Este enfoque sólo tuvo un éxito parcial. Los expertos en un tema tienen dificultades para comprender artículos de otros campos, incluso aquellos cercanos al suyo.
Ya no hay gente que lo sepa todo. Paradójicamente, a medida que aumenta la información, también lo hace la ignorancia científica. Esto se debe a que con cada nuevo descubrimiento “nacen” diez nuevos signos de interrogación que surgen de ese descubrimiento.
Según este cálculo, la montaña de la ignorancia siempre será mayor que la montaña del conocimiento. La ciencia misma produce constantemente nuevos y actualizados tipos de ignorancia: No ignorancia que surge de una falta de educación o curiosidad, sino más bien ignorancia cualitativa cuyo honor está en su lugar.
Esta perspectiva lleva a la ciencia actual a un lugar más correcto, humilde y amigable que en el pasado, y es paralela a lo que dijeron nuestros sabios hace miles de años: "El propósito del conocimiento es que no Te conozcamos" (se refiere a Hashem). En otras palabras, el conocimiento humano en su apogeo es el reconocimiento de que en realidad, hay cuestiones que el conocimiento humano es incapaz de abarcar.
Pero todo esto es cierto únicamente durante un período de tiempo llamado "este mundo". Hoy nos encontramos en el umbral de una nueva era, que se caracterizará por una experiencia de conocimiento objetiva y completa.
Por supuesto, esto sólo será posible después de que se eliminen todas las barreras que han limitado la conciencia humana desde el pecado de Adam, el primer hombre. El pecado y su castigo dañaron la conciencia Divina objetiva del hombre y le causaron a él y a sus descendientes una discapacidad cognitiva. Desde entonces, vemos todo como un reflejo de nuestro propio ser y hemos perdido la capacidad de “ver” (y entender) las cosas como son.
Afortunadamente todo esto terminará muy pronto. La idea profunda de la Redención verdadera y completa es una revelación verdadera y completa (absoluta) de la única verdad absoluta, común a todos. Se revelará la verdad de la Existencia Divina, que es la verdad de la existencia de cada criatura.
Será una experiencia mental, emocional y física intensa, como ni siquiera podemos imaginar. El profeta Ieshaiahu nos informa en pocas palabras de lo que está por suceder: “Y la tierra se llenará del conocimiento de Hashem, como las aguas cubren el mar”.
La percepción terrenal (baja), en la que cada uno se siente y se entiende sólo a sí mismo, será sustituida por una sensación de ausencia y de anulación del yo propio que se separa de la verdad Divina, y todo se cubrirá y unirá con el “mar” del Ser Divino que constituye y da vida a todo.
