Viene Mashíaj - La única web en español sobre la llegada del Mashiaj. El objetivo de la vida, hacer de este mundo una morada para Di-s. La llegada del Mashiaj es uno de los 13 principios de fe del pueblo judío. El Rebe de Lubavitch ha anunciado lo inminente de este fenómeno y está en nuestras manos lograrlo. ¿Como? Estudiando sobre el Mashiaj y la Gueulá. Creada y editada por Centro Leoded - Jabad Argentina
יחי אדוננו מורנו ורבינו מלך המשיח לעולם ועד
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Revelando a la Gueulá en la parshá Shemot - Envía por favor a quien debes enviar - Con el poder de la Torá

¿Acaso es posible que Moshe Rabenu (Moisés nuestro maestro) sea "el primer y último libertador"? Pues Moshe es de la tribu de Levi y el Mashíaj es de la tribu de Iehuda.
Con la fuerza de Moshe, la fuerza de la Torá, cada uno de nosotros podemos traer la revelación del rey Mashíaj. Basado en el Rebe de Lubavitch en su libro Likutei Sijot tomo 11, Shemot Sijá 2.
Tres locos se encontraron a almorzar y entablaron una conversación entre ellos que en pocos minutos desencadenó en una acalorada discusión… "¡Yo soy el enviado del Di-s!" – gritaba
uno de los locos a viva voz. "¡Qué ocurrencia! ¿Es que estás loco? ¡Yo soy el enviado de Di-s! - le contestó el loco número dos.
El tercero sólo estaba parado a un costado y sonreía silenciosamente mientras contemplaba a sus amigos discutiendo. Uno de los meseros se dirigió a el y le dijo: -"Discúlpeme señor, ¿qué es lo que le causa gracia? Es realmente lamentable lo de estos dos hombres, ¿no?"
-"Así es, dos locos." – contestó el tercero – "¡Yo no he enviado a ninguno de los dos!".
El libro que comenzamos a leer esta semana "Shemot" es también denominado por nuestros sabios como "El libro de la Redención". La idea principal que atraviesa a este libro desde el principio hasta el final es la primera Redención de la historia del pueblo de Israel, la redención de Egipto. Dicha Redención es el origen, la cabeza y el comienzo de todas las liberaciones por venir del pueblo de Israel: La redención de Babilonia, la de Grecia, la de Roma, etc., hasta la Redención verdadera y completa.
Como no existe Redención sin Redentor, en esta parshá, Shemot, la que abre el libro de la Gueulá, nos encontraremos por primera vez con Moshe Rabenu, el primer libertador de Israel.
El relato de la zarza ardiente y el dialogo entre Di-s y Moshe, lo conocemos todos. Moshe Rabenu trata de deshacerse de la misión encomendada por Di-s y uno de sus famosos argumentos es "Envía, por favor, a quien debes enviar" (Shemot 4:13). A primera vista, la expresión de Moshe no se entiende, ¿a quién se refiere con estas palabras?
El Midrash Lekaj Tov sobre este versículo explica: "Dijo (Moshe) ante Él, Amo del universo, envía, por favor, a quien debes enviar significa ¡por medio del Mashíaj que en el futuro se revelará!". En lugar de enviarme a mí, ¡envía ya al Rey Mashíaj! El Midrash nos indica la relación y la correspondencia entre Moshe Rabeinu y el Rey Mashiaj y se expresa así: "Moshe es el primer Redentor y el último Redentor" (Shemot Raba 2:6). Eso no significa que Moshe Rabeinu en sí será el Rey Mashíaj ya que el pertenece a la tribu de Levi, mientras que el Mashíaj es descendiente del Rey David que es de la tribu de Iehuda, sino que gracias al poder y en el camino de Moshe Rabeinu (el primer redentor) vendrá el Mashíaj (el ultimo redentor). Referencias a esta explicación podremos encontrar en una interesante guematria (sumatoria del valor numérico de las letras hebreas) de la bendición que otorga el patriarca Iaakov a su hijo Iehuda, que hemos estudiado la semana anterior. Iaakov bendijo a su hijo Iehuda con las siguientes palabras: "Ad ki iavó Shilo velo ikat amim", "Hasta que venga Shilo; y a él se congregarán los pueblos" (Bereshit 49:10). La palabra Shilo es la guematria de Moshe (345), mientras que la combinación de las palabras "iavó Shilo" (vendrá Shilo), es igual a "Mashiaj" (358)…¿qué nos enseña todo esto?
Que la revelación del Melej HaMashíaj (el rey Mesías) y su llegada en sí ("iavó" significa vendrá) será por medio y por el poder de "Shilo" o sea ¡Moshe Rabenu!
¿Cómo puede ser? ¿Qué hay dentro de la tarea y de la actividad de Moshe Rabenu qué es el poder que nos conduce hacia la Redención? ¿Cómo podemos extraer de Moshe Rabenu las fuerzas para lograr la Redención y la llegada del Mashíaj ("iavó Shilo" – vendrá Shilo)? 
La virtud fundamental del Rey Mashíaj, a través de la cual y por su poder tiene la capacidad de redimir al mundo, es la Torá. La primer cuestión que menciona Maimónides cuando describe la personalidad del Rey Mashíaj es el hecho de que "él es un sabio de la Torá". Con el poder de la Torá puede cambiar el estado de ocultamiento Divino en que se halla el mundo y traer una revelación de luz de la Redención y de Divinidad. Y así como tiene la capacidad el rey Mashíaj, también así el pueblo de Israel, ¡tenemos la capacidad de causar un cambio verdadero en la situación mundial con el poder de la Torá! 
