Viene Mashíaj - La única web en español sobre la llegada del Mashiaj. El objetivo de la vida, hacer de este mundo una morada para Di-s. La llegada del Mashiaj es uno de los 13 principios de fe del pueblo judío. El Rebe de Lubavitch ha anunciado lo inminente de este fenómeno y está en nuestras manos lograrlo. ¿Como? Estudiando sobre el Mashiaj y la Gueulá. Creada y editada por Centro Leoded - Jabad Argentina
יחי אדוננו מורנו ורבינו מלך המשיח לעולם ועד
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Dvar Maljut - El Rebe de Lubavitch en la Parshá Vaierá 5752 - Ya hay una revelación del Mashíaj. Todo está impregnado con Mashíaj y Redención

1. Puesto que la Torá es una guía para la conducta actual en nuestras vidas en el presente, se deduce que hay una conexión entre la lectura de esta semana de la Torá, Parshat Vaierá y el día del mes en el cual se lee esta porción de la Torá, el 18 de Jeshvan. Además, dado que estamos a tres días del 20 de Jeshvan, el cumpleaños del Rebe Rashab, también hay una conexión entre esta lectura de la Torá y ese día.
El último punto se puede entender dentro del contexto de la conocida historia sobre el Rebe Rashab (quinto Rebe de Lubavitch) y el Tzemaj Tzedek (tercer Rebe de Lubavitch). Cuando el Rebe Rashab tenía cuatro o cinco años, fue llevado a su abuelo, el Tzemaj Tzedek, para recibir una bendición por su cumpleaños. Cuando entró en la habitación de su abuelo, comenzó a llorar. Después de calmarlo, su abuelo preguntó por el motivo de sus lágrimas. El niño respondió: “En el jeider (lit. habitación, se refiere a la escuela), aprendimos que Di-s se reveló a Abraham, nuestro antepasado. ¿Por qué no se revela a mí?
El Tzemaj Tzedek le respondió: "Cuando un judío tzadik (justo) decide a los noventa y nueve años que debe circuncidarse a sí mismo, es digno que Di-s se revele a él".
Esta historia enfatiza que el hombre debe obtener la revelación de la Divinidad a través de su esfuerzo espiritual. Incluso la mayoría de los tzadikim (justos) no son dignos de tal revelación. Sin embargo, cuando un tzadik ha llevado a cabo su servicio durante noventa y nueve años y se da cuenta de que todavía debe circuncidarse, entonces es digno de la revelación de Di-s.
Basado en esta explicación, surge la pregunta: Dado que la revelación de Divinidad es dependiente de una tarea espiritual tan elevada, ¿Cómo es esta historia relevante para cada judío, para las personas que están muy por debajo del nivel de tzadik?
La resolución a esta pregunta está relacionada con el concepto de que la revelación de Di-s a Abraham es asociada con la circuncisión. Aunque Di-s se había revelado a Abraham anteriormente, la revelación que Abraham experimentó después de la circuncisión fue mucho mayor. La diferencia era doble: En primer lugar, se le reveló un mayor nivel de Divinidad y en segundo lugar, Abraham era un recipiente más receptivo para la revelación y pudo internalizarla en mayor medida.
(Ambos conceptos se aluden en el versículo del inicio de la parshá Vaierá que relata que Abraham "estaba sentado en el calor del día". El "calor" se refiere a una revelación intensa de Divinidad como se refleja en el versículo "Como el sol y su escudo son Havaiá y Elokim" (Tehilim 84:12), que utiliza dos nombres de Di-s, "Havaiá" (la intensa revelación Divina) y "Elokim" (El ocultamiento de dicha revelación). El "estaba sentado" de Abraham implica que la revelación fue recibida e internalizada de manera estable).
