A diferencia de las trágicas circunstancias en las que aparecen estos graves síntomas, se espera que todos experimentemos risa y llanto muy pronto, pero de un tipo completamente diferente. Expresarán un estado neurológico y mental óptimo y abarcarán a la población de todos los seres humanos del mundo.
Estos comportamientos son descriptos en las palabras de los profetas como característicos de los primeros momentos de una nueva situación global y cósmica, que se apoderará instantáneamente de toda la creación.
La sorpresa ante el enorme cambio se expresará en un estado mental de intensa excitación que se apoderará de todos en el mundo al mismo tiempo, y la variedad de reacciones al turbulento estado mental de esos momentos variará desde el llanto hasta la alegría.
Por un lado: "Cuando Hashem devuelva a los cautivos de Tzion, será como si lo hubiéramos soñado". Un shock, que se traduce como una sensación onírica, algo así como “esto no puede estar sucediendo, debe ser un sueño”. “Entonces nuestra boca se llenará de risa y nuestra lengua de alegría”. Risa plena y canto sin ningún cálculo ni rastro de otra emoción que apague la felicidad y reduzca la plenitud de la alegría o la intensidad de la risa. Y por otra parte: “Vendrán con llanto, pero entre súplicas los guiaré”.
Algo de esta inmensa alegría, puedes comenzar a experimentar ahora mismo. Las energías ya se hallan en el mundo, porque el acontecimiento que las crea, que es la revelación de la existencia del Mashíaj, ya ha comenzado.
Así es según el testimonio del líder judío de la generación, el Rebe de Lubavitch, ER"M. Cuanto más cumplamos sus instrucciones para acelerar la Redención, -como vivir la Redención, aprender y pedir por ella y por el Mashíaj, aumentar en Tzedaká y amor al prójimo-, más fortaleceremos nuestros sistemas físico y espiritual en preparación para el gran momento. Esto es lo que los sabios describieron con las palabras: "Y alegría eterna sobre sus cabezas".