Debemos explicar este concepto. El evento más destacado de la vida y obra de Moshe Rabenu fue, sin ninguna duda, la entrega de la Torá, en la que se encontró cara a cara con Di-s y fue merecedor de la revelación Divina más elevada de toda la historia. La entrega de la Torá también produjo que el pueblo de Israel llegase a niveles espirituales muy altos, ¡que hicieron que la impureza en la que estaba inmerso como resultado del pecado original haya llegado a su fin! Hasta tal punto que en ese momento se convierte el pueblo de Israel en "el pueblo elegido" ("Y a nosotros nos has elegido entre otros pueblos y otras lenguas"). Y aunque todo el mundo, la flora y la fauna fueron influenciados por esa revelación Divina infinita ("un ave no voló, un pájaro no hizo ruido), en la práctica, Moshe, el pueblo de Israel y el mundo, cada uno de ellos fue elevado a la perfección a través del poder de la revelación Divina de la entrega de la Torá. 
¿Y qué pasará en la Redención? ¡Exactamente lo mismo!
El Rey Mashíaj, la totalidad del pueblo de Israel y el mundo entero con todos sus elementos particulares, cambiarán y se elevarán hacia su máximo estado de perfección ¡y todo gracias al poder de la Torá y sus mandamientos!
Sobre el Rey Mashíaj está escrito: "He aquí que mi siervo prosperará, se enaltecerá y elevará, y será puesto muy en alto" (Ieshaiahu 52:13). Sobre el pueblo de Israel está escrito que la impureza que volvió a nosotros como consecuencia del pecado del becerro de oro desaparecerá por completo de una vez por todas. Sobre el mundo está escrito: "Erradicaré de la Tierra el espíritu de impureza" (Zejaria 13:2) y "y toda carne juntamente verá que la boca de Di-s ha hablado" (Ieshaiahu 40:5).
Por cierto, se puede afirmar que el proceso de refinación del mundo y el logro de la llegada del Mesías, constituyó un proceso a largo plazo que comenzó con Moshe Rabenu y culmina con el Rey Mashíaj, donde todos trabajan bajo el mismo criterio y según el mismo plan de acción, se apoyan en la misma base y confían en la misma base – ¡la fuerza de la Torá!
Y con respecto a nosotros, el mismo proceso a largo plazo, nos ocurre en una pequeña dimensión de forma cotidiana! La persona comienza su servicio a Di-s todas las mañanas de nuevo. Al principio del día, en las horas de la mañana, debemos incorporar dentro nuestro la fuerza de la Torá por medio de la plegaria pública, ya que es justamente en ese momento que se expande el alma Divina en nuestro cuerpo físico y luego, por medio del estudio de la Torá (la parte revelada y la interior, el Jasidismo), tendremos entonces la fuerza suficiente de ser "Moshe Rabenu = el primer redentor". 
Más tarde, durante el día, estamos ocupados con temas mundanos, el sustento y similares, cuando nuestro objetivo principal es producir en ellos una refinación interior y un cambio esencial. Pero ¿cómo? ¡Con el poder de la Torá! ¡Y es así como nos convertimos en socios del Mashíaj = el último redentor!
Culminaremos con un relato que trata del poder y la fuerza de la Torá. El Rabino Shlomo Luria, denominado por sus siglas "el Maharshal", tenía un discípulo que no tenía hijos y había enviudado muy joven.
Después de mucha insistencia, le reveló el joven viudo a su rabino que en lecho de muerte le prometió a su mujer que nunca más se volvería a casar. ¿Qué debería hacer ahora?
El Maharshal le indicó que le permite casarse. El joven salió de la entrevista aliviado, como si se hubiera sacado una piedra del corazón y comenzó a buscar una nueva pareja. Pero, después de unos pocos días, Lublin estaba terriblemente alborotada: ¡el joven viudo había fallecido!
Cuando de inmediato le informaron el suceso al Maharshal, mandó a llamar a la gente de la "Jevra Kadisha" (lit."el grupo sagrado", los sepultureros) y les ordenó hacer la purificación del cuerpo como se hace regularmente y cuando esté ya preparado para el entierro, que le avisen. Cuando le informaron al Maharshal que ya habían cumplido con sus órdenes, apareció en el cementerio y escribió la siguiente nota: "Shalom, Shalom a ustedes, comitiva celestial. ¿Cómo es posible que suceda esto? ¿No es que una mitzvá positiva desplaza una prohibición de la Torá? ¡Les decreto ya que me devuelvan a este muchacho!" El Maharshal firmó la nota, ordenó que la pusieran en manos del difunto, que lo coloquen en la tumba y que todos abandonen el cementerio. 
En poco menos de una hora, toda la ciudad de Lublin estaba muy asombrada, el joven difunto había salido de su tumba y caminaba por las calles vestido todavía con sus mortajas como si nada le hubiese sucedido. Obviamente, este suceso dejó a la gente de la ciudad muy impresionada y todos hablaban de la santidad de su gran rabino, el Maharshal. Éste, sin embargo, con gran modestia y humildad dijo que fue sólo el poder de la Torá, lo que hizo resucitar a este muchacho.
No obstante, la historia no llegó a su fin, pues ahora, que el joven estaba vivo de nuevo, no había mujer que quisiera casarse con él. ¿Quién estaría dispuesta a casarse con un muerto? ¿Con alguien que se levantó de su tumba luego de morir..?
Entonces, el Maharshal decretó que el Ángel del Olvido se apoderase de Lublin y haga que todos olviden lo sucedido. Y así fue. Al pasar unos días, los habitantes de la ciudad ya no recordaban nada de lo acontecido y el joven hombre era como otra persona más del lugar. Con el tiempo contrajo matrimonio con una muy buena mujer y logró  disfrutar de hijos y nietos dedicados a la Torá y sus mitzvot.

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