti”’. Pese a que Mijl, el melamed, no tuvo intención alguna de humillar a Reb Shlomo, lo dijo con extrema sinceridad. El —Mijl, el melamed— pensaba en sí mismo y no estaba satisfecho con su nivel en el servicio a Di-s, el hecho de que la súplica ‘Ilumina nuestros ojos con Tu Torá”’ no fuera sentida con tan verdadera autenticidad como sí siente Reb Shlomo la de ‘la riqueza y el honor [están delante de Ti]’. Sin embargo, su declaración produjo un fuerte impacto en Reb Shlomo. Este viajó de inmediato a Lubavitch, estuvo con el Míteler Rebe en iejiut,, y a partir de entonces se convirtió en una nueva persona. En la educación y orientación jasídica se ve, a cada paso, el “es más grande su servicio que su estudio”. Iejidut es “su estudio”, un farbrenguen  jasídico es “su servicio”. Se ve, palpablemente, que “su servicio” es superior a “su estudio”. Los ocho años en los que Reb Shlomo viajó a Lubavitch y estuvo en iejidut no bastaron para afectarlo, mientras que las casuales palabras de humillación de Reb Mijl melamed tuvieron tal impacto que éstas lo volvieron receptivo a “su estudio”. La idea interior de esto es la luz de sinceridad que había en el servicio a Di-s por parte de Reb Mijl. El no pensó corregir a Reb Shlomo. Pensó en su propia falta de servicio, la falta de sinceridad genuina en el pedido de “Ilumina nuestros ojos con Tu Torá, adhiere nuestro corazón a Tus mitzvot, y auna nuestro corazón para amar y temer a Tu Nombre”. Reb Mijl melamed había estado con el Alter Rebe ya entonces, cuando los jasidím estaban en el nivel de un servicio sincero sin excusas. Amor y temor [a Di-s] era, entre los jasidím, moneda corriente y cuando el servicio no era perfecto, esto los absorbía profundamente. La luz de sinceridad de Reb Mijl expresada en el profundo dolor sentido por no tener un gustoso entusiasmo en el pedido a Di-s por Torá y mitzvot y por amor y temor, al nivel del gustoso entusiasmo que Reb Shlomo demuestra en “la riqueza y el honor están delante de Ti” provocó una anulación global de la obstrucción que impedía a Reb Shlomo acoger como debía ser las sagradas palabras del Míteler Rebe en "iejidut" (audiencia privada). Tengan los jasidím salud. Con su farbrenguen al estilo jasídico realmente reviven almas. Añoro mucho la época en que podía estar en un farbrenguen entre jasidím. El tiempo siempre me resultó escaso, por lo que no pude entregarme a los farbrenguens jasídicos. El farbrenguen jasídico proporciona la anulación global, o sea, el golpe global. A continuación, debe tener lugar el servicio en los detalles particulares, con un orden sistemático en el “apártate del mal” y en el “haz el bien”. Di-s os conceda éxito en la Torá y en el servicio del corazón [la plegaria]. Que en vosotros, y a través de vosotros, se concrete el propósito del Altísimo, “el Santo, bendito sea, tuvo el deseo de tener una morada para Sí en los planos inferiores”.

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