Viene Mashíaj - La única web en español sobre la llegada del Mashiaj. El objetivo de la vida, hacer de este mundo una morada para Di-s. La llegada del Mashiaj es uno de los 13 principios de fe del pueblo judío. El Rebe de Lubavitch ha anunciado lo inminente de este fenómeno y está en nuestras manos lograrlo. ¿Como? Estudiando sobre el Mashiaj y la Gueulá. Creada y editada por Centro Leoded - Jabad Argentina
יחי אדוננו מורנו ורבינו מלך המשיח לעולם ועד
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Dvar Maljut - El Rebe de Lubavitch en la Parshá Noaj 5752 - La Redención no depende sino del Mashíaj mismo

1-El Shabat Parshat Noaj es un Shabat global, ya que es el primer Shabat en el cual hay una semana completa de seis días de trabajo, luego de Shabat Bereshit que es la conclusión de la festividades del mes de Tishrei. Es en esta semana que los judíos comienzan su servicio al Creador en el contexto de actividades mundanas y cotidianas. En esta dimensión, el nombre de la parashá de esta semana, Noaj también es significativo. Noaj en hebreo se identifica con el descanso y la satisfacción, ya que este servicio espiritual debe despertar tales sentimientos. En este momento, podemos apreciar el contraste entre Shabat Bereshit y Shabat Parshat Noaj. El Zohar afirma que todos los días de la semana son 
bendecidos desde el Shabat previo. Así, Shabat Bereshit representa la bendición para la primera semana de actividad mundana ordinaria en el nuevo año. Shabat Parshat Noaj representa la conclusión de esta semana, el día que infunde descanso y perfección en este servicio. Por lo tanto, Shabat Bereshit puede considerarse como el servicio al Creador en potencial, mientras que en Shabat Parshat Noaj vemos cómo este potencial se pone en expresión real.
Hay también un punto en común en los Shabatot de Bereshit y Noaj. Ambas parshiot están relacionadas con la existencia del mundo. Parshat Bereshit describe la Creación del mundo y Parshat Noaj contiene la promesa de Di-s de que el mundo continuará existiendo para siempre.
De todas formas, en este mismo tema, también hay una diferencia entre las dos parshiot. Bereshit describe el mundo tal como existe como una entidad completa y perfecta, el mundo tal como Di-s lo concibió y lo creó. Parshat Noaj, en oposición, describe al mundo después de su decadencia y descenso y el estado de perfección que se puede alcanzar a través del servicio del hombre que regresa a Di-s (Teshuvá). A través del retorno, el hombre genera satisfacción y placer a Di-s, -por así decirlo-, cumpliendo Su deseo de tener una morada en los mundos inferiores.
Para usar una terminología diferente, Parshat Bereshit refleja la concepción del mundo de Di-s: el potencial. Parshat Noaj, en contraste, refleja el servicio del hombre en el mundo tal como existe en realidad. Esto puede implicar, como de hecho se refleja en el comienzo de Parshat Noaj, un tremendo descenso. Sin embargo, el resultado final de este servicio es que el mundo llega a un nivel más alto de refinamiento y pureza. Esto se refleja con la declaración del Midrash:‘Noaj vio a un nuevo mundo".
El servicio del hombre se relaciona con un nivel más alto de Divinidad, como se refleja en el contraste entre los dos parshiot. Al comienzo de Parshat Bereshit, cuando la Torá se refiere a Di-s, usa el nombre Elokim, "Bereshit Bara Elokim", en el principio creó Di-s. Elokim es numéricamente igual a la palabra hebrea "hateva", "la naturaleza" y se describe como "el Dueño de todas las capacidades y de todas las fuerzas", es decir, la dimensión de la Divinidad que hace realidad nuestro mundo limitado.
En contraste, con respecto a Noaj, la Torá declara "Y Noaj encontró gracia ante los ojos de Havaiá (Di-s)" , es decir, reveló un nivel de Divinidad por encima del orden natural dentro del mundo. Además, esto lleva al potencial de que Havaiá se fusionará con Elokim, o sea, que dentro de los límites naturales del mundo, se revelará el nombre de Havaiá que revela la Divinidad por encima de esos límites.
Esta fusión de Elokim y Havaiá se refleja en el pacto que Di-s estableció con Noaj con respecto a la existencia del mundo, de que el orden natural continuará sin interrupción. Porque el mantenimiento del orden natural de la existencia es un reflejo del poder infinito de Di-s, es decir, la falta de cambio en el orden natural es un reflejo de cómo "Di-s no ha cambiado".
