Viene Mashíaj - La única web en español sobre la llegada del Mashiaj. El objetivo de la vida, hacer de este mundo una morada para Di-s. La llegada del Mashiaj es uno de los 13 principios de fe del pueblo judío. El Rebe de Lubavitch ha anunciado lo inminente de este fenómeno y está en nuestras manos lograrlo. ¿Como? Estudiando sobre el Mashiaj y la Gueulá. Creada y editada por Centro Leoded - Jabad Argentina
יחי אדוננו מורנו ורבינו מלך המשיח לעולם ועד
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Dvar Maljut - El Rebe de Lubavitch en la Parsha Miketz y Januca del año 5752. Sin el Mashíaj los días son carentes

1. Una de las diferencias entre Januca y las demás festividades, es que en éstas, existe la obligación de celebrarlas con comidas festivas que incluyen pan, agua, carne y vino. En contraste, en Januca, no hay obligación de celebrar con comidas festivas; y las comidas que se sirven son opcionales por naturaleza. La conmemoración del milagro es, en contraste, a través de la lectura de plegarias de alabanza y agradecimiento y encendiendo las luces de Januca.
Hay una razón conceptual para tal diferencia. El milagro de Januca consistió en una victoria sobre los helenistas que deseaban "hacerles olvidar Tu Torá y hacerlos transgredir los decretos de Tu voluntad". Januca, en contraste con
 la victoria de Purim, donde el decreto de Hamán se dirigió contra la existencia física del pueblo judío, o con el milagro de Pesaj, cuando los judíos fueron rescatados de la servidumbre física, representó una victoria espiritual. En consecuencia, su conmemoración es a través de actividades espirituales, la recitación de plegarias y alabanzas y luces encendidas que simbolizan "pues la vela es una mitzvá y la Torá es la luz".
Se debe enfatizar que la conmemoración de las otras festividades a través de acciones físicas también tiene un significado espiritual. Ya que las acciones materiales de los judíos, incluso aquellas que se llevan a cabo durante todo el año, son de naturaleza fundamentalmente espiritual, como lo enseña la directiva de: "Todas tus acciones deben ser en aras del cielo" y "Conócelo a Él en todos tus caminos". Por ejemplo, comer pan y beber agua son similares al estudio de la Torá. Por supuesto, esto se aplica a Shabat y festividades, cuando el deleite de la comida y la bebida es una mitzvá.

De manera similar, la libertad física que lograron los judíos en Pesaj y Purim está conectada con su servicio espiritual. Por ello, el éxodo de Egipto conmemorado en Pesaj se asocia con la entrega de la Torá en Shavuot. De manera similar, Purim significa una re-afirmación de la aceptación de la Torá en el Monte Sinaí.
(A la inversa, Janucá también se asocia con la liberación en el sentido físico, ya que además de las restricciones espirituales que los helenistas impusieron a los judíos, también los oprimieron en un sentido material, "extendiendo sus manos contra sus propiedades y sus hijas" y con la victoria sobre ellos, cesó esta opresión).
De lo anterior se desprende que la distinción de Januca como diferente de las otras festividades, se aplica no solo al hecho de que la conmemoración de Januca se asoció con encender velas en lugar de disfrutar de comidas festivas, sino también en el significado espiritual de la festividad que es diferente y está en un plano superior en relación a las otras festividades. Esta diferencia se puede entender comparando el agua, el pan y el vino, los alimentos que se sirven durante las comidas de otros días festivos y el aceite, que se utiliza para las luces de Januca.

