En 1947, tres años antes que el Rebe anterior de Lubavitch, Rabí Iosef Itzjak Schneerson ("el Rebe Raiatz") partiera de este mundo, el actual Rebe de Lubavitch viajó a París (no era todavía Rebe, pero era el asistente más confiable de su suegro). El Rebe, que había escapado de Europa a los Estados Unidos en 1941, llegó a París a buscar a su madre, después de 15 años de no verla, desde que ella había logrado escapar de la Unión Soviética, llevándola a su regreso a los Estados Unidos. En París conoció a un grupo de jasidim de Lubavitch sobrevivientes de la shoá que tenían muchos deseos de emigrar a
los Estados Unidos pero no podían obtener visas. Le pidieron que a su regreso le dijera al Rebe Raiatz de su problema y que despertara compasión y misericordia sobre ellos desde el Cielo. El Rebe de Lubavitch les explicó que debían ser conscientes que el Rebe Raiatz no necesitaba que lo pongan al tanto de sus problemas personales pues ya los conocía. Para explicar este punto les contó la siguiente historia:
En ese tiempo, el Rebe Raiatz estaba enfermo y requería que le inyectaran ciertos medicamentos todos los días. Una enfermera privada venía a su sinagoga en el 770 de Eastern Parkway, en Brooklyn, New York, a determinada hora para administrarle la inyección. Un día, la enfermera llegó unos minutos tarde y cuando tocó a la puerta de su oficina no hubo respuesta. Usualmente, había secretarios del Rebe Raiatz por los alrededores, pero esta vez no había nadie. Así que lentamente abrió la puerta del estudio y al entrar lo vio sentado en su escritorio, sus ojos perdidos en la distancia, obviamente sin darse cuenta que ella había entrado. Tenía la apariencia de alguien que no estaba en este mundo.
Ella nunca había visto nada como esto y estaba segura que algo le había sucedido, tal vez hasta había perdido la conciencia. Salió corriendo a buscar a alguien de la familia. Su yerno, el futuro Rebe vino rápidamente al cuarto y se acercó a la boca de su suegro para escuchar lo que estaba murmurando y escuchó que el Rebe Raiatz estaba recitando de corazón los versículos de la Torá de la Canción del Mar, Az Iashir (entonces cantarán) en la parshá Beshalaj (Éxodo 15) Era como si estuviera rezando. Entonces, inmediatamente se dio cuenta que estaba en un estado espiritual elevado y no que estaba enfermo.
Este estado se percibe como si la persona hubiera salido del cuerpo y parece haber perdido contacto con la realidad. De hecho, después de unos cuantos minutos pareció salir de ese estado. Pero, el yerno, y futuro Rebe sintió que había una razón para todo esto, así que hizo una investigación y descubrió que durante esos momentos que el Rebe Raiatz estaba en un estado de devoción y fuera del cuerpo, a miles de millas de distancia, un pequeño grupo de jasidim había tratado de cruzar ilegalmente la frontera entre la Unión Soviética y Polonia. Si hubieran sido capturados, podrían haber sido ejecutados inmediatamente. Durante esos momentos críticos, el Rebe Raiatz había despertado la misericordia del Cielo para que ellos tuvieran éxito. Entonces, el futuro Rebe de Lubavitch le dijo a los jasidim en París que después de esta historia deben entender que el Rebe Raiatz no necesita que nadie le diga cuando despertar misericordia sobre sus jasidim. Todo jasid está siempre en su mente, ve y sabe exactamente lo que está pasando con él, y continuamente se sacrifica y reza por todos y cada uno de ellos. Esta es una importante historia para hacernos reflexionar que el Rebe está por cierto pensando en todos y cada uno de nosotros y despertando continuamente la misericordia del Cielo sobre nosotros.
Un punto más que podemos llevarnos de esta historia es que hay una poderosa conexión entre el recitado del Canto del Mar y el despertar misericordia desde el Cielo. Si el Rebe notó esto (pudo haber contado la historia sin aclarar nada de lo que el Rebe Raiatz había estado diciendo durante su separación del cuerpo), significa que debemos saber sobre ello. Si piensa en alguien que necesita misericordia del Cielo y recita el Canto del Mar con sinceridad y con la intención correcta, estará actuando sobre los Cielos para que tengan Misericordia con él. Esto es verdad tanto para un individuo como para todo el pueblo Judío y para todos los momentos. La Canción del Mar aparece en la parshat Beshalaj, la lectura de la Torá de la semana que usualmente cae el 10 de Shevat, el aniversario del Rebe Raiatz y asunción del nuevo Rebe un año después.
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