Parshá Vaierá. Que tus ojos no vean la verdad, no modifica la realidad

"Y se reveló a él Hashem" (Parshá Vaierá 18-1). En la parshá Vaierá vemos como sucede una revelación Divina al patriarca Abraham luego de su Brit Milá (Circuncisión). La enseñanza es que cada judío puede aspirar a dicha revelación en su propia vida. Pero aún se puede preguntar, ¿por qué no vemos esta revelación Divina a nuestras vidas en la práctica? La respuesta puede ser de varias maneras:
1-Primero y principal, el hecho que no ve con sus ojos, esto no altera la realidad Divina, como es sabido el ejemplo traído por el Rebe anterior, sobre
los sabios que van viajando en una carreta atada a unos caballos, hablando palabras de sabiduría, donde el pensamiento de los caballos está orientado al heno que comerán, este pensamiento de los caballos no modifica en absoluto la realidad de la sabiduría de la que se están ocupando los sabios sentados en la carreta.
2-Encontramos en varios temas que "a pesar de que ellos no ven, sus mazalot (fuentes de vida) perciben", y así en nuestro caso, el mazal (fuente de vida) ve y percibe la revelación Divina y por ende produce su efecto también en la parte del alma investida en el cuerpo.
3-Lo principal: "Y se reveló a él Hashem", será en la práctica realmente con la redención verdadera y completa a través de nuestro justo Mashíaj y cada actividad, en especial de alojar huéspedes y actos de bondad espirituales, aceleran y apuran más y más la redención verdadera y completa, entonces será "Y se reveló a él Hashem" real y revelado concretamente.
Por esto, debemos aumentar todas las actividades de difusión de la Torá y judaísmo, expandir los manantiales hacia afuera, con mas potencia y fuerza, con mayor vitalidad y pasión para acelerar y apurar la redención verdadera y completa, pues ganar un instante solamente, es un gran logro pues estamos hablando de la liberación de todos los Bnei Israel en el transcurso de todas las generaciones y de la liberación de la presencia Divina !.
Así será para nosotros, de inmediato realmente, mereceremos la revelación de "Y se reveló a él Hashem" con una percepción total, como ya sucedió en la historia similar a esto durante la entrega de la Torá, e incluirá una revelación en todo el mundo (En los 127 países sobre los que reinó Ester, hija de Sara que vivió 127 años), con la llegada de Mashíaj Tzidkenu, vendrá y nos redimirá, nos llevará erguidos a nuestra tierra, la Tierra Sagrada, a Ierushalaim, la ciudad sagrada, al monte sagrado, "el monte de Di-s, en el que se revelará", ya mismo !. 

(Palabras del Rebe de Lubavitch en la parshá Vaierá, 18 de Marjeshván de 1988)

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