Viene Mashíaj - La única web en español sobre la llegada del Mashiaj. El objetivo de la vida, hacer de este mundo una morada para Di-s. La llegada del Mashiaj es uno de los 13 principios de fe del pueblo judío. El Rebe de Lubavitch ha anunciado lo inminente de este fenómeno y está en nuestras manos lograrlo. ¿Como? Estudiando sobre el Mashiaj y la Gueulá. Creada y editada por Centro Leoded - Jabad Argentina
יחי אדוננו מורנו ורבינו מלך המשיח לעולם ועד
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Sijot Kodesh - El tiempo de la guerra del Golfo - Shabat Parshat Itro 18 de Shevat 5751 (1991) #NUEVO

1. Sobre el versículo: “Y Di-s habló todas estas palabras”, nuestros sabios comentaron:
Esto enseña que El Santo, Bendito Sea Él, recitó los Diez Mandamientos en una sola declaración, algo que es imposible de hacer para un ser humano. Si es así, ¿Qué significa [la declaración] de los mandamientos de forma individual, "Yo soy el Eterno…", No tendrás otros dioses…”? Regresó y mencionó explícitamente cada mandamiento por derecho propio.
Encontramos el concepto de que Di-s recitó dos mandamientos en forma simultánea en otros dos casos en relación con los Diez Mandamientos: A) Nuestros sabios relatan que los dos primeros mandamientos: "Yo soy el Señor, Tu Di-s" y " No tendrás otros dioses” fueron recitados como un solo mandamiento. B) En el primer relato de los Diez Mandamientos, está escrito: “Recuerda el día de Shabat” y en el segundo relato, está escrito: “Cuida el día de Shabat”. Nuestros sabios explican que ambos mandamientos fueron dados como uno solo.
Los conceptos anteriores plantean varias preguntas. En primer lugar, dado que Di-s finalmente repitió cada uno de los Diez Mandamientos individualmente, ¿Cuál es el valor de mencionarlos todos juntos? Además, cada narración de la Torá pretende ser una lección para aplicar al servicio a Di-s. ¿Qué lección podemos aprender de que Di-s pronuncie todos los mandamientos juntos, algo que obviamente está más allá de nuestro potencial humano?
Además, es necesario comprender: ¿Por qué después de recitar juntos los Diez Mandamientos completos, se repitió este fenómeno con respecto a los dos primeros mandamientos y luego se repitió nuevamente con respecto a los mandamientos para el Shabat?
Estas preguntas se pueden resolver sobre la base de la explicación de nuestros sabios del versículo: "Y Di-s habló todas estas palabras, diciendo". Generalmente, la palabra “decir”, lemor en hebreo, implica el encargo de transmitir un mandamiento o un mensaje a otra persona. En este caso, sin embargo, esta explicación no es apropiada porque todo el pueblo judío estuvo presente. Por lo tanto, lemor se explica como "repetir" (como cuando alguien nos va diciendo lo que debemos decir, palabra por palabra), repetir las palabras de la Torá, de manera que las palabras de la Torá pronunciadas por un judío sean "palabras de Di-s". Nuestras bocas serán meros intermediarios para comunicar la palabra pronunciada por Di-s.
Dado que el concepto de que Di-s relaciona todos los Diez Mandamientos en una sola declaración y el concepto de que nuestro estudio de la Torá es un reflejo de la palabra de Di-s se derivan del mismo versículo, podemos deducir que ambos conceptos están interconectados. Aunque es imposible para la persona, con poder humano, hacer dos afirmaciones al mismo tiempo, dado que nuestro estudio de la Torá no es el habla humana, sino la palabra de Di-s, también podemos emular este nivel trascendente.
Debemos explicar este concepto en términos de nuestra tarea espiritual, tenemos que examinar las declaraciones de nuestros sabios con respecto a los mandamientos de Shabat: Ellos enseñaron:
"Recordar" y "Cuidar" se recitaron en una declaración. De manera similar, los mandamientos “Aquellos que lo transgredan (al Shabat) seguramente morirán” y “En el día de Shabat, [ofrecerán] dos corderos (cuya ofrenda transgrede las leyes de Shabat)” fueron recitados en una declaración. Esto es lo que significa la expresión: “Di-s hizo una sola declaración. Escuché dos cosas".