Estos dos conceptos están intrínsecamente relacionados con la naturaleza de la mitzvá de la circuncisión. Por un lado, la circuncisión está sobre todas las mitzvot de la Torá, como lo escribe Maimónides: "Se establecieron tres pactos en relación a todas las mitzvot de la Torá ... Respecto a la circuncisión, en cambio, se establecieron trece pactos". En simultáneo, la mitzvá de la circuncisión afecta los aspectos más bajos de nuestro ser, incluso nuestros cuerpos físicos, estableciendo “un pacto eterno en vuestra carne”. Además, la mitzvá de la circuncisión está asociada con la toma de posesión de Eretz Israel por parte de los judíos de Eretz Israel, el pacto de la tierra, pues suministra la fuerza y la capacidad para transformar lo terrenal en un espacio de Santidad.
Estas dos dimensiones de la mitzvá de la circuncisión (Por un lado el mayor nivel de Divinidad y por el otro, la inserción en lo más bajo, en el cuerpo humano y en lo material del mundo) están interrelacionadas. Es a través de atraer la influencia hacia los niveles más bajos de la existencia material que se revela la naturaleza espiritual trascendente de su fuente. En otras palabras: El propósito final de la Creación de este mundo es que Di-s desea tener una morada en los planos inferiores.
Esto implica que, no solo la revelación de Divinidad se extenderá desde los reinos espirituales a nuestro mundo material, sino que las revelaciones más esenciales estarán en este mundo. Esto está implícito en el término "morada". Así como una persona revela sus cualidades más esenciales en su propio hogar, así también, la dimensión esencial de la Divinidad se revelará en este mundo material.
Este concepto se refleja en el versículo "Los cielos y las alturas celestiales no pueden contenerte, pero si esta casa" (Melajim Alef 8:27). Es decir, los "cielos y las alturas celestiales", los reinos espirituales, no pueden contener la esencia de Di-s y, sin embargo, en "esta casa" -el Beit HaMikdash en este mundo material- Su esencia descansará.
Así, la revelación de Divinidad llamada Havaiá asociada con la circuncisión se relaciona con todos y cada uno de los judíos. (Encontramos este concepto en la halajá (ley de la Torá): Si, por ciertas razones, no se pudiera realizar una circuncisión para un judío, igual es considerado "circuncidado". De manera similar, "una mujer es como si hubiera sido circuncidada", es decir, ella también posee la dimensión espiritual de la circuncisión).
Y es en el momento de la circuncisión, que el alma de Santidad, el alma Divina que es "verdaderamente una parte de Di-s en lo Alto", un reflejo de Su esencia, ingresa en el cuerpo de uno. Por lo tanto, para cada persona, la circuncisión representa el momento en que "Di-s se le reveló". Además, esta revelación impregna su cuerpo físico. En consecuencia, aunque exteriormente, el cuerpo de un judío se parece al de un no judío, en verdad, su energía vital se deriva del alma. Así, incluso el cuerpo físico de un judío es santo.
La conexión entre la revelación de Di-s y la entrada del alma en el cuerpo en el momento de la circuncisión se refleja incluso en la vida de un niño. En primer lugar, un niño tiene una apreciación directa de la esencia de la Divinidad, como explica el libro Torá Or: “La luminaria está revelada, por lo tanto, incluso los pequeños saben que Di-s existe". Además, los niños tienen una manera única de relacionarse con Di-s y así encontramos las palabras de un gran sabio, el "Ribesh" (Rabí Itzjak bar Sheshet, alumno del Ran y el Rif): "Yo rezo con la mente de un niño".
Además, los niños entienden que la conciencia de Di-s tiene que estar conectada con entidades físicas. Por lo tanto, entienden la importancia de recitar las bendiciones, agradeciendo a Di-s por los alimentos que comen. Del mismo modo, vemos que los niños tienen un atractivo especial con la mezuzá y la besan con ganas varias veces al día. También, al tener una alcancía de tzedaká (caridad) y textos sagrados judíos en sus habitaciones, transforman su habitación, y toda la casa, en un "pequeño santuario".
