Viene Mashíaj - La única web en español sobre la llegada del Mashiaj. El objetivo de la vida, hacer de este mundo una morada para Di-s. La llegada del Mashiaj es uno de los 13 principios de fe del pueblo judío. El Rebe de Lubavitch ha anunciado lo inminente de este fenómeno y está en nuestras manos lograrlo. ¿Como? Estudiando sobre el Mashiaj y la Gueulá. Creada y editada por Centro Leoded - Jabad Argentina
יחי אדוננו מורנו ורבינו מלך המשיח לעולם ועד
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Dvar Maljut - El Rebe de Lubavitch en la Parshá Vaerá 5752. Cada judío se consagra al líder de la generación, cuyo objetivo es "traer la era del Mashíaj"

1. La lectura de la Torá de esta semana comienza: "Me aparecí a Abraham, Itzjak y Iaakov como E‑l Sha‑dai, "Di-s Todopoderoso", pero Mi Nombre Iud Hei Vav Hei, no se los enseñé". (El nombre compuesto por las cuatro letras hebreas que componen el fenómeno de Havaiá, la dimensión de Divinidad superadora de la realidad física). Entre las preguntas que genera este versículo están:
a) La Torá continúa: “Por lo tanto, díganles a los hijos de Israel ...”. En una primera mirada, en el versículo anterior, la Torá determina que la revelación que se otorga a los judíos en Egipto es mayor que aquella, a la que los patriarcas tuvieron el privilegio. Por lo tanto, es difícil entender por qué "Me aparecí a Abraham, Itzjak y Iaakov ..." es una razón por la cual Moshé debería "decirle a los hijos de Israel ...". 
b) Ya que la lectura de la Torá enfatiza que la revelación que se otorga para los judíos es mayor que aquella a lo que los patriarcas tenían el privilegio, ¿por qué el nombre de la parshá de la Torá es Vaerá que se refiere a la revelación a los patriarcas?
Como anticipo a la resolución de estas incógnitas, es digno de citar el comentario de Rashi. En esta palabra "Vaerá" - "Y  Me aparecí", Rashi agrega "a los antepasados", dando a entender que las revelaciones apreciadas por Abraham, Itzjak y Iaakov les fueron otorgadas porque eran "antepasados". Ellos representan la fuente del legado espiritual entregado al pueblo judío. De hecho, la revelación a los patriarcas es la fuente y la causa de la revelación superior otorgada al pueblo judío después.
El Jasidismo explica que la revelación del Nombre Divino compuesto por las cuatro letras Iud - Hei - Vav - Hei, representa al nivel de Divinidad que trasciende el mundo y se otorgó a los judíos en el momento de la entrega de la Torá. Así los patriarcas no fueron expuestos a este nivel. Sin embargo, los patriarcas "observaron toda la Torá antes de que fuera dada" y el Zohar explica que el servicio de los patriarcas anticipó la entrega de la Torá.
Esto se refleja en el mandato de Abraham a Eliezer: "Coloca tu mano debajo de mi muslo". Aunque la fusión de la espiritualidad y la realidad material no comenzó hasta la entrega de la Torá, Abraham experimentó un anticipo de este nivel. Su circuncisión se transformó en un objeto de santidad sobre el cual se podía prestar juramento.
Hay, sin embargo, una distinción. A través de la entrega de la Torá, la Divinidad ilimitada se introdujo en el mundo. Así, cada judío, a través de la realización de una mitzvá, atrae y descarga Divinidad en el ambiente material en el que se realizó la mitzvá. En contraste, Abraham fue capaz de atraer a la Divinidad simplemente a su propio cuerpo y no al mundo en general.
Sin embargo, dado que el cuerpo de Abraham también era una entidad material, el hecho de que la Divinidad pudiera permearlo también refleja la revelación de un potencial infinito. Sin embargo, no fue hasta la entrega de la Torá que se hizo posible que este potencial afecte al mundo en general.