Como se mencionó anteriormente, todas estas sustancias se utilizan como metáforas para la Torá. Hay, sin embargo, diferencias entre ellos. El agua y el pan son los alimentos básicos de nuestra existencia cotidiana. En contraste, el vino no es una necesidad cotidiana, se utiliza para aportar un elemento de placer a nuestra existencia tal como está escrito, "El vino alegra al hombre y a Di-s ". El aceite no es necesario para nuestra existencia diaria. Incluso beberlo es dañino para el organismo y solo se utiliza en pequeñas cantidades para agregar sabor a otros alimentos. Así, el aceite se asocia con la cualidad del placer.
El pan y el agua son metáforas de Nigle, la dimensión revelada de la ley de la Torá, los conceptos de la Torá que son necesarios para que el pueblo judío sepa como debe observar las mitzvot correctamente. Como el pan y el agua, este conocimiento es necesario para la existencia de nuestra pueblo. En contraste, el vino y el aceite son metáforas de Pnimiut HaTorá, la dimensión interior de la Torá. Como estas dos sustancias, el estudio de Pnimiut HaTorá agrega placer y vitalidad a nuestra observancia de la Torá y sus mitzvot.
Además, hay una diferencia entre el aceite y el vino. Porque el vino se toma como una bebida por derecho propio, mientras que el aceite no. Además, hay ocasiones, Shabat y festividades, cuando se requiere vino para el Kidush. Del mismo modo, en lo que respecta al significado simbólico de los dos, el vino se refiere a aquellas dimensiones de los secretos de la Torá que están cerca de la revelación y pueden ser percibidas por un ojo sensible. En contraste, el aceite se refiere a los secretos más profundos de la Torá, aquellos que trascienden la revelación.
Esto refleja que el significado de Januca está asociado con estos niveles más profundos de la Torá. Sin embargo, surge una pregunta: ¿Cómo es posible que los judíos puedan alcanzar un nivel espiritual tan alto, relacionado con el aceite, los secretos más profundos de la Torá, en un momento en que los seléucidas los persiguieron y oprimieron?

La resolución de esta pregunta se relaciona con una dinámica espiritual fundamental: A medida que aumenta la oscuridad del mundo, la revelación de la luz de la Torá se amplifica. Por lo tanto, precisamente porque los helenistas oprimieron a los judíos y desafiaron su fe, fue necesario revelar una dimensión superior de la Torá, la dimensión asociada con el aceite, es decir, los secretos más profundos de la Torá.
Explicando este concepto: Es bien sabido Grecia (en este caso la cultura griega con la que atacaban los seléucidas) representa la sabiduría de la Klipá (cáscara), la sabiduría secular. Fueron filósofos que negaron la base Divina de la Torá, negándose a aceptar que fue comunicada al hombre por Di-s y por lo tanto trasciende la sabiduría humana. Por lo tanto, hicieron que el aceite encontrado en el Beit HaMikdash sea impuro, es decir, desafiaron la sabiduría de la Santidad y trataron de alejar a los judíos de la Torá.
Es posible definir que el poder que tienen los griegos para afectar la sabiduría de los judíos proviene de su conexión con el conocimiento de la Torá. Por ejemplo, vemos que los sabios se negaron a permitir que los rollos de la Torá se escriban en cualquier idioma extranjero que no sea el griego. Esto se deriva del versículo (Bereshit 9:27), “Que Di-s expanda a Iafet; Él morará en las tiendas de Shem". En este contexto, esto significa que la gracia de Iafet (la belleza de la lengua griega) viene cuando se emplea en las "tiendas de Shem", con el propósito de la Torá. Esto se refleja en la traducción de la Torá al griego por los setenta sabios.

Se puede plantear un interrogante con respecto a lo anterior, en base a las enseñanzas de nuestros sabios sobre que el día en que la Torá se tradujo al griego para Ptolomeo fue "tan duro para el pueblo judío como el día en que se hizo el becerro de oro". ¿Por qué tan duro?
Sin embargo, esto se puede resolver de la siguiente manera: La traducción de la Torá al griego fue principalmente un hecho positivo. Lo negativo fue que esta traducción no se debía a la orden de Di-s, sino a la del Rey Ptolomeo. Por consiguiente, existía la posibilidad de que fuera la fuente de una futura influencia negativa, que de hecho sucedió, las influencias negativas fueron tan serias, que el día fue comparado con el día en que se hizo el becerro de oro, lo opuesto a la entrega de la Torá.
Por ello, puede inferirse que los decretos de los helenistas contra los judíos se produjeron después del paso de aproximadamente 100 años de esta traducción. Los helenistas aceptaron a la Torá como una gran fuente de sabiduría. Sin embargo, se opusieron a la Santidad de la Torá, su conexión con Di-s. La traducción de la Torá al griego les dio el potencial de contaminar la Santidad de la Torá con la impureza, es decir, para explicar que la Torá era, al igual que otras filosofías de la época, meramente sabiduría humana y no verdad Divina.
En este contexto, podemos apreciar la singularidad del milagro de Januca, que los judíos encontraron un frasco de aceite puro con el sello del Cohen Gadol. El decreto de los helenistas tenía la intención de impurificar la Torá, reducir el énfasis en la Santidad de la Torá. El opuesto directo a esto, es el aceite puro, que no ha sido tocado por los helenistas, y cuya influencia proviene del Cohen Gadol, el nivel más alto de Santidad. Fue con tal aceite que se obró un milagro durante ocho días; es decir, además del día en que se realizó el milagro, esta tendencia milagrosa continuó durante toda una semana, un ciclo completo de tiempo.

