Viene Mashíaj - La única web en español sobre la llegada del Mashiaj. El objetivo de la vida, hacer de este mundo una morada para Di-s. La llegada del Mashiaj es uno de los 13 principios de fe del pueblo judío. El Rebe de Lubavitch ha anunciado lo inminente de este fenómeno y está en nuestras manos lograrlo. ¿Como? Estudiando sobre el Mashiaj y la Gueulá. Creada y editada por Centro Leoded - Jabad Argentina
יחי אדוננו מורנו ורבינו מלך המשיח לעולם ועד
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Beit HaMikdash. El Gran Templo de Jerusalem, ¿Fue destruido o está oculto?

Nuestros sabios enseñan que cuando el Rey Salomón edificó el Beit HaMikdash (Gran templo de Jerusalem), sabiendo que estaba destinado a ser destruido, construyó un lugar en el cual esconder el Arca, al final de ocultos, profundos y sinuosos pasadizos. Fue allí donde el Rey Ioshiá depositó el Arca veintidós años antes de la destrucción del Templo, como se relata en el Libro de Crónicas. El Beit HaMikdash fue construido por el Rey Salomón y destruido 410 años después, el noveno día del mes hebreo de Av, por los ejércitos del emperador babilónico Nabucodonosor. 70 años después se reconstruyó; el segundo Templo duró 420 años, hasta
su destrucción por los romanos, también el 9 de Av. Hoy durante estos casi 1951 años siguientes, el 9 de Av ha sido un día de ayuno y arrepentimiento, un día en el que guardamos duelo por la destrucción y rezamos por la venida del Mashíaj, quien construirá el tercer y definitivo Templo y restaurará su lugar como el epicentro espiritual del universo. El Beit HaMikdash era el hogar de Di-s, el lugar en el que El eligió manifestar Su verdad. ¿Cómo, entonces, puede haber sido destruido por manos humanas? Sólo porque la estructura misma del Templo daba lugar a esta posibilidad. Este es el significado más profundo del hecho que el Rey Salomón construyera el Beit HaMikdash "sabiendo que estaba destinado a ser destruido", e incorporara en él un escondite para ocultar el Arca ante esa eventualidad. De no haber sido construido inicialmente con el conocimiento y la previsión de lo que habría de suceder el 9 de Av, ningún mortal hubiera podido mover una única piedra de su sitio.El hecho de que el escondite del Arca se construyera en el Beit HaMikdash desde sus mismos comienzos también conlleva otra implicancia: significa que el primer, segundo y tercer Templo no son tres estructuras distintas, sino partes continuas de un único edificio.El Arca contenía las 2 tablas de piedra que Moshé trajo al descender del Monte Sinaí inscriptas con los 10 Mandamientos por mano de Di-s. Era el objeto más sagrado en el Beit HaMikdash y el único en la cámara más íntima del Templo, el "Kodesh HaKodashim".De hecho, nuestros Sabios definen la función principal del Beit HaMikdash como el sitio de residencia del Arca, pues el Arca constituía "el lugar de descanso de la Shejiná (la Presencia Divina)".Así, la cámara subterránea construida por Salomón es mucho más que otra "parte" del Beit HaMikdash. El hecho de que se construyera con el expreso propósito de contener el Arca significa que es del mismo tenor que el "Kodesh HaKodashim", el corazón mismo del Templo y su razón de ser.Esto se destaca más aún por el hecho de que el Arca ha permanecido en esta cámara desde el momento en que fue depositada allí por Ioshiá, 22 años antes de la destrucción del primer Beit HaMikdash, hasta el día de hoy.Esto significa que durante los 420 años del segundo Beit HaMikdash, el Arca no estaba en el Kodesh HaKodashim (a nivel del suelo), sino en su cámara subterránea.Pero si la función más fundamental del Beit HaMikdash era la de alojar el Arca, ¿cómo puede haber un Beit HaMikdash sin Arca?Además, en la época en que Ioshiá ocultó el Arca, aún no