Desde una perspectiva diferente, se puede explicar que fue el servicio de los patriarcas el que tocó la esencia del alma judía. Así, Abraham se describe como "el primero de los creyentes", y fue él quien abrió el canal de fe y sacrificio personal para el pueblo judío en todas las generaciones subsiguientes.
La entrega de la Torá otorgó el potencial, para que esta cualidad esencial que posee el pueblo judío se revele en el mundo en general. A través del estudio de la Torá, esta revelación se reduce a los poderes conscientes del alma de un judío y, a través de la observancia de las mitzvot, se transmite en su cuerpo y en el mundo en general.
Hay una ventaja en la revelación de la esencia del alma al entregar la Torá con respecto al servicio espiritual de los patriarcas. El hecho de que la Divinidad se revele en todo el mundo revela su verdadera calidad infinita e ilimitada, que no tiene fronteras.
Aunque el servicio espiritual de los Patriarcas también tocó la esencia, pero, ya que éste no fue revelado en el mundo en general, su calidad ilimitada no fue revelada. Sin embargo, a la inversa, el servicio espiritual del pueblo judío después de la entrega de la Torá implica principalmente una tarea en la esfera mundana tal como existe dentro de su propio contexto. Con respecto a los patriarcas, lo contrario era la verdad. El impulso fundamental de su servicio fue espiritual.
El concepto puede ampliarse mediante el uso de la siguiente analogía: La entrega de la Torá se conoce como la boda, es decir, el vínculo esencial, entre Di-s y el pueblo judío. Se explica que en cada boda asisten las almas de tres generaciones de los antepasados ​​de los novios. Del mismo modo, la boda de la entrega de la Torá involucró la presencia de las tres generaciones de Patriarcas y Matriarcas. Esto implica que:
a) El servicio espiritual del pueblo judío en las generaciones posteriores se debe al servicio de los patriarcas.
b) Es el servicio del pueblo judío en las generaciones posteriores lo que revela el potencial esencial que tienen los patriarcas.
Los conceptos anteriores son relevantes en la actualidad aunque han pasado varios milenios desde la entrega de la Torá. La revelación final del Nombre Iud ‑ Hei ‑ Vav ‑ Hei vendrá con la revelación de "las nuevas [dimensiones de la] Torá que surgirán de Mí" en la Era de la Redención. Por lo tanto, en un sentido más particular, nuestros sabios se refieren a la entrega de la Torá como el acuerdo que transforma en comprometidos al pueblo judío y a Di-s, mientras que la boda no será hasta la Era de la Redención.
Por lo tanto, hay paralelos entre los conceptos que se refieren al servicio de los patriarcas como anticipo y preparación para la entrega de la Torá y nuestro servicio en la actualidad que prepara y anticipa la Era de la Redención. Nuestro servicio de la Torá y las mitzvot hace descender la Divinidad en el área material de la existencia. Sin embargo, la revelación de este servicio no llegará hasta la Era de la Redención. Entonces "la gloria de Di-s será revelada y toda la carne verá ...". Ya que la esencia no tiene que permanecer oculta, el hecho de que no hay revelación implica que la esencia no ha sido explotada en su totalidad (como el hecho de que el mundo en general no había sido afectado, indicaba que el servicio de los Patriarcas no había tocado completamente la esencia).
Sin embargo, a la inversa, así como el servicio de los Patriarcas condujo a la revelación de la entrega de la Torá, de igual manera, es nuestro servicio el que conducirá a las revelaciones de la Era de la Redención. De hecho, nuestro servicio en la era del exilio aprovecha el poder esencial del alma, y ​​esta es la cualidad que se revelará en la Era de la Redención.
Hay una conexión entre los conceptos anteriores y la porción de la Torá que comenzamos a leer en el servicio de la tarde, Parshat Bo. Esta parte comienza: "Ven a lo del Faraón". El Zohar explica que también hay un equivalente del faraón en el reino de la Santidad: "la fuente de la revelación de todas las luces". En este contexto, el versículo "la quinta parte al faraón", señala las revelaciones esenciales asociadas con el número cinco que se manifestarán en la Era de la Redención.