El tema de la Redención está enfatizado en Januca que significa inauguración y se origina en la inauguración del altar y el santuario en la época del Segundo Templo que re-inaugurado por los Jahmonaím. Fundamentalmente Januca se refiere a la inauguración del Tercer Templo con la Redención verdadera y completa por medio del Mashíaj. Sumado a esto, Januca se fijó sobre el milagro del aceite y el aceite está ligado al Mashíaj como está insinuado en el versículo: "Y se pararán sus pies...sobre el monte de los Olivos (Zejaria 14:1). Y Januca tiene 8 días y 8 velas, el número 8 está relacionado con el Mashíaj que es uno de "los 8 príncipes" (Mija 5:4) y "el arpa de la era Mesiánica tiene 8 cuerdas" (Erejin 13:B).
El concepto de aceite puro se relaciona con el estudio de Pnimiut HaTorá.
Nigle, la dimensión revelada de la ley de la Torá, está estructurada para gobernar nuestra participación en todas las dimensiones materiales de la vida mundana. En consecuencia, es en este ámbito donde existe la posibilidad de que la Torá sea apreciada simplemente como sabiduría sin que se aprecie su fuente Divina. En contraste, Pnimiut HaTorá (el interior de la Torá) es el área del estudio de la Torá donde se revela abiertamente la Divinidad. Además, cuando el estudio de Pnimiut HaTorá se combina con el estudio de Nigle, uno puede apreciar la Santidad de la Torá cuando estudia Nigle también.
Esta calidad se enfatiza más por la metáfora del aceite que por la del vino. Como se mencionó anteriormente, el vino se toma como una bebida por derecho propio. En contraste, el aceite se utiliza para dar sabor a otros alimentos. Es la dimensión del aceite lo que le da a Pnimiut HaTorá, el potencial de revelar la Divinidad en Nigle.
Además, el aceite tiene el potencial de iluminar. Esto apunta al potencial para revelar la luz interior de la Torá. Además, esta luz se revela, no solo en la vida personal de un judío, sino en el mundo que lo rodea. Esto se refleja en las luces de Januca que se colocan "en la parte exterior de la entrada de la casa", y se encienden "después de la puesta del sol".
Estas luces deben arder "hasta que los pies de los Tarmudaím se vayan". El nombre Tarmud (תרמוד) tiene las mismas letras hebreas que la palabra moredet (מורדת) que significa "rebelde". Así, las luces de Janucá tienen el potencial de disipar la influencia de toda la rebelión contra Di-s. Además, el significado de la palabra 'כלי "kalia" que se traduce como "se vayan" también puede ampliarse e incluir a "klot" del concepto de klot hanefesh, la consumisión del alma, debido a un amor abrumador por Di-s. El aceite de las luces de Janucá tiene el potencial de transformar incluso "los pies de los Tarmudaím" y llevarlos a un amor de tal magnitud por Di-s.
De acuerdo a lo anterior, también podemos apreciar la conexión entre Januca y la festividad de Iud-Tet Kislev, el día asociado con el inicio de la tarea de expansión de las fuentes del Jasidismo hacia el exterior. En los años que siguieron a la anulación de los decretos helenistas, el énfasis principal en el estudio de la Torá permaneció en el estudio de Nigle. A lo largo de todo el período talmúdico, el estudio de Pnimiut HaTorá se limitó a unos pocos elegidos. Por ejemplo, Rabí Shimon bar Iojai, el autor del Zohar, al que solo se le permitió revelar sus enseñanzas a un grupo elegido de eruditos. Esta situación continuó en las generaciones posteriores y no fue sino varios siglos después, en el tiempo de Rabí Itzjak Luria, "el Arizal" que se convirtió en "una mitzvá para revelar este conocimiento". Más tarde, a través de las actividades del Baal Shem Tov, el Maguid de Mezritch, el Alter Rebe y los subsiguientes Rebes, estas enseñanzas se difundieron en círculos más amplios y se acercaron a nuestros poderes ordinarios de comprensión.
Esto implica que la festividad de Januca pone énfasis en el estudio de Pnimiut HaTorá como un elemento para elevar nuestra concepción de Nigle, lo que nos brinda el potencial de apreciar la Divinidad de la Torá. Iud - Tet Kislev, por el contrario, enfatiza en cómo el estudio de Pnimiut HaTorá se convierte en una rama fundamental del estudio por derecho propio, que las enseñanzas de Pnimiut HaTorá han sido incorporadas al ámbito de la razón y la lógica para que puedan asimilarse dentro del contexto de nuestros poderes conceptuales.
Esto representa una revelación mayor que la que existió en generaciones anteriores. ¿Cuál es la fuerza motivadora de esta revelación en la actualidad? Dado que ha habido un aumento en la oscuridad que impregna el mundo y un aumento en la influencia de la sabiduría secular, que como se explicó anteriormente, conduce a la posibilidad de que la Torá sea vista simplemente como una sabiduría ordinaria, se hizo necesario que haya una mayor revelación de Pnimiut HaTorá y que esta revelación impregne nuestros procesos conceptuales.