Y desde Parshat Noaj, procedemos a Parshat Lej Leja, que comienza con el mandamiento de "irse de uno mismo", es decir, una persona debe abandonar su nivel espiritual anterior, y progresar hacia "la tierra que te mostraré". La expresión "Te mostraré", areca en hebreo, también puede traducirse como "Te revelaré", es decir, se revelará la esencia del judío. Porque es a través del servicio de refinar este plano terrenal, que un judío revela su verdadero potencial. Independientemente de la posición de un judío en el mundo, él está conectado con la Divinidad y, por lo tanto, puede elevar al mundo, revelando la Divinidad dentro de él. Y de esta manera, se relaciona con un nivel más alto de Divinidad y es capaz incluso de descargar este nivel dentro del mundo.
2. Sobre la base de lo anterior, podemos apreciar que Parshat Noaj es un momento adecuado para hacer un "Jeshbon nefesh" balance justo de nuestro servicio a Di-s en el nuevo año, examinar nuestro servicio en los días de la semana anterior y, de hecho, en este Shabat. Este análisis debe enfocarse en la misión descripta anteriormente, atraer los aspectos trascendentes de la Divinidad (Havaiá) a nuestro mundo material.
Esto se refleja en el servicio de la teshuvá sobre la cual está escrito: “Regresa, oh Israel, a Hashem (Havaiá), tu Di-s (Elokeja)” , es decir, que las dimensiones trascendentes del alma judía (Havaiá) se internalicen y funcionen como "Tu fuerza y tu vitalidad" (Elokim). Para enfatizar esto, nuestras oraciones de Iom Kipur, la cumbre del servicio de teshuvá (retorno a Di-s), concluyen con la recitación del versículo "Havaiá Hu HaElokim" ("Hashem es Di-s") siete veces.
Para explicar lo que esto implica: Aunque la ley de la Torá nos enseña que podemos asumir que cada miembro del pueblo judío se comporta de manera adecuada, esto se aplica cuando se piensa en la conducta de un semejante. Con respecto a la conducta de cada uno, no podemos confiar en esta suposición y, de vez en cuando, cada persona debe pasar por un proceso de introspección en el que examina cuidadosamente sus pensamientos, palabras y acciones con la intención de corregir y perfeccionar su conducta. Esto debería llevar a un cambio real en su comportamiento, ya que "la acción es lo primordial".
Estos conceptos se reflejan en el servicio espiritual de teshuvá. Aunque “la esencia de la teshuvá está en el corazón”, para que la teshuvá esté completa, debe afectar las acciones de uno. En particular, esto se refleja en el ámbito de las relaciones interpersonales, cuando además arrepentirse por hechos anteriores y resolver conducirse de una manera adecuada en el futuro, uno debe corregir el error que cometió, por ejemplo, si robó, hay que devolver el objeto robado. Además, es necesario reconciliarse con el semejante y generarle sentimientos positivos.
(El enfoque en las relaciones interpersonales es particularmente destacado en Shabat, ya que hay un gran énfasis en Ahavat Israel y Ajdut Israel (amor al prójimo y unidad judía) en Shabat. Esto se refleja en la costumbre judía de recibir invitados en Shabat y pasar tiempo juntos en la mesa).
Hay dos enfoques para el "Jeshbon nefesh", el balance del alma sobre la conducta personal, mencionada anteriormente. El primero trata sobre prestar atención en las debilidades particulares y fallas evidentes en el comportamiento personal. El otro pone el énfasis en la participación en actividades positivas, impulsándose al servicio de la Torá y los mitzvot con energía renovada. De esta manera, todos los factores negativos serán anulados por "un poco de luz desplaza mucha oscuridad (y cuánto más, mucha luz!)".
En última instancia, debe haber una fusión de ambos servicios espirituales, para que el foco de atención de una persona a su conducta pasada sea incluído en un proceso de crecimiento y desarrollo que pretende elevar uno a un peldaño más alto y más elevado.
Cuando uno enfoca el balance espiritual de esta forma, los sentimientos personales no se centran en la amargura o el dolor, aunque uno es consciente de los problemas que deben corregirse. La persona está involucrada en un proceso de esfuerzo para ascender hacia arriba y este es el foco de sus emociones. Además, la persona se da cuenta, que la razón de su descenso espiritual es lograr llegar al servicio de la teshuvá (retorno a Di-s) para demostrar que, independientemente de la situación en que se encuentre un judío, aún comparte una conexión esencial con Di-s. Por estas razones, el balance honesto del alma que se acaba de mencionar estará acompañado por sentimientos de felicidad y placer.