2. Hay una conexión entre los conceptos anteriores y el presente día, el Shabat en el cual el mes de Shevat es bendecido. El nombre Shevat se relaciona con la palabra hebrea shevet que significa "cetro", que se asocia con el concepto de autoridad y de reinado tal como está escrito: "El shevet no se apartará de Iehuda" (El cetro, la dinastía de David, no se interrumpirá en el pueblo judío ni siquiera en el exilio). La expresión más perfecta de este concepto estará en la Era de la Redención, con la ascensión al poder del Mashíaj. Y así, sobre el versículo "Y surgirá un shevet en Israel", explica Maimónides que "Esto se refiere al Rey Mashíaj".
La palabra shevet también significa "rama" o "tronco". En este contexto, también hay una conexión con el Mashíaj, ya que en el versículo "Surgirá una rama del tronco de Ishai" comienza una profecía famosa con respecto a la venida de Mashíaj y el Metzudat David comenta: "surgirá un shevet ... el Rey Mashíaj”.
La conexión entre Shevat y las revelaciones esenciales de la Era de la Redención también se desprende del hecho de que Shevat es el undécimo mes. Toda la existencia está estructurada en un patrón decimal y el número once alude a una revelación que trasciende esta estructura.
Shevat es también el mes del aniversario del Rebe anterior. En el Tania, el Alter Rebe describe el iortzait de un tzadik como el día en el que "todos sus actos, su Torá y el servicio que realizó durante toda su vida se revelan ... y producen la salvación en las profundidades de la tierra
Por lo tanto, este es un momento apropiado para considerar el servicio espiritual del Rebe anterior. En particular, el Rebe anterior se desempeñó como Nasi (líder) durante 30 años, 5680-5710 (1920-1950). Cada una de estas tres décadas representó un modo de servicio espiritual diferente y único. Los primeros diez años fueron dedicados a enfrentar los desafíos al judaísmo en la Rusia soviética con mesirut nefesh, sacrificando su vida por mantener la llama viva del judaísmo. Los segundos diez años pasaron en Polonia, enseñando a Jasidismo de acuerdo con el enfoque intelectual de Jabad, un paso revolucionario en ese país que estaba caracterizado por el Jasidismo emocional. Los terceros diez años los vivió en América, expandiendo las fuentes de Jasidismo y del Judaísmo, dirigiendo sus esfuerzos para acelerar la llegada de la Redención, declarando: "Si es inmediata la teshuvá, es inmediata la Redención".
En un sentido más amplio, la vida del Rebe anterior puede verse como paralela a las tres etapas en la historia del mundo, la anterior a la entrega de la Torá, la posterior a la entrega de la Torá y la era de la Redención. Los primeros cuarenta años de su vida (1880-1920) fueron dedicaros a ayudar a su padre el Rebe Rashab y en particular, como director de la primera Ieshiva Tomjei Tmimim. Esto puede compararse con el período de los Patriarcas que sirvió como preparación para la entrega de la Torá.
Los treinta años de su liderazgo (1920-1950) pueden compararse con el período de servicio que comenzó con la entrega de la Torá. El tercer período se refiere a los años posteriores a su fallecimiento, incluso entonces continúa siendo el líder de la generación. Este período está asociado con la Era de la Redención, ya que es en este período que se han completado todos los preparativos para la Redención.
Es apropiado conmemorar el aniversario del Rebe Anterior con farbrenguens en ese día y de manera similar, en el Shabat anterior y posterior. Dado que todo el servicio necesario para traer la Redención (y con ello la Resurrección de los Muertos) se ha completado, en cualquier momento, el Rebe Anterior puede entrar y ver en qué están involucrados sus Jasidim y sus estudiantes. El conocimiento de la inminencia de este evento en sí mismo debe motivar un mayor aumento en nuestro servicio espiritual y nuestros esfuerzos para compensar cualquier cosa que falte y requiera rectificación.
Y estos esfuerzos traerán la Redención definitiva, cuando los judíos salgan del exilio y procedan al Tercer Beit HaMikdash, "el Santuario de Di-s establecido por Tus manos".

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