De hecho, ya vieron en la práctica muchas "maravillas". Tanto con respecto a la Redención particular como a la Redención general, que incluye, en especial, a nuestros hermanos en ese régimen [la ex Unión Soviética], donde muchos de ellos salieron de la angustia a la libertad, tanto en el sentido literal de la palabra, como (y fundamentalmente) con respecto a la posibilidad de vivir [libremente] una vida judía basada en la Torá y sus Mitzvot. Esto es hasta tal punto, que en los últimos días, realmente, se realizó el congreso de emisarios de Jabad (de muchos países) en ese país (de una forma que el efecto se extiende también a estos días). El congreso tuvo lugar en el país donde se encuentra la ciudad de Lubavitch y las ciudades de Liadi, Liozna, Rostov y Petersburgo, en las cuales, los líderes de Jabad vivieron y actuaron durante varias generaciones. Los emisarios del líder de Jabad de nuestra generación, la Honorable Santidad de mi maestro y suegro, el Rebe, se reunieron en la capital de ese país (Moscú), con la intención de aumentar, con más potencia y más vigor, la difusión de la Torá y la expansión de los manantiales (de las enseñanzas del Jasidismo de Jabad) hacia los extremos más distantes, porque a través de tal actividad, vendrá el Rey Mashíaj[3].
Y en este mismo año, ya nos hallamos en Rosh Jodesh Elul, el mes del balance espiritual de todo el año, hasta que el resultado del balance es: "¡¿Ad Matai?!" - "¡¿Hasta cuándo nos quedaremos en el exilio?!”…
¡¿Cómo puede ser que en la culminación de los once meses del año de “maravillas Les mostraré", nuestro justo Mashíaj todavía no vino?! …
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Traduciendo lo anterior en términos prácticos:
Hay que difundir y llamar la atención de la gente en cada lugar, sobre las tareas espirituales especiales del mes de Elul que están insinuadas en las iniciales de las palabras de los cinco versículos que forman el término Elul. Estos versículos se refieren a la Torá, la plegaria, los actos de benevolencia, la Teshuvá (arrepentimiento o retorno) y la Redención. Se debe poner un énfasis especial en el quinto acrónimo, el tema de la Redención, según cómo permea a todos los demás aspectos del servicio espiritual, de modo que todo se compenetre y se haga con el espíritu de la Redención. (Esto incluye, en especial, que se haga a través del estudio de la Torá sobre temas de la Redención y el Beit HaMikdash). Todo esto debe ser con la esperanza y la certeza total, que de inmediato, enseguida realmente, vemos con ojos de carne [físicos] que "He aquí, que éste (el rey Mashíaj) viene”[4].
En lenguaje sencillo:
Debe ser anunciado y publicitado en todos los lugares - con palabras que salen del corazón - que El Santo, Bendito Sea Él, dice (a través de Sus siervos, los profetas), a todos y cada uno de los judíos: "Mira, Yo otorgo frente a ustedes, hoy, una bendición", hasta tal punto, que hoy, realmente, vemos con ojos de carne la bendición de la Redención verdadera y completa.
(Hay que agregar y enfatizar que este anuncio y difusión mencionado antes, debe ser hecho incluso por aquellos que argumentan que no han absorbido este tema (completamente) con el entendimiento, la captación y la conciencia de ellos. Dado que su fe está plena, pueden (y en consecuencia, deben) dar difundir estas palabras a otros, empezando por los miembros de su familia (que con seguridad no necesitan "sufrir" por su falta de comprensión de este asunto). También deben difundirlas a todos los que están en su entorno y a cada uno y una de los hijos de Israel. Con certeza, que a través del esfuerzo adecuado, se aceptarán las palabras y producirán su efecto, incluyendo también al anunciante y difusor, que absorberá esto en su interior).
(De la charlas de Shabat Parshat Reé, primer día de Rosh Jodesh Elul, 5751)
[1] Texto del “Yo creo” (Impreso en muchos Sidurim), basado en el texto del versículo de Jabakuk 2:3. Explicación de las Mishnaiot de Maimónides, Sanhedrin, prólogo del capítulo “Jelek”, principio 12
[2] Lenguaje de los sabios en Sanhedrín 97B
[3] La conocida carta del Baal Shem Tov, impresa en Keter Shem Tov (Edición Kehot) al principio. Y en varias fuentes
[4] Shir HaShirim 2:8. Shir HaShirim sobre el versículo