Lo que estudiamos hasta aquí, comparte una conexión intrínseca con Shabat en general y con Shabat Parshat Noaj en particular. Shabat se identifica con el versículo "Y el séptimo día será un Shabat para Di-s (Havaiá), tu Di-s (Elokeja)". Más particularmente, el párrafo de Vaiejulu que contiene la descripción de la Torá del estado de Shabat: Vaijal Elokim que puede traducirse "Y concluyó Elokim ...", es decir, en Shabat, las influencias limitantes asociadas con el nombre de Elokim cesaron y la luz ilimitada de Havaiá se reveló en el mundo. 
Shabat Parshat Noaj enfatiza que este servicio debe caracterizarse por la alegría, ya que estamos en un tiempo que tiene las consecuencias del mes de Tishrei, un mes de festividades. Por lo tanto, indica que nuestro servicio de teshuvá también debe estar impregnado de alegría.
El concepto de hacer un balance honesto del alma sobre la tarea espiritual personal, tiene una relevancia especial en el presente año. Vivimos en una era en la que, como expresa el Rebe anterior, "los botones ya están pulidos" y se ha completado todo el servicio necesario para traer la Redención. En última instancia, entonces, el balance honesto que hacemos debe llevar a la conclusión de que Mashíaj debe venir de inmediato.
Cada individuo puede darse cuenta de que su propio servicio es deficiente y necesita ser corregido. Esto, sin embargo, no afecta el estado del servicio requerido al pueblo judío en general a lo largo de las generaciones. En este último contexto, debemos ser conscientes, como lo dijo el Rebe anterior, de que se ha completado todo el servicio necesario y que estamos "listos para recibir Mashíaj". "No hay explicación de por qué su venida se está retrasando.
Por lo tanto, incluso si hay una dimensión particular del servicio que está faltando y que está retrasando la llegada de la Redención, esto no disminuye el hecho de que, en conjunto, nuestro servicio está completo y estamos listos para la Redención. Aunque estos elementos particulares del servicio también deben completarse, esto no desvirtúa el servicio del pueblo judío en su conjunto. Por el contrario, el hecho de que, en conjunto, estemos preparados para la Redención nos facilita completar todos los elementos individuales de nuestro servicio y hacerlo con alegría.
Se puede explicar el concepto con una analogía: Cuando una persona está, -en líneas generales- sana, si tiene una pequeña dolencia en una de sus extremidades, puede curarse fácilmente. De manera similar, dado que, en términos globales, nuestro servicio se ha completado, la teshuvá que se describe como "sanación" puede curar todas las dificultades particulares del pueblo judío. 
Esto es particularmente cierto cuando se toma en consideración la influencia del año presente, (5752/1991-1992) cuyas letras indican que es un SHnat Niflaot Ba, “un año imbuido de maravillas” y SHnat Niflaot Bakol, “un año de maravillas en todas las cosas”. Incluídas en estas maravillas, estarán las maravillas que acompañarán a la Redención: “Como en los días de su salida de Egipto, les mostraré maravillas”. Ya que todos los plazos señalados para la llegada del Mashiaj han pasado, y ya hemos regresado a Di-s. Ahora el asunto depende solo del Mashíaj mismo.
3. En relación con hacer un análisis justo de nuestro servicio espiritual como se mencionó anteriormente, una de las áreas en las que se necesita atención adicional es Kidush Levaná, la Santificación de la Luna. Esta práctica está intrínsecamente relacionada con la Redención, de hecho, la renovación de la luna se usa como una metáfora para la renovación del pueblo judío en la era Mesiánica. 
Hay individuos que no son meticulosos en su observancia de esta práctica. Quizás esto se deba a que las oraciones por la Santificación de la Luna deben recitarse en la vía pública y como viven entre los gentiles, es incómodo. No hace falta decir que esto es incorrecto. Por el contrario, la Santificación de la Luna debe observarse en público, pues "Con multitud de gente está la gloria del Rey", y además vistiendo la mejor ropa. Por esta razón, es costumbre recitar estas oraciones el sábado por la noche. Y a través de la Santificación de la Luna, mereceremos la renovación del pueblo judío y la renovación de la dinastía del rey David y, luego, cumpliremos el mandamiento que se lee en la Torá en la plegaria de Minjá: "Ve para ti...a la tierra que te mostraré", Eretz Israel en su estado de plenitud, una nación de diez territorios en la Era de la Redención. Entonces se revelará, de manera completa y perfecta, cómo Havaiá Hu HaElokim, "Di-s es el Señor ". (El Rebe Shlita concluyó la sijá (conferencia) recitando el versículo Havaiá Hu HaElokim siete veces con el mismo nigun (melodía) que se recita al final de las oraciones de Iom Kipur.)

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