o sea, la reunión de los dispersos de Israel, el retorno del gobierno y reino a su posición original con una soberanía judía plena sobre la tierra de Israel, está mencionado en muchos y muchos lugares de la Torá. Sin embargo, el rey Mashíaj como una figura humana, un rey de carne y hueso, quien traerá la materialización de estos testimonios proféticos de la Redención, está mencionado en los cinco libros de Moshe solo una única vez, en nuestra parshá:
"Lo veo, pero no ahora; lo contemplo, pero no cerca". "Una estrella saldrá de Iaacov, y un cetro se levantará de Israel, que dominará los límites de Moab y atravesará a todos los hijos de Shet". "Edom será una posesión, y Seir será una herencia de sus enemigos; E Israel triunfará". "De Iaacov saldrá quien tendrá dominio y destruirá al remanente de la ciudad" (Bamidbar 27:17-19).
Con estas palabras, el profeta Bilam describe, el surgimiento y la obra del futuro rey del pueblo de Israel, un rey poderoso de gran fortaleza que gobernará al mundo entero que destruirá a sus enemigos para siempre. Según la opinión de la mayoría de los sabios que explican los versículos de la Torá escrita (Rashi, Najmánides, Maimónides), estos versículos explican y se refieren al reino del último Redentor, el Mashíaj, hijo de David.
Hay muchas personas de nuestro pueblo, tanto "los que usan kipá", como los que aún no usan, que cuando ellos escuchan la palabra "Mashíaj", esto provoca una sonrisa irónica sobre sus labios. Ellos lo consideran como una utopía, que haya una sociedad mundial perfecta, que en nuestra pequeña aldea global solo reine la paz infinita y un crecimiento económico poderoso. Los más cínicos dirán, que esto está en una categoría de "opio para las naciones", un remedio para la tranquilidad espiritual de aquellas personas miserables que no son capaces de enfrentarse a los problemas de la vida. Incluso otras creencias y pueblos, se han aprovechado del tema mesiánico, prometiendo a sus adeptos y creyentes, una solución mágica para todos los problemas que los acosan.
Pero, ¿acaso ésta, es la función del Mashíaj? ¿Acaso éste, es el motivo central de su llegada? ¿Para ayudarnos con un problema de seguridad o un descubierto en un banco?
Se cuenta sobre un jasid que se quejó frente a su Rebe: ¿Por qué el Mashíaj todavía no llegó, si es que yo lo espero tanto? Le contestó el Rebe con contundencia: El Mashíaj que tú esperas, nunca vendrá, en cambio, al Mashíaj verdadero, nunca lo esperaste...
El rey Mashíaj, ciertamente, traerá paz mundial y prosperidad económica, pero esta no es la definición verdadera de su personalidad, estas son consecuencias secundarias de un asunto más profundo. La definición del Mashíaj a la luz de las palabras de Maimónides y de acuerdo a las explicaciones del Rebe de Lubavitch, es la devolución del cumplimiento pleno de las mitzvot de la Torá, y en esto, él se asemeja a su antepasado y antecesor en la función, el primer Mashíaj, el rey David.
La función del reino de David es lograr un cumplimiento de las mitzvot de la Torá en plenitud, por medio de la derrota de los enemigos de Israel (que lo impiden) y el establecimiento del Beit HaMikdash, algo que sucedió por primera vez a través del rey David, que guerreó contra los enemigos de Israel y completó la conquista de la tierra, hasta lograr la posibilidad de establecer el reino y construir el Beit HaMikdash en Jerusalem. (Si bien, la construcción del Beit HaMikdash, en la práctica, fue por medio de su hijo Shlomo, pero, a pesar de esto, fue David quien causó que la cuestión sea posible y él mismo realizó los preparativos y los planos de la construcción).
La comparación hecha por Maimónides en su libro Mishné Torá (Leyes de reyes cap.11) entre el rey David y el rey Mashíaj, explicando los versículos de la parshá que citamos al principio, donde la primera mitad de cada versículo habla del rey David y la segunda mitad sobre el rey Mashíaj, no es solo un relato común o una descripción de los sucesos del pasado y el futuro. Hay aquí un objetivo Divino oculto y profundo. La Torá nos explica, lisa y llanamente, la "verdadera cara" del Redentor. Justo aquí, en la primera y única vez que la Torá habla del tema Mashíaj, define de forma explícita que el Mashíaj no viene a tratar problemas y resolver conflictos, no es un doctor en medicina o un asesor financiero experto. La prueba de su éxito no es "cuantos milagros es capaz de hacer" o "cuantos muertos puede revivir", totalmente no.