De hecho, en cada generación del Jasidismo, a medida que la oscuridad continuó aumentando, ha habido un fortalecimiento de la expansión de las fuentes del Jasidismo hacia el exterior. Para dar un ejemplo de este patrón: En el tiempo del Rebe Rashab (1860-1920), hubo un tremendo aumento en la difusión de la sabiduría secular en toda la comunidad judía en Rusia. En este momento, el Rebe estableció la Ieshiva Tomjei Tmimim, una Ieshiva en la que Pnimiut HaTorá se estudia de manera ordenada y estructurada, al igual que Nigle.
Este movimiento fue continuado por el sucesor del Rebe Rashab, su hijo, el Rebe Anterior, quien estableció filiales de la Ieshiva Tomjei Tmimim en muchos países del mundo. De manera similar, se reflejó en sus esfuerzos por impulsar la traducción de las enseñanzas de Pnimiut HaTorá a muchos otros idiomas, revelando la luz de Pnimiut HaTorá en "la parte exterior de la entrada a la casa de uno".
La revelación de Pnimiut HaTorá en el presente está relacionada con un objetivo más profundo que combatir la oscuridad creciente del exilio, es un anticipo de la luz de la Redención. Aquí también vemos una conexión con el aceite, ya que la palabra Mashíaj significa "el ungido", es decir, un rey ungido con el aceite especial hecho para este propósito. De manera similar, el Mashíaj será el que revelará los secretos de la Torá en todo la existencia, en una medida en que "la ocupación de todo el mundo será únicamente conocer a Di-s". En ese momento, el estudio de Pnimiut HaTorá será un propósito por derecho propio. Por lo tanto, como preparación y como anticipo a esta revelación, hay un mayor énfasis en el estudio de Pnimiut HaTorá en la actualidad. 