Y desde la mezuzá, uno procede desde la casa de uno al mundo en general, tal como Maimónides escribe: "Cada vez que uno entra o sale, se enfrentará a la unicidad del Nombre de Di-s". Esto inspirará a una persona a mejorar su servicio de "Haciendo de este lugar, Eretz Israel (tierra de Israel)", es decir, transformando el mundo en una morada para Él.
En base a lo anterior, podemos entender por qué el Rebe Rashab lloró por la revelación de la Divinidad y la respuesta de su abuelo el Tzemaj Tzedek. En esencia, esta revelación ya está presente. Lo que falta y se necesita, es simplemente que una persona aprecie y tome conciencia de esta revelación.
Ampliando el concepto: A través de la circuncisión, el alma Divina ha establecido una conexión con el cuerpo de la persona, permitiéndole apreciar la Divinidad dentro del contexto de su entorno material. Lo especial de Abraham era que, en realidad, veía la Divinidad de una manera abierta y manifiesta. Esto es lo que el Rebe Rashab deseaba, no solo tener la conexión esencial con la Divinidad establecida por el alma a través de la circuncisión, sino que Di-s debía revelarse a él, abierta y manifiestamente, como lo hizo con Abraham.
En este contexto, podemos apreciar por qué el Rebe Rashab describió a Abraham como "nuestro antepasado". Nuestros antepasados ​​nos han transmitido a nosotros, a sus descendientes, toda su herencia espiritual. Por lo tanto, el Rebe Rashab también deseaba que esta dimensión, la revelación directa de la Divinidad, le fuera concedida.
El Tzemaj Tzedek respondió que para que una persona reciba una revelación directa de la Divinidad, debe merecerla a través de sus acciones reales. Cuando una persona sirve  a Di-s durante noventa y nueve años, y luego se da cuenta de que necesita someterse a una circuncisión, es digno de una revelación manifiesta.
Esto produce una lección para cada individuo, cuando lee que Di-s se reveló "a él", debe darse cuenta de que "a él" no significa solo a Abraham, sino "a él", para sí mismo. Dado que cada judío es un descendiente de Abraham y ha entrado en "el pacto de Abraham" a través de la circuncisión, Di-s se le revela a él. Esto debe despertar en cada judío el deseo de vivir y percibir realmente esta revelación. Y de hecho, como se puede derivar de la historia sobre el Rebe Rashab, incluso un niño pequeño puede desear tal revelación. Además, este deseo puede ser tan poderoso que lo motiva a llorar.
De manera similar, este deseo debe ser lo suficientemente poderoso como para motivar a cada individuo a llevar a cabo su servicio para hacer que la Divinidad impregne todos los aspectos de su ser y todas las dimensiones de su área de influencia en el mundo en general. De esta manera, se convertirá en un "keli" (contenedor) digno de la revelación Divina y, de hecho, hará que esa revelación impregne al mundo entero, haciendo del mundo una morada para Él.
Sobre la base de lo anterior, podemos apreciar la conexión con la fecha actual, el decimoctavo día de Jeshvan. Dieciocho es el equivalente numérico del hebreo Jai (חי), que significa "vida". Para un judío, la vida se refiere a la expresión del alma Divina. Jeshvan, por el contrario, refleja nuestro servicio en el contexto de la realidad material, ya que, en contraste con el mes de Tishrei, Jeshvan es un mes sin festividades. Esto indica un énfasis en el servicio de refinación del mundo dentro de sus límites naturales. Así, Jai Jeshvan (el 18 del mes de Jeshvan) se refiere a la unión del alma con el cuerpo, el mismo concepto al que se alude a través de la mitzvá de la circuncisión.