se cernía amenaza alguna sobre el Beit HaMikdash o sobre la soberanía judía sobre Jerusalén, sino tan sólo el conocimiento por profecía de que el Templo estaba destinado a ser destruido.Si la esencia del Beit HaMikdash hubiera resultado impugnada por la remoción del Arca a su subsuelo, esto ciertamente no se hubiera hecho sino hasta que existiera un peligro real de que cayera en manos del enemigo. Obviamente, entonces, el lugar subterráneo de ocultamiento del Arca no es en nada menos parte del Beit HaMikdash y en nada un lugar menos valedero para el Arca, que el Kodesh HaKodashim (a nivel del suelo).En otras palabras, el Beit HaMikdash fue inicialmente diseñado y construido para existir en dos estados: uno revelado y uno oculto. Por consiguiente, había dos lugares designados para el Arca en el Beit HaMikdash: el sector del Kodesh HaKodashim a nivel del suelo y la cámara oculta al final del "profundo y sinuoso pasadizo".En su estado revelado, el Beit HaMikdash era un faro de luz Divina, un lugar donde el hombre percibía y experimentaba abiertamente la Presencia Divina.En su estado oculto, la revelación Divina en el Beit HaMikdash es silenciada, o casi totalmente oscurecida.Pero mientras el Beit HaMikdash aloje el Arca, continúa sirviendo como la morada de Di-s. En los 30 siglos desde que fue construido por vez primera, el Beit HaMikdash nunca ha dejado de cumplir su rol fundamental como asiento de la Presencia Divina en el mundo. Hubo épocas en las que la estructura por entero se alzó en toda su gloria en la cima del Monte del Templo en Jerusalén y épocas en las que existió de una forma disminuida (como en la del Segundo Templo) o fue casi totalmente destruido; pero una cierta parte del Beit HaMikdash nunca ha sido perturbada y allí su corazón jamás ha dejado de latir.Cuando se construya el tercer Templo, pronto en nuestros días y el Arca sea restaurada a su cámara por encima del nivel del suelo, no será un edificio nuevo, o siquiera una "reconstrucción", sino la re-afirmación y manifestación de aquello que ha estado presente todo el tiempo.
"Pero por cuanto que hemos pecado ante Ti... nuestra ciudad fue destruida, nuestro Beit HaMikdash devastado; nuestra gloria fue desterrada y el honor ha sido quitado de nuestra Casa de Vida; y ya no nos es posible cumplir nuestras obligaciones en Tu Casa Elegida, la Casa grande y santa sobre la que Tu nombre es proclamado...".Como lo expresan estas líneas, la susceptibilidad del Templo a la destrucción es, en el nivel más básico, una cosa negativa. Porque Di-s sabía que nosotros podríamos demostrar ser indignos de Su presencia manifiesta en nuestras vidas, instruyó que el Beit HaMikdash fuera construido de manera tal que permitiera períodos de disminución y ocultamiento. Pero la vulnerabilidad humana al pecado es "el terrible complot sobre los hijos del hombre" por parte de Di-s. Di-s nos creó con la capacidad de hacer lo errado sólo para permitirnos descubrir "la luz mayor que viene de la oscuridad", a fin de permitirnos explotar el ímpetu de nuestro más bajo descenso para impulsar nuestros logros más excelsos. Durante siglos, el Beit HaMikdash ha estado desolado, contraída su esencia en una profunda cámara subterránea debajo de su gloria arruinada. Pero este terrible descenso no es, en verdad, otra cosa que el ímpetu para un ascenso más alto aún, un bien mayor aún, una perfección más universal aún.Los senderos a esta cámara están ocultos, son profundos y sinuosos. Esta no es la genuina y derecha senda del justo, sino la senda furtiva y laberíntica del "retornante" (baal teshuvá), un sendero que se zambulle en las profundidades de su alma para desatar las más potentes fuerzas ocultas en su interior.

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