Aunque pesa sólo el 2% del peso corporal, el cerebro consume alrededor del 20% de la energía total del cuerpo. Sólo un pequeño porcentaje de esta energía se utiliza para realizar tareas de pensamiento específicas.
Como regla general, no existe una diferencia real entre el consumo de energía del cerebro cuando está "trabajando duro" (necesario para pensar intensamente acerca de aprender algo nuevo o resolver problemas complejos) y el consumo de energía de un cerebro en reposo. ¿Qué hace el cerebro con toda la energía restante?