El continente africano lleva mucho tiempo lidiando con la escasez de agua, un desafío agravado por el rápido crecimiento demográfico y la distribución desigual de los recursos. A pesar de las sustanciales reservas de agua subterránea del continente, muchas comunidades aún carecen de acceso fiable a agua potable. Sin embargo, iniciativas y descubrimientos recientes ofrecen nuevas vías para abordar este acuciante problema. En el año 2024, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (UNDP) puso en marcha el Mecanismo de Acceso a las Aguas Subterráneas de África (GaFa) para abordar la escasez de agua en el Cuerno de África. Esta iniciativa busca aprovechar las vastas, aunque infrautilizadas, reservas de agua subterránea profunda de la región. Mediante la promoción del mapeo de aguas subterráneas, el intercambio de datos y las prácticas de extracción sostenibles, GaFa busca proporcionar soluciones hídricas a largo plazo a países como Etiopía, Kenia, Somalia y Sudán.
En Nigeria, se descubrió recientemente un importante acuífero en el estado de Kano. Reconociendo su potencial, el gobierno estatal ha iniciado la construcción de una planta de tratamiento de agua para aprovechar este recurso. El proyecto busca suministrar agua potable para uso doméstico y agrícola, beneficiando a Kano y sus comunidades vecinas.
El descubrimiento de acuíferos profundos en el África subsahariana promete transformar tierras áridas en una fuente de vida y sustento.
La Tierra de Israel también está destinada a una transformación, predicha por nuestros profetas. Hablan de un tiempo en el que el agua fluirá libremente incluso en los lugares más insospechados: "Y los montes destilarán vino dulce, y todas las colinas se derretirán" (Amos 9:10); "Porque brotarán aguas en el desierto y arroyos en la llanura" (Ieshaiahu 35:6).
Sin embargo, esta abundancia no es solo física. El cambio más profundo será espiritual. Desde el exilio de la humanidad del Edén, hemos vivido con una sed ardiente, no solo de agua, sino de claridad, de significado y de conexión con Di-s.
Esa sed finalmente será saciada. "No habrá hambre de pan ni sed de agua; solo de escuchar la palabra de Di-s".
Ya estamos saboreando las primeras gotas de ese futuro a través de las fuentes de los manantiales del Jasidismo, el interior de la Torá, que se extienden por todo el mundo, especialmente a través de los centros de Jabad, establecidos por los emisarios del Rebe de Lubavitch, el Mashíaj de nuestra generación. Las aguas ya fluyen. Como dice el profeta (Ieshaiahu 55:1): "Quien tenga sed, vaya al agua".