categoría de "Jukim", decretos supra-racionales, preceptos denominados "Edot", testimoniales y preceptos llamados "Mishpatim", leyes que lógica humana comprende. De dentro de todas estas mitzvot sobresale una mitzvá, que viene a interesarnos en gran medida.
Una de las bases y pilares de la Torá del Jasidismo es el hecho de que no hay mitzvá, ni siquiera la más pequeña, que El Santo Bendito Sea Él no cumpla. "Lo que Él hace, Él le ordena a Israel cuidar y hacer, como está dicho: "Relata sus palabras a Iaakov, sus estatutos y leyes a Israel" (Shemot Rabá 30:6). Si Di-s nos ordenó cuidar el Shabat, también Él lo cuida. Si Él quiere que nos coloquemos Tefilin, Él también se los coloca...
¿Se entiende simple esto? Sin embargo, en apariencia, hay una mitzvá en nuestra parshá, que El Santo Bendito Sea Él no cumple...
La Torá ordena a todo empleador pagar el sueldo de sus empleados en término. "En su día entregarás su pago", la Torá resuelve que el empleador tiene la responsabilidad y obligación de pagar a su obrero, de inmediato con la finalización de su servicio, en el mismo día, y en cambio, El Santo Bendito Sea Él demora la cancelación del pago a los hijos de Israel mucho más que un día...
Nuestros sabios, que su mención sea bendición, dicen sobre el versículo "Hoy debes hacerlas" (Devarim 7:11), que "hoy hay que hacer las mitzvot y no hacerlas mañana y que hoy hay que hacer las mitzvot y mañana recibir su pago", donde la palabra "Hoy" se refiere a este mundo, mientras que "mañana" se relaciona al futuro inmediato con la llegada del Mashíaj. El significado del versículo es que el cumplimiento de las mitzvot, (hacerlas) que es la tarea de los hijos de Israel, está destinado a hacerse "hoy", en este mundo, pero el pago se recibirá solo "mañana", en la era del Mashíaj, tal como está explícito en la Mishná (Pirkei Abot 2:16): "Conoce el pago de recompensa de los justos en el futuro por venir". ¿Es posible, que El Santo Bendito Sea Él no cumpla la orden de Su Torá de "en su día entregarás su pago"?".
Antes de que hablemos sobre "Cuándo", expliquemos primero el "Cuál es". ¿De que se trata, cuál es el pago que esperamos? ¿Cuál es el pago verdadero que prometió el Creador del mundo a "Sus amados, cuidadores de Sus mitzvot?
Aquí es el lugar para aclarar, que el "pago" sobre el que estamos hablando, no es un "pago" material, alimentos para comer, ropa para vestir, dinero en efectivo suficiente para comprar automóviles, deporte o unas vacaciones en las islas Maldivas. Si bien, la Torá asegura un progreso económico fuerte para los servidores de Di-s y quienes cumplen su Torá, que ciertamente recibirá la persona "hoy", en este mundo físico, de todas formas, ¡no es el pago fundamental! Maimónides en su lenguaje dorado, textualiza las cosas así: "Y prometió la Torá, que si la cumplimos con alegría...que se quitará de nosotros todas las cosas que nos impiden cumplirla, por ejemplo, enfermedad y guerra...y nos brindará todas las cosas buenas que nos fortalezcan para cumplir la Torá, por ejemplo, saciedad, paz y gran cantidad de plata y oro" (Mishné Torá, leyes de Teshuvá 9:1). De acuerdo a sus palabras, la gran abundancia material no está en la categoría de "pago", sino "un mejoramiento de las condiciones de trabajo", tal como un empleador debe preocuparse para que sus operarios tengan condiciones cómodas de trabajo, de la misma forma, también El Santo Bendito Sea Él dispone suministrarnos una abundancia material con la condición de que podamos servirlo con alegría y tranquilidad emocional. El pago sobre el que estamos hablando, el pago verdadero sobre el cumplimiento de las mitzvot, el incógnito y oculto, es el que hacia él alzamos nuestras almas.
Entre los grandes sabios de Israel de hace varios siglos existe una discusión en relación a la recompensa espiritual destinada.
En primer lugar, la postura de Maimónides (Leyes de Teshuvá capítulos 8 y 9, prólogo sobre la explicación de las Mishnaiot capítulo "Jelek" y más), el pago fundamental es el "Gan Edén", el tiempo en el que el alma se separa del cuerpo material y sube a las alturas a deleitarse por Di-s con un placer Divino infinito. Este es un placer de una clase totalmente distinta, un placer supremo, que las palabras no pueden explicarlo: "ningún ojo ha visto (como eso), solamente Tú, Di-s, que harás al que tiene esperanza" (Ieshaiahu 64:4), ¡Esperaremos, mereceremos, sentiremos y veremos!
