En 1990, Francis Fukuyama escribió su libro: "El fin de la historia y el último hombre". A pesar de su nombre provocativo, el libro no habla de una visión horrible, sino exactamente lo contrario. Con la ayuda de herramientas históricas y estadísticas avanzadas, el autor llega a una conclusión alentadora, que causó revuelo en el mundo académico y que tuvo muchos opositores.
Según él, el derrumbe del bloque comunista soviético marcó el final del período de conflictos y guerras que caracterizó los últimos mil años y que fueron resultado de gobiernos fascistas, imperialistas o comunistas. A su juicio, toda la humanidad está madura para entender que los métodos de gobierno totalitario han fracasado, el mundo entero desea una democracia liberal, que el gobierno no sea opresivo, que se esfuerce por aceptar al otro y potenciar los derechos humanos dondequiera que estén, por la igualdad y la libertad.
No mucho después, los análisis estadísticos de Fukuyama parecieron colapsar y ser refutados totalmente: Saddam Hussein se había apoderado de Kuwait mientras cometía horribles crímenes de guerra. Una masacre racista se desató en Ruanda. Los talibanes se apoderaron de Afganistán y miembros de al-Qaeda bombardearon el corazón de Nueva York con bombas reales y destruyeron las Torres Gemelas y el Pentágono. Los historiadores comenzaron a especular sobre la "guerra de civilizaciones", con el terror islámico visto como la nueva amenaza para la paz mundial. Y el libro de Fukuyama se cayó de los estantes.
Han pasado más de veinte años desde entonces y el "policía del mundo", Estados Unidos, se embarcó en una guerra de boicot. La guerra aún no ha terminado, pero parece, que la terquedad está dando sus frutos. El régimen terrorista en Irak fue derrocado y también el de Afganistán. Los terroristas son perseguidos hasta su eliminación y hasta en su dormitorio (ver el final de Bin Laden). Los regímenes totalitarios que sobrevivieron en los países árabes se derrumban uno tras otro a una velocidad vertiginosa inimaginable en términos históricos. Es imposible no admitir hoy, que Fukuyama realmente tenía razón.
El mundo entero en la actualidad, se está moviendo claramente hacia una era de erradicación de los regímenes que han bloqueado a la gente y llevado a guerras y asesinatos desde los albores de la historia. Excepto por algunos rincones y focos de terror aquí y allá, en general, la humanidad se enfrenta a una nueva página, y no hay duda al respecto.
¿Quién causó todo esto? ¿Qué sucedió después de miles de años de asesinatos, saqueos y guerras, que de repente todo cambió realmente? La respuesta es que el Mashíaj ya produce cambios en el mundo. El Rebe de Lubavitch, ER"M, anunció esto con palabras mucho más claras y elocuentes que las de Fukiyama. El Mashíaj ya lucha con su poder Divino y de su manera especial, elimina uno por uno los focos del mal en el mundo. Esto es simplemente una preparación y adecuación para un nuevo tipo de gobierno que pronto se establecerá aquí: El gobierno del Reino Eterno de Di-s. Todos nosotros, todo el pueblo de Israel, así como todos los miembros de la humanidad que lo merezcan, seremos ciudadanos en el Estado de Di-s, bajo el mejor y perfecto gobierno.