La única prueba que se le puede tomar al rey Mashíaj es "si tuvo éxito en regresar a la Torá a su status original", "si se pueden cumplir en plenitud todas las mitzvot y sus leyes (ofrendas, los años sabáticos, los años de jubileo, las leyes de impureza y pureza, Cohanim, Leviím, etc.)
¿Y por qué esta es la única prueba? Pues esta es la esencia verdadera del Mashíaj, la plenitud del cumplimiento de las mitzvot de la Torá.
Por este motivo, Maimónides eligió llevar a las leyes del rey Mashíaj hacia el final y cierre de su libro de leyes de la Torá, Mishné Torá, luego de editar, definir y explicar a todas las 613 mitzvot de la Torá, ya que con esto, él nos insinúa, que el rey Mashíaj debería traer todo lo que escribió desde el principio en su libro. Comenzando de la primera mitzvá, el acceso al conocimiento para llegar a la fe global y universal de la existencia de Di-s hasta el elemento más marginal de una mitzvá simple como Shilúaj HaKen, el precepto con el cual se nos ordenó "enviar (a la madre antes de tomar) al nido". Este es el Mashíaj y este es su examen de comprobación verdadero, llevar a la Torá y a las mitzvot a su máxima expresión.
Debemos cambiar nuestro punto de enfoque, dejar de pensar sobre el Mashíaj con los conceptos que quizás llegaron de otras naciones o creencias y comenzar a pensar sobre el Mashíaj en términos de la Torá y judíos. Esto solo es posible por medio del estudio de los temas de la Torá sobre Mashíaj y Redención desde las fuentes.
Culminamos con una historia que ilustra la necesidad de cambiar y pensar sobre el Mashíaj de una forma totalmente diferente.
Hace varias décadas, se escucharon afirmaciones de diferentes círculos sobre que ciertos sucesos específicos (como el establecimiento del estado de Israel) tienen alguna relación con la Gueulá (Redención).
A las pocas horas de la declaración de la independencia del estado de Israel, la noche de Shabat del 6 de Iar de 5708 (1948), el jasid Shmuel Zalmenov observó al Rebe (que en esa época era llamado el "Ramash") caminando con entusiasmo en el Beit HaKneset ida y vuelta con un libro de Torá en su mano. Cuando el Rebe se percató de su presencia, se acercó a él y le señaló los versículos de la parshá Nitzavim que hablan sobre la reunión de las diásporas: "Y retornarás hasta Di-s, tu Di-s y escucharás Su voz, conforme a todo lo que Yo te ordeno hoy a ti y a tus hijos con todo tu corazón y con toda tu alma, y devolverá Di-s, tu Di-s a tus cautivos y se apiadará, y volverá y te reunirá desde todas las naciones que Di-s, tu Di-s te diseminó allá" (Devarim 30:2-3). El Rebe preguntó con voz entusiasta: ¿Acaso ya se cumplió el "retornarás" (el retorno de Israel a Di-s)? El jasid respondió que no. Dijo el Rebe: "Si es así, no tiene este acontecimiento que ocurrió ninguna relación con esta promesa de reunión de las diásporas. Así fueron sus palabras determinantes. De inmediato, se dio vuelta para salir.
Hay muchas personas de nuestro pueblo, tanto "los que usan kipá", como los que aún no usan, que cuando ellos escuchan la palabra "Mashíaj", esto provoca una sonrisa irónica sobre sus labios. Ellos lo consideran como una utopía, que haya una sociedad mundial perfecta, que en nuestra pequeña aldea global solo reine la paz infinita y un crecimiento económico poderoso. Los más cínicos dirán, que esto está en una categoría de "opio para las naciones", un remedio para la tranquilidad espiritual de aquellas personas miserables que no son capaces de enfrentarse a los problemas de la vida. Incluso otras creencias y pueblos, se han aprovechado del tema mesiánico, prometiendo a sus adeptos y creyentes, una solución mágica para todos los problemas que los acosan.
Pero, ¿acaso ésta, es la función del Mashíaj? ¿Acaso éste, es el motivo central de su llegada? ¿Para ayudarnos con un problema de seguridad o un descubierto en un banco?
Se cuenta sobre un jasid que se quejó frente a su Rebe: ¿Por qué el Mashíaj todavía no llegó, si es que yo lo espero tanto? Le contestó el Rebe con contundencia: El Mashíaj que tú esperas, nunca vendrá, en cambio, al Mashíaj verdadero, nunca lo esperaste...
El rey Mashíaj, ciertamente, traerá paz mundial y prosperidad económica, pero esta no es la definición verdadera de su personalidad, estas son consecuencias secundarias de un asunto más profundo. La definición del Mashíaj a la luz de las palabras de Maimónides y de acuerdo a las explicaciones del Rebe de Lubavitch, es la devolución del cumplimiento pleno de las mitzvot de la Torá, y en esto, él se asemeja a su antepasado y antecesor en la función, el primer Mashíaj, el rey David.
