Entre toda esta variedad de sucesos, se esconde un acontecimiento judaico que para la mayoría pasa inadvertido. En la parshá, Abraham Avinu se la pasa, una y otra vez… ¡construyendo altares! Tres altares son construidos, cada uno en su momento y lugar especial. Son conocidas las palabras de Ramban (Najmánides) sobre que "los hechos de los padres son una señal para los hijos” (Lej Leja 12:6), por lo tanto no hay en la Torá algo innecesario que no tenga beneficio, todo nos enseña sobre el futuro. Entonces, siendo así y el hecho que la Torá nos cuenta y vuelve a repetir sobre la construcción de los altares, significa que aquí hay algo bajo la alfombra...
¿Cuál es el significado de estos tres altares? ¿Qué es lo que la Torá nos enseña de ellos? Y principalmente, ¿Cuál es la conexión entre todo esto y la Gueulá verdadera y completa?
Las ofrendas hechas sobre el altar representan de forma integral al servicio a Di-s y la relación espiritual entre el hombre y su Creador como consecuencia de esto. En el Jasidismo encontramos que la relación entre un judío y Di-s es "un nudo triple", que está compuesto de tres niveles/partes diferentes, donde cada una de ellas suma fuerza y poder a la misma. El primer y básico nivel trata de hacer un vínculo por medio del estudio de la Torá y el cumplimiento de las mitzvot, como un siervo fiel que asiste a su amo o un obrero dedicado que obedece las órdenes de su jefe. La Torá es nuestra vida y sobre sus mandamientos está dicho: "Y vive con ellos", o sea, que el estudio de la Torá y el cumplimiento de las mitzvot "atrae" vitalidad Divina al cuerpo y al alma del judío y es así como se conecta con Di-s.
Pero esta conexión no se detiene aquí…
Cuando un judío (Di-s no lo permita) transgrede y se saca de encima el yugo del rey, llega el momento en que comienza la Teshuvá, que manifiesta, enfatiza y realza que la relación entre un judío y Di-s es más interior y profunda que la de un siervo y un amo. Por más que haya pecado y transgredido, el judío repara, fortalece e intensifica esa relación interior con Di-s por medio de la Teshuvá.
Pero, tampoco así finaliza el tema…
"La plenitud en la conexión con Di-s es el servicio de mesirut nefesh (entregarse en alma y vida)", la capacidad -dada sólo y únicamente al alma judía- de entregarse completamente a Di-s, no motivada por una recompensa, tampoco por algún tipo de beneficio físico o espiritual, sino solo en su honor, Bendito Sea Él, sin ningún tipo de cálculo, es esta ¡la tercera y triple relación!
Los tres altares construidos por Abraham Avinu representan exactamente este mismo punto. Rashi, en su comentario a la Torá (basada en las palabras del Midrash Bereshit Raba, al final de la parshá 39), explica que los altares se consecuencia como consecuencia de ciertos hechos específicos.
El primero, lo construyó al recibir las buenas noticias sobre su descendencia y sobre la Tierra de Israel, como un agradecimiento a Di-s porque su descendencia iba a heredar la Tierra de Israel. Con un lugar donde vivir y con la continuidad de las futuras generaciones, se satisfacen las necesidades físicas y espirituales del hombre. Sin un techo sobre la cabeza y sin un piso firme bajo sus pies, la persona no será capaz de llevar una vida normal. Y sin familia e hijos, su vida espiritual es golpeada con la carencia, la falta de la alegría y la satisfacción básica que le brindan los hijos a sus padres. Entonces, ese primer altar, representa esa relación primordial entre la persona y Di-s. Una relación en la cual, Di-s abastece todas las necesidades humanas a cambio del cumplimiento de la Torá y sus mandamientos.
El segundo altar fue construido a las cercanías de la ciudad "Ai", el lugar donde el pueblo de Israel iba a tropezar con el pecado de Aján. El patriarca Abraham rezó por sus hijos/descendientes (de la generación de Iehoshúa Bin Nun) para que Di-s perdone sus actos y no pierdan la vida en la guerra con los habitantes de "Ai". Todo esto se alinea con el segundo nivel de la relación entre el hombre y Di-s, activado por el servicio espiritual de Teshuva. Aún cuando un judío peca, queda profundamente vinculado con Di-s. Aún cuando un judío transgrede, sigue siendo Su hijo. Y es por eso que Di-s está dispuesto a perdonarlo y comenzar de nuevo. El altar construido cerca de "Ai" simboliza exactamente esto, por más que el pueblo de Israel pecó, ¡Di-s está listo para perdonar e incluso les otorga la victoria en la guerra sobre sus enemigos!
En oposición a esto, ¡Rashi no trae ningún motivo sobre la construcción del tercer altar! El motivo de esto es simple…
Porque el tercer altar no fue construido por algún interés secundario, una recompensa material o espiritual, sino se construyó en aras de un solo y único objetivo, Su honor, Bendito Sea, ¡eso sólo!
¿Y cuál es la relación de todo esto con la Gueulá? "Los hechos de los padres son una señal para los hijos”
A luz de lo mencionado, el Rebe explica, que los tres altares representan los tres Grandes Templos de Jerusalem. El primer altar es una "señal" del Primer Gran Templo que simboliza la labor de los Tzadikim (justos) y su cumplimiento de la Tora y las mitzvot de una forma plena.
El segundo altar es una "señal" del Segundo Gran Templo que llegó después de la destrucción y el exilio y simboliza el servicio espiritual de la Teshuva.
En cambio, el tercer altar representa al Tercer Gran Templo – la máxima perfección en el servicio a Di-s y la máxima expresión de la relación entre el judío y Di-s, ¡algo que es reflejado en el apegamiento y la autoanulación total a la voluntad del Creador Bendito Sea! Aunque hoy en día no tengamos la capacidad de percibir una tan profunda relación, ni la autoanulación interior en nuestra vida cotidiana, sin embargo, debido a que "Los hechos de los padres son una señal para los hijos”, debemos aspirar a alcanzar esto. Nuestro cumplimiento de la Torá y nuestro servicio espiritual de Teshuva deben estar infundidos del conocimiento y conciencia clara, que la plenitud del servicio a Di-s será sólo en el futuro por venir y esto mismo despertará en cada uno de nosotros el anhelo y la pasión por la Gueulá verdadera y completa.
Culminamos con un relato que ejemplifica el mesirut nefesh (entregarse en alma y vida) verdadero que contó el Rebe en el Shabat parshat Vaieshev 5731 (fin de 1970) y también en otras ocasiones.
En el año 5552 (1792) había una gran acusación celestial sobre el Alter Rebe por su difusión de la Torá del Jasidismo. En el Tribunal Divino se sentenció que el Alter Rebe debería desaparecer físicamente de este mundo. El Alter Rebe envió entonces un "Pidion Nefesh" (un pedido para salvar su vida) al santo Rebe Menajem Najum de Chernobyl. También le comentó la situación a su hija Devora Lea, quien decidió por su cuenta, intercambiarse con su padre y dar su vida por él.
Al llegar la noche de Rosh Hashaná, Devora Lea, temiendo que su padre la bendijera con un "LeShaná tová tikatvi vetejatmi" (que tengas un año bueno, que seas escrita y sellada), se adelantó y ella lo bendijo a él diciendo: "LeShan tová tikatev vetejatem" (que tengas un buen años, que seas escrito y sellado) y agregó rotundamente: "Papá, ¡no hables!"
En Tzom Guedalia, solo tres días después, la Rebetzn Devora Lea falleció.