2. Hay una conexión entre estos conceptos y el 20 de Jeshvan, día de cumpleaños del Rebe Rashab. Veinte es el equivalente numérico de la letra Jaf que se asocia con el nivel de Keter (corona) que trasciende a todas las Sefirot. La revelación de la Divinidad dentro del contexto de la realidad material mencionada anteriormente está conectada con la revelación del nivel de Keter. (Así como una corona se coloca por sobre el cuerpo, el nivel de "Keter" se encuentra sobre los niveles limitados de la Creación).
Significativamente, la tarea y servicio del Rebe Rashab en su vida, se centró en llevar a cabo la revelación de la Divinidad en el mundo, no solo para él, sino también para los demás. Esto se refleja en la fundación de Ieshivat Tomjei Tmimim, una Ieshivá (academia de estudios) que pone el énfasis en el estudio, no solo de Niglé, la parte revelada de la Torá, sino también en Pnimiut HaTorá, la dimensión interior y mística de la Torá. Además, las dos no son inculcadas como disciplinas separadas, sino como aspectos diferentes de la Torá (tmima) perfecta de Di-s.
Este enfoque de enseñanza le permite a cada judío comprender Pnimiut HaTorá con un sólido marco intelectual, para que haya una revelación de la Divinidad evidente para el "ojo intelectual". Además, esto sirve como preparación para la revelación final de la Divinidad que tendrá lugar en la Era de la Redención. Esto también fue enfatizado por el Rebe Rashab en la fundación de Ieshiva Tomjei Tmimim, cuando destacó que los estudiantes deben servir como "soldados de la Casa de David" cuya tarea es acelerar la llegada de Mashíaj.
En esta famosa sijá (conferencia) que brindó en Simjá Torá del año 1900, que se centra en este tema, el Rebe Rashab habla del conflicto con "aquellos que desprecian las pisadas de Tu ungido (El Mashíaj)". Estas palabras están escritas en libro de Tehilim, al final del capítulo 89. Es importante saber que ya hemos completado la tarea y servicio espiritual asociados a este salmo y ya estamos en medio del servicio asociado al capítulo siguiente, el 90. Este último servicio espiritual relacionado a la incipiente Redención que estamos viviendo, es enfatizado en la conclusión de este capítulo 90: "Que el deleite de Di-s, nuestro Señor, esté sobre nosotros, que la obra de nuestra manos, establezca sobre nosotros;  la obra de nuestras manos las establece Él". Este versículo está asociado con la revelación de la Divinidad en el Beit HaMikdash, y más particularmente, en el Tercer Beit HaMikdash, "el Santuario del Señor establecido por Tus manos".
Además, el Rebe anterior nos ha informado que se ha completado todo el servicio necesario para lograr la Redención. Esto es particularmente cierto después de que hayan pasado cuarenta y nueve años desde la desaparición física del Rebe anterior en la que los "soldados de la Casa de David" han extendido las fuentes del Jasidismo hacia nuevas fronteras.
Sumado a lo ya explicado, que el Mashíaj existe en “la chispa de Mashíaj”, en el nivel más profundo del alma de cada judío, también existe la realidad física del Mashíaj tal cual es simplemente. “En cada generación nace un descendiente de Iehuda que es la persona indicada para ser el Mashíaj de Israel” (Rabí Ovadia de Bartenura - Meguilat Rut). Una persona que por su rectitud es el apropiado para ser el libertador y cuando llegue el momento Hashem Bendito Sea se revelará a él y lo enviará (Jatam Sofer - Shu"t Joshen Mishpat 95)  En nuestra época se anularon todos los obstáculos y no solo hay una existencia física del Mashíaj sino que además hay revelación del Mashíaj. Solo debemos dar la bienvenida al Mashíaj concreta y realmente.
Una influencia adicional a la inminente Redención, también es contribuida por el presente año (5752), un "año de maravillas en todas las cosas". Y estas maravillas también incluirán las maravillas que acompañarán a la Redención como está escrito, "Como en los días de tu salida de Egipto, Te mostraré maravillas”.

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