De acuerdo a esta idea, se podría responder que, El Santo Bendito Sea Él, evidentemente paga en su tiempo, en el mismo día. Un obrero que es contratado por jornada, el empleador le debe pagar por el día trabajado. Pero en el caso de que el empleador lo contrate por un período más extenso (semana, mes, año, etc.), la ley es que el empleado recibirá su salario al finalizar el período de contrato, cuando se liberó de los compromisos asumidos con el empleador.
Los hijos de Israel están obligados a servir a Di-s todos los días de su vida, "la duración del contrato", en la práctica, no culmina sino a los 120 años, en el momento de despedida, y entonces, el alma recibe su pago, el Gan Edén.
En segundo lugar la postura de la Torá del Jasidismo, que en oposición a Maimónides, define como la resolución de Najmánides (Ramban, Rabí Moshe ben Najman), que sostiene que el "Gan Edén" es al fin y al cabo, una estación intermedia para el alma, un lugar de detención y refresco antes de llegar al destino verdadero e infinito, la resurrección de los muertos. Solo entonces, cuando el alma esté investida (insertada) en el cuerpo, recibirá "la chequera" de pago por el trabajo realizado. De acuerdo a sus palabras, transcurre más tiempo (lamentablemente...) entre el "trabajo" y el "pago", ¿acaso es posible?
La Torá del Jasidismo, como siempre, nos otorga una perspectiva mucho más amplia y significativa sobre la relación entre nosotros y el "empleador", Di-s de Israel. Los hijos de Israel no son "jornaleros", obreros comunes. Personas particulares que recibieron un trabajo por día, semana, mes, año o más. Los hijos de Israel son "contratistas" que, generalmente, asumen sobre ellos una obra, hacer descender la Presencia Divina hacia abajo y prepararle al Creador una "morada en los planos inferiores".
La ley es, que el "contratista" no recibe un salario diario, semanal o mensual, sino él recibe su pago al final de la obra, luego de que el trabajo culminó. La tarea de "servir a Di-s" no es un contrato individual e independiente que culmina luego de los "ciento veinte años" de cada judío ¡sino, es un "contrato" gigante que incluye el trabajo de todos los hijos de Israel en el transcurso de todas las generaciones! El Santo Bendito Sea Él puso en consignación al mundo en manos del pueblo de Israel para que ellos los transformen en una "morada". A la luz de lo dicho hallamos, que el pago que se otorgará en el Mundo Venidero, luego de la llegada del Mashíaj y la resurrección de los muertos es "en su día", un pago global para todo Israel que son una unidad, luego de la finalización del trabajo de "contratación" de hacer este mundo una morada para Di-s.
Más aún, cada integrante del pueblo de Israel es un "socio" del Santo Bendito Sea Él, en la obra de la Creación. Nosotros somos una parte inseparable del "inversor" o "empresario", por ello, nosotros, en realidad, no recibimos un pago o salario, ¡sino tomamos una parte gruesa y jugosa de las ganancias siderales e infinitas que se logran como consecuencia de nuestra "inversión" (y la de Di-s) en el mundo!
Tal como un socio verdadero, que recibe su parte solo al final, cuando la inversión dio su fruto, de la misma forma con nosotros, no queremos algunos pocos centavos, sino la gran revelación Divina anhelada con la Redención verdadera y completa.
Entonces, vayamos y tomemos una parte activa, como inversores y socios y no solo como un empleado que recién se inicia, en la tarea de traer la Redención y acelerar la resurrección de los muertos por medio del incremento en el estudio de la Torá, el crecimiento en la plegaria y los actos de benevolencia (fundamentalmente, en los días de Elul en los cuales nos encontramos).
Culminamos con una historia: En uno de aquellos domingos, cuando el Rebe reparte dólares para caridad, un judío llegó frente a él con un pedido especial: "Rebe, quiero que seas mi socio en una de mis empresas, como reconocimiento a tu tarea en beneficio del pueblo de Israel. Quiero darte como regalo las llaves de la empresa, como prueba de la seriedad de mis intenciones". Este mismo judío, a pesar de ser un persona cálida y con gran corazón, con un sentimiento fuerte hacia el Rebe y sus emisarios, aún no cumplía Torá y mitzvot y su empresa estaba abierta en los días de Shabat y festividades.
El Rebe sonrió y le contestó: "Si yo soy socio de tu negocio y las llaves están en mi poder...estoy dispuesto a devolverte las llaves desde el domingo hasta el viernes, pero en Shabat y festividades, las llaves del negocio son mías. En ese mismo día, empezó este judío a cuidar el Shabat.
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