Aquí, también vemos una conexión a Januca, un día festivo de ocho días, ya que el número ocho está asociado con la Redención. De manera similar, hay una conexión con Iud Tet Kislev, ya que, como explicó Baal Shem Tov, es la expansión de las fuentes del Jasidismo la que conducirá a la llegada de Mashíaj. También vemos una conexión con la lectura de la Torá de esta semana, en la raíz de su nombre: Miketz, la palabra ketz se usa a menudo como un término para describir la venida de la Redención.
2. La lectura de la Torá de esta semana, Miketz, tiene relación con la lectura de la semana previa, la parshá Vaieshev y con las lecturas de las próximas semanas, las parshiot Vaigash y Vaieji. Y todas se relacionan con la Redención: En Vaieshev, "Iaakov pidió vivir con tranquilidad", una referencia la paz y tranquilidad de la era Mesiánica, pues Iaakov estaba listo para la Redención. Miketz, que significa "al final" es una alusión directa "al final de los tiempos", "Ketz Haimim". "Vaigash" es el acercamiento de Iehuda a Iosef, que es la fusión de las dos casas reales del pueblo de Israel bajo un solo líder. Vaieji, una insinuación sobre el mundo de la Resurrección. La parshá Vaigash contiene una narración que requiere una explicación. La Torá relata que Iosef llevó a su padre Iaakov al faraón y éste le preguntó. "¿Cuántos años tienes?" Respondió Iaakov: "Los años de mi deambular son 130, pocos y difíciles han sido los años de mi vida y no han llegado a los de mis antepasados ​​".
Esta declaración plantea varias preguntas: A) ¿Por qué era necesario que Iaakov dijera que “los años de mi vida han sido pocos y difíciles”? El faraón solo le preguntó su edad. Al parecer, debería haber limitado su respuesta a eso, dejando que el faraón concluyera si su vida fue larga o corta. B) Ya que después del diluvio, se decretó que el hombre viviría solo 120 años, ¿Cómo puede Iaakov decir que sus años son "pocos"? Su vida ya era más larga que la asignada al hombre promedio. De hecho, debido a que Iaakov parecía muy viejo, el faraón le preguntó por su edad.
Se puede ofrecer una posible solución a estos interrogantes: Las dos partes de la respuesta de Iaakov están relacionadas. Él consideró "los años de mi vida" como "pocos y difíciles", porque "no han alcanzado los de mis antepasados", es decir, en comparación con la vida de Abraham (175 años) y Itzjak (180 años), la vida de Iaakov fue corta. De la explicación de Rashi, sin embargo, parece que esta explicación no es aceptable, porque no los define como "pocos" en comparación a los años que vivieron Abraham e Itzjak, sino "pocos" en sí mismos.
Desde esta perspectiva, las preguntas mencionadas anteriormente se pueden resolver de la siguiente manera: Ya que los años de Iaakov fueron "difíciles", llenos de sufrimientos, fueron "pocos", es decir, no se llenaron con el servicio espiritual interno que él deseaba. Encontramos a Abraham descripto como "ba baiamim", literalmente, "venido en días". El Jasidismo explica que esto significa que llenó cada uno de sus días con un contenido espiritual apropiado.
Sin embargo, en el caso de Iaakov, porque sus años fueron "duros", no habían "alcanzado los de mis antepasados", es decir, no había una aproximación a la plenitud espiritual interior con el que Abraham y Itzjak habían dotado sus años.
No hace falta decir que esta falta de satisfacción se refiere al nivel especial que Iaakov vio dentro de su potencial. Además, en los 17 años que Iaakov vivió en Egipto, estudiando con sus hijos y nietos, compensó todas los sufrimientos anteriores que había padecido, en una medida, en que toda su vida podía verse como vivida en un ambiente de confort, bienestar y buena fortuna, y logrando la realización espiritual interior que él deseaba.
Hay un mensaje más profundo en el concepto de que Iaakov consideró su vida corta porque no pudo llenarlo con el contenido espiritual que deseaba. Nuestros sabios enseñan: "Iaakov deseaba vivir con tranquilidad". En un sentido profundo, esto se refiere a la bondad y la tranquilidad perfectas de la Era de la Redención. Desde el momento en que nació Iosef, Iaakov estaba listo para la Redención, y como este potencial no se realizó en ese momento, consideró que su vida era deficiente. La enseñanza de Januca sobre que cada día debemos encender una vela mas, es que hay que aumentar día tras día las cuestiones que traen a la redención verdadera y completa de forma revelada y real. Esto es: Fortalecer la fe, el anhelo y la esperanza en la llegada del Mashíaj hasta tal punto, que el judío siente que todo tiempo que el Mashíaj no vino en la práctica, sus días son carentes, como las palabras del patriarca Iaakov, que inclusive 130 años son "poco", por cuanto la redención aún no vino en concreto.
Y Iaakov sintió que era necesario comunicar este mensaje. Quería que sus descendientes supieran que incluso cuando vivían en "el mejor lugar de la tierra de Egipto" y se les daba "lo mejor de la tierra", debían considerar sus vidas carentes ya que la Redención no se había materializado.
Esto es especialmente relevante para nosotros, la última generación del exilio y la primera generación de la Redención, debemos sentir que hasta que la Redención se manifieste, falta algo en nuestras vidas, ellas son carentes. Esta percepción debe llevar a un mayor deseo y anhelo por la Redención y también a un aumento en las actividades que acelerarán la llegada de la Redención: un aumento en la difusión de las fuentes del Jasidismo y un aumento en la "Mivtza Januca", la campaña de Januca. Esto debe incluir la organización de farbrenguens jasídicos en relación con Januca y también la distribución de "Januke guelt", dinero de Januca para regalar.
Que estas actividades, como las luces de Januca, llenen de luz el mundo. Y que esta luz siga creciendo y aumente y así como nosotros le regalamos a los niños "Januke guelt" (dinero de Januca), que Hashem le regale “Januke guelt” al pueblo de Israel, su niño amado, para lo mas necesario y urgente: Traer en la práctica, la Redención verdadera y completa a través del Mashíaj que se relaciona con el aceite de Januca, pues con aceite sagrado es ungido y así habrá Januca (inauguración) del tercer Beit HaMikdash. Esto a su vez hará que el próximo ayuno del diez de Tevet se transforme en un día de celebración y festividad con la venida de la Redención.

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