La función del reino de David es lograr un cumplimiento de las mitzvot de la Torá en plenitud, por medio de la derrota de los enemigos de Israel (que lo impiden) y el establecimiento del Beit HaMikdash, algo que sucedió por primera vez a través del rey David, que guerreó contra los enemigos de Israel y completó la conquista de la tierra, hasta lograr la posibilidad de establecer el reino y construir el Beit HaMikdash en Jerusalem. (Si bien, la construcción del Beit HaMikdash, en la práctica, fue por medio de su hijo Shlomo, pero, a pesar de esto, fue David quien causó que la cuestión sea posible y él mismo realizó los preparativos y los planos de la construcción).
La comparación hecha por Maimónides en su libro Mishné Torá (Leyes de reyes cap.11) entre el rey David y el rey Mashíaj, explicando los versículos de la parshá que citamos al principio, donde la primera mitad de cada versículo habla del rey David y la segunda mitad sobre el rey Mashíaj, no es solo un relato común o una descripción de los sucesos del pasado y el futuro. Hay aquí un objetivo Divino oculto y profundo. La Torá nos explica, lisa y llanamente, la "verdadera cara" del Redentor. Justo aquí, en la primera y única vez que la Torá habla del tema Mashíaj, define de forma explícita que el Mashíaj no viene a tratar problemas y resolver conflictos, no es un doctor en medicina o un asesor financiero experto. La prueba de su éxito no es "cuantos milagros es capaz de hacer" o "cuantos muertos puede revivir", totalmente no.
La única prueba que se le puede tomar al rey Mashíaj es "si tuvo éxito en regresar a la Torá a su status original", "si se pueden cumplir en plenitud todas las mitzvot y sus leyes (ofrendas, los años sabáticos, los años de jubileo, las leyes de impureza y pureza, Cohanim, Leviím, etc.)
¿Y por qué esta es la única prueba? Pues esta es la esencia verdadera del Mashíaj, la plenitud del cumplimiento de las mitzvot de la Torá.
Por este motivo, Maimónides eligió llevar a las leyes del rey Mashíaj hacia el final y cierre de su libro de leyes de la Torá, Mishné Torá, luego de editar, definir y explicar a todas las 613 mitzvot de la Torá, ya que con esto, él nos insinúa, que el rey Mashíaj debería traer todo lo que escribió desde el principio en su libro. Comenzando de la primera mitzvá, el acceso al conocimiento para llegar a la fe global y universal de la existencia de Di-s hasta el elemento más marginal de una mitzvá simple como Shilúaj HaKen, el precepto con el cual se nos ordenó "enviar (a la madre antes de tomar) al nido". Este es el Mashíaj y este es su examen de comprobación verdadero, llevar a la Torá y a las mitzvot a su máxima expresión.
Debemos cambiar nuestro punto de enfoque, dejar de pensar sobre el Mashíaj con los conceptos que quizás llegaron de otras naciones o creencias y comenzar a pensar sobre el Mashíaj en términos de la Torá y judíos. Esto solo es posible por medio del estudio de los temas de la Torá sobre Mashíaj y Redención desde las fuentes.
Culminamos con una historia que ilustra la necesidad de cambiar y pensar sobre el Mashíaj de una forma totalmente diferente.
Hace varias décadas, se escucharon afirmaciones de diferentes círculos sobre que ciertos sucesos específicos (como el establecimiento del estado de Israel) tienen alguna relación con la Gueulá (Redención).
A las pocas horas de la declaración de la independencia del estado de Israel, la noche de Shabat del 6 de Iar de 5708 (1948), el jasid Shmuel Zalmenov observó al Rebe (que en esa época era llamado el "Ramash") caminando con entusiasmo en el Beit HaKneset ida y vuelta con un libro de Torá en su mano. Cuando el Rebe se percató de su presencia, se acercó a él y le señaló los versículos de la parshá Nitzavim que hablan sobre la reunión de las diásporas: "Y retornarás hasta Di-s, tu Di-s y escucharás Su voz, conforme a todo lo que Yo te ordeno hoy a ti y a tus hijos con todo tu corazón y con toda tu alma, y devolverá Di-s, tu Di-s a tus cautivos y se apiadará, y volverá y te reunirá desde todas las naciones que Di-s, tu Di-s te diseminó allá" (Devarim 30:2-3). El Rebe preguntó con voz entusiasta: ¿Acaso ya se cumplió el "retornarás" (el retorno de Israel a Di-s)? El jasid respondió que no. Dijo el Rebe: "Si es así, no tiene este acontecimiento que ocurrió ninguna relación con esta promesa de reunión de las diásporas. Así fueron sus palabras determinantes. De inmediato, se dio vuelta para salir.