Esta cita refleja cómo los mandamientos positivos de "Recordar" y de "Las ofrendas de Shabat"  y los mandamientos negativos de "Cuidar" y "La prohibición de trabajar",  son en esencia, un solo asunto. Ambos juntos expresan la Santidad del Shabat. El cumplimiento del mandamiento positivo y el cuidado de la prohibición tienen un único propósito, aumentar la Santidad del Shabat. Por lo tanto, el cumplimiento del mandamiento positivo de realizar las ofrendas de Shabat no suplanta meramente a las prohibiciones de Shabat. En este caso, realizar las ofrendas de Shabat, que implica realizar trabajos prohibidos, también es una expresión del mandamiento negativo, ya que el objetivo de los mandamientos positivo y negativo es el mismo.
Debemos explicar el concepto anterior: La diferencia entre los mandamientos positivos y los mandamientos negativos es que los mandamientos positivos implican "hacer el bien", realizar una actividad positiva que atrae la luz Divina dentro del alma de una persona y dentro del mundo en general. Por el contrario, los mandamientos negativos implican “alejarse del mal”, separarse de las actividades y elementos que están en contra de la voluntad de Di-s. Nuestra oposición a estos elementos y actividades, anula y elimina el espíritu de impureza en el mundo, en su totalidad.
Sin embargo, aunque los mandamientos negativos parecen implicar simplemente abstenerse de realizar actividades indeseables, también poseen una dimensión positiva. Esto se puede inferir del análisis del Maharsho sobre la declaración de nuestros sabios de que Jabakuk estableció todos los 613 mandamientos sobre un solo pilar: "Un hombre justo vivirá por su fe". El Maharsho explica que el abundante número de Mitzvot es solo desde la perspectiva del hombre, desde la perspectiva de Di-s, todas las Mitzvot comparten una sola idea.
El Maharsho continúa asociando este concepto con la declaración de Di-s de los Diez Mandamientos en una sola pronunciación, explicando que esto refleja cómo Él y Sus Mitzvot son uno, y que no hay multiplicidad. De manera similar, al unir la Mitzvá de "Anoji", conocer a Di-s con la prohibición de otros dioses, todos los mandamientos positivos y negativos se unen. Sin embargo, esto es imposible de emular para un ser humano limitado por las restricciones de la existencia material y temporal. Sin embargo, la directiva de Jabakuk nuevamente incluyó a todas las Mitzvot en un solo mandamiento, lo que refleja cómo incluso después de que las Mitzvot se separan en mandamientos positivos y negativos, pueden unificarse en una sola idea.
Debemos centrarnos en este concepto: Todos los mandamientos, incluso los mandamientos negativos, tienen un solo propósito: Revelar a Di-s. La forma en que los mandamientos negativos cumplen esta función positiva no implica realizar una actividad particular, sino más bien abstenerse de actuar.
Esto se debe a que su fuente es de una dimensión superior de Divinidad que trasciende los medios de expresión que tenemos disponibles. No puede haber un acto que haga descender esta fuente dentro del mundo tal como ocurre con los mandamientos positivos, porque este nivel no puede ser comprendido. Todo lo que podemos hacer es asegurarnos de no impedir la expresión de estos niveles transgrediendo estos mandamientos y, por lo tanto, creando obstáculos.
Dentro de este contexto, podemos entender la función de los mandamientos negativos en la Era de la Redención. Todas las Mitzvot, tanto los mandamientos positivos como los negativos, seguirán vigentes en dicha Era porque, "Esta Torá nunca será rechazada". Sin embargo, se podría preguntar: En esta Era, después de que “el espíritu de impureza haya sido quitado del mundo”, ¿Cuál será la función de los mandamientos negativos? Sin embargo, sobre la base de lo anterior, esta pregunta puede ser resuelta. Entonces, nos daremos cuenta del verdadero propósito de los mandamientos negativos, es decir, que no es la anulación del mal como en la actualidad, sino más bien atraer esas dimensiones trascendentes de Divinidad de las que no podemos tener una apreciación positiva hoy en día.
En la actualidad, los mandamientos negativos involucran la anulación de elementos indeseables porque vivimos en un mundo donde existen tales elementos negativos. Por lo tanto, se nos dan mandamientos que implican abstenernos de ciertas actividades, para que no otorguemos fuerza a estas entidades indeseables y así obstaculicemos la revelación de la Divinidad.
Sin embargo, después de la anulación del mal, cuando “haré que el espíritu de impureza se erradique de la tierra”, los mandamientos negativos desempeñarán una función superior. El hombre y el mundo son capaces de recibir solo una medida limitada de revelación Divina, la que es apropiada para ellos. Una revelación Divina que trasciende su existencia sólo puede apreciarse a través del "Derej Shelilá" (lit. "el camino de la negación", o sea, acercándonos a través de un descarte progresivo, por ejemplo: Esto no es, esto tampoco es, etc.) y este será el papel de los mandamientos negativos en la Era de la Redención.
Por lo tanto, desde la perspectiva de Di-s, todas las Mitzvot, tanto los mandamientos positivos como los negativos, tienen un solo objetivo: "Di-s hizo una sola declaración", la revelación de la Divinidad.1 Sin embargo, dado que el objetivo es la revelación Divina dentro de un mundo de división y fragmentación y este objetivo se logra a través del servicio del hombre cuya personalidad está igualmente diversificada: "Oí dos cosas"; es decir, como las Mitzvot son aplicadas por el hombre, existen diferencias entre ellas.
Con la entrega de la Torá al pueblo judío, Di-s anuló el decreto que separaba los reinos espirituales de los físicos. Esto permitió que el hombre pudiera darse cuenta y expresar la unidad de las Mitzvot tal como existen desde la perspectiva de Di-s a través de su propio servicio. Aunque por naturaleza, el hombre es limitado y diversificado, la entrega de la Torá extendió la oportunidad de reflejar la unidad trascendente de Di-s en nuestro enfoque de las Mitzvot.2
El hombre debe comenzar acercándose a las Mitzvot con un reconocimiento de las diferencias entre los mandamientos positivos y negativos y las diferencias en su intención, atrayendo la Santidad y oponiéndose al mal. Sin embargo, el propósito final es apreciar la Torá y las Mitzvot tal como existen dentro de la perspectiva de Di-s, que son medios para la revelación de la voluntad de Di-s en el mundo. Así, incluso los mandamientos negativos tienen un propósito positivo. Le brindan al hombre la oportunidad de desarrollar una conexión con Di-s, porque también son Mitzvot y, por lo tanto, son un medio de tzavta, conexión con Di-s. De hecho, establecen una conexión con los niveles superiores de Divinidad con los que podemos relacionarnos solo de esta manera.
En este contexto, podemos entender la afirmación de Rabí Akiva de que, al responder a los Diez Mandamientos, los judíos respondieron “Sí” tanto a los mandamientos positivos como a los negativos. En ese momento, los judíos vieron que todos los mandamientos tienen el mismo objetivo, atraer la Divinidad al mundo.3
Aunque como se explicó anteriormente, la existencia de mandamientos negativos refleja un reconocimiento de las limitaciones del mundo, sin embargo, en un nivel más profundo, se puede explicar que son los mandamientos negativos en particular los que van más allá de esas limitaciones. Es a través de los mandamientos negativos que podemos relacionarnos con los aspectos más elevados y trascendentes de la Divinidad. Además, los mandamientos negativos extienden una conexión con la Torá incluso a lugares y situaciones que no son aptos para servir como recipientes para la Divinidad. En contraste, los mandamientos positivos están limitados según la naturaleza del hombre y del mundo y son capaces de atraer la Divinidad solo a lugares aptos para la actividad positiva.4
El significado de los mandamientos negativos se puede explicar de forma más amplia, a través de un análisis de la declaración de nuestros sabios con respecto a los "Kidushin", el establecimiento del vínculo matrimonial.5 Ellos enseñan que este acto “hace que [una mujer sea] prohibida para todo el mundo, como un artículo consagrado al Beit HaMikdash (Hekdesh)".
El acto de Kidushin es bidimensional: A) Establece una conexión positiva entre el novio y su novia; él la adquiere como esposa; B) Esto causa que se prohíban la mujer y otros hombres.
Estas dos dimensiones se reflejan en el vínculo matrimonial definitivo, la conexión entre Di-s y el pueblo judío. Hay una dimensión positiva, la unión entre los judíos y Di-s. (Esto se expresa mediante la ejecución de los mandamientos positivos). También hay una dimensión que involucra la prohibición. Así como una mujer debe apartarse a sí misma de los demás hombres, también los judíos deben separarse de los elementos indeseables del mundo. (Esto se expresa a través de la observancia de los mandamientos negativos).
Sin embargo, la definición de Kidushin como que hace que una mujer sea “prohibida para el resto de los hombres, como un artículo consagrado al Beit HaMikdash (Hekdesh)” implica que existe una dimensión positiva en el establecimiento de estas prohibiciones. Esto se refleja en la comparación con el Hekdesh, artículos en los cuales, la Santidad que supera la naturaleza del mundo6, ha sido transmitida. También implica que se ha establecido un vínculo con esta Santidad7 y que esta Santidad es atraída y descargada al mundo.
Se explicó anteriormente que los mandamientos negativos atraen un nivel de Divinidad que trasciende las limitaciones del mundo. Por esta razón, este nivel no puede ser atraído y bajado por un acto positivo, sino por abstenerse de una actividad, es decir, negando nuestro potencial de acción. Esto, sin embargo, también es una limitación.
Así, la verdadera dimensión infinita de la Torá y sus Mitzvot se expresa en la fusión de lo positivo y lo negativo en un solo acto realizado por el hombre. Esto se refleja en la declaración de nuestros sabios de que los mandamientos "Aquellos que lo transgredan (al Shabat) seguramente morirán" y "En el día de Shabat, [ofrecerán] dos corderos (cuyo sacrificio transgrede las leyes de Shabat)" fueron recitados en una sola declaración. En tal caso, el cumplimiento del mandamiento negativo se combina con una actividad positiva, trayendo las ofrendas. Aunque traer las ofrendas implica la realización de actividades que de otro modo estarían prohibidas en el día de Shabat,8 esta actividad positiva contribuye a la Santidad del Shabat, cumpliendo así el mismo propósito que los mandamientos negativos.9
Hay otra actividad positiva que expresa el aspecto de las Mitzvot que trasciende todos los límites. Nuestros sabios declararon: “Quien estudie las leyes de la ofrenda de "Olá" (o cualquier otra Mitzvá) es considerado como si hubiera ofrendado el "Olá" (o cumpliera la Mitzvá en cuestión)”. Aunque una persona no es un Cohen, no está en el Beit HaMikdash (de hecho, esto se aplica incluso cuando el Beit HaMikdash está destruido), sin embargo, a través de su estudio de la Torá, se le puede considerar como si realizara una ofrenda.
Este concepto también se aplica con respecto a los mandamientos negativos. Al estudiar las leyes de los mandamientos negativos, se considera que uno los ha cumplido; es decir, la influencia producida por los mandamientos negativos se atrae a través de una actividad positiva, el estudio de la Torá.
De hecho, la expresión más completa de la unidad de las Mitzvot y su unicidad fundamental expresada en la enseñanza: "Di-s hizo una sola declaración", viene a través del estudio de la Torá. Aquí, es a través de la misma actividad, trabajando en el estudio de la Torá, que uno atrae la influencia producida por los mandamientos tanto positivos como negativos.10
2. Hay un punto de conexión con los conceptos anteriores en la Parshá de esta semana, Itro. Al principio, en la narración de la unión de Itro con el pueblo judío, se comunica un concepto que es paralelo a las ideas explicadas anteriormente con respecto a la naturaleza positiva de los mandamientos negativos.
La Torá relata que Itro era "el sacerdote de Midian", un sacerdote para la adoración de ídolos, y lo cita diciendo: "Ahora sé que Di-s es más grande que todos los dioses", sobre lo que nuestros sabios enseñaron: "No hubo una única deidad que Itro no haya servido". Por lo tanto, su conversión reflejó “una transformación de la oscuridad en luz” que provocó “una revelación de Di-s en Su gloria en los reinos superiores e inferiores” y sirvió como preparación para la entrega de la Torá.
La Torá fue dada para atraer un aspecto de la Divinidad que trasciende al mundo dentro del mundo, usando una terminología cabalística, la Torá fue dada para revelar el quincuagésimo portón de la comprensión. La transformación de la oscuridad en luz hace descender este nivel, porque tales esfuerzos revelan un nivel de luz que es demasiado grande para ser investido dentro de este mundo.11
En la conclusión de la Parshá, el versículo: “En cada lugar donde mencionen Mi nombre, vendré y los bendeciré”, se relaciona con los grandes niveles alcanzados a través del estudio de la Torá. Al usar la expresión “en cada lugar”, el versículo indica que debido al estudio de la Torá, “mencionando Mi nombre”, Di-s “vendrá y bendecirá” incluso los lugares que por naturaleza no son aptos para ser bendecidos. Aunque el servicio espiritual de “apartarse del mal” no se haya completado, de todas formas, a través del estudio de la Torá, las bendiciones de Di-s pueden ser atraídas. Esto es el resultado del hecho de que cuando un judío estudia Torá, está recitando “la palabra de Di-s” y, por lo tanto, no hay límites para sus efectos.
Los conceptos anteriores también se pueden relacionar con la Parshá de la próxima semana, Mishpatim, que comenzamos a leer en la plegaria de la tarde. Esta Parshá comienza: “Y estos son las leyes que pondrás delante de ellos”.
Nuestros sabios enfatizan que con las palabras “Y estas son”, la Torá conecta las leyes que se describen en la Parshá Mishpatim con la revelación en el Monte Sinaí. Estas leyes son una continuación de la entrega de la Torá. Aunque representan el aspecto de la Torá que puede ser captado por nuestro intelecto, es obvio que su fuente es la revelación trascendente en el Monte Sinai.
Además, nuestros sabios enseñan que la frase “que pondrás delante de ellos” como un encargo para disponer la presentación de los conceptos de la Torá "como una mesa servida, con todo preparado para que una persona coma”. Aunque en general, una habitación debe limpiarse antes de servir la comida, es decir, en el tema análogo, una persona debe refinar su conducta antes de intentar avanzar más; sin embargo, la naturaleza del estudio de la Torá es tal, que incluso cuando una persona no se ha refinado, todavía se le coloca “una mesa servida”. El estudio de la Torá le da el potencial de elevar su conducta, fusionando la negación del mal y atrayendo la influencia positiva en una sola actividad.
Esto produce una directiva para la acción. En general, Shabat es un momento en que los judíos deben reunirse para estudiar la Torá. En particular, esto se aplica en Shabat Parshat Itro cuando leemos la narración de la entrega de la Torá. De manera similar, en este momento, debemos tomar la decisión de aumentar nuestro estudio de la Torá y nuestra participación en las sesiones de estudio comunitarias. Estas sesiones también deben involucrar el estudio de Pnimiut HaTorá, tal como lo enfatiza la conexión con Maase Mercabá (los secretos místicos de la existencia de Di-s) con la entrega de la Torá.12
Deben establecerse clases de estudio de esta naturaleza para todo judío, hombres, mujeres y niños, incluso para aquellos que recién comienzan su conexión con la Torá. Sin embargo, incluso quien se halla al comienzo de sus estudios de la Torá, comparte una conexión con la totalidad de la Torá. Esto se refleja en la enseñanza de nuestros rabinos de que la pronunciación de "kamatz alef a" (kamatz es la vocal y alef la letra) que estudia un niño pequeño que aprende el alfabeto hebreo por primera vez refleja el "kamatz alef a" con el que comienza con la palabra Anoji, la primera palabra de los Diez Mandamientos y que incluye toda la Torá.
Que nuestro aumento en el estudio de la Torá acelere la llegada de la Era cuando “Una nueva Torá surgirá de Mí” en la Era de la Redención.13 Incluso antes de la Era de la Redención, los judíos vivirán seguros. No deben temer a pesar del hecho de que las naciones del mundo se desafían unas a otras y el mundo entero está preso del pánico y la consternación. Por el contrario, deben darse cuenta de que “Todo lo que hice, no lo hice sino por ustedes” y que Mashiaj pronto “se parará sobre el techo del Beit HaMikdash y proclamará: Humildes, el tiempo de vuestra Redención